Urdangarin y Torres se reencuentran ante el juez por los correos íntimos

Urdangarin y Torres se reencuentran ante el juez por los correos íntimos

Iñaki Urdangarin conocerá este martes si el juez mantiene o no la prohibición de difundir los correos que afectan a su intimidad y, para evitar una manifestación contra la corrupción convocada a las 9.30 horas, ha acudido con más de una hora de antelación a la vista judicial en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, donde se tomará la decisión.

Con un escueto "buenos días", el duque de Palma ha franqueado la barrera de periodistas, cámaras y fotógrafos que esperaban a las puertas de la sala de vistas 117 el comienzo de la sesión, fijada a las 10 de la mañana. Manuel Vives, abogado del duque, no se ha personado en las dependencias judiciales.

El exsocio de Urdangarin, Diego Torres, ha llegado sobre las 9 y cuarto acompañado por su abogado, Manuel González Peeters, quienes se han dirigido a la sala de vistas sin hacer ninguna declaración.

Los dos implicados en la trama Noos están citados para declarar como testigos y a puerta cerrada en la vista donde se decidirá si se mantiene la medida cautelar pedida por el Duque de prohibir la difusión de los correos, que el yerno del Rey consideró que afectaban a su derecho a la intimidad personal y familiar.

VISTA SIN "INTERÉS GENERAL"

Según la juez, la vista "no tiene interés general y resulta intrascendente al interés público", ya que se trata de un trámite "meramente procesal". La medida cautelar establecida el 15 de abril, a la que ambos procesados se opusieron, será ratificada o revocada en la sesión de este martes.

Diego Torres ha presentado en el juzgado numerosos correos electrónicos atribuidos al duque de Palma durante la instrucción del caso Noos que han ido añadiéndose al sumario judicial. Estas misivas, algunas firmadas como "El duque em...palma...do, han sido publicados por la prensa en los últimos días.

Urdangarin presentó en mayo pasado en el juzgado una demanda por vulneración del derecho al honor en el que solicitó una simbólica indemnización de un euro -más costas judiciales- a cada una de las partes del litigo.