Fernández Díaz reconoce que se produjo un fallo operativo en el dispositivo del 22-M

Fernández Díaz reconoce que se produjo un fallo operativo en el dispositivo del 22-M

EFE

Hubo un error y se reconoce ya en público. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha admitido que se produjo un fallo operativo en el dispositivo policial para las Marchas por la Dignidad del pasado sábado en Madrid, lo que no significa que los graves disturbios se produjeran por ello, sino que estaban ya "perfectamente planificados y programados".

Fernández Díaz ha hecho estas manifestaciones tras presidir la toma de posesión del general José Luis Arranz como jefe de la zona de Madrid.

"No me voy a precipitar, pero parece que sí hubo algún fallo de coordinación en el dispositivo", ha dicho el ministro antes de asegurar que la Policía contaba con información de que "al albur de las Marchas por la Dignidad grupos extremadamente violentos y radicales pretendían aprovechar esas manifestaciones para actuar con especial violencia".

Esa es la razón por la que, según el ministro, se diseñó el mayor dispositivo de la historia de Madrid, porque la información disponible aseguraba que también se iba a producir una actuación sin precedentes desde el punto de vista de la violencia.

Fernández Díaz ha insistido en que si bien "previsiblemente" ha habido fallos, no se debe quitar el "foco" en que grupos formados por más de centenares de radicales perfectamente organizados y planificados "tenían una clara intención de hacer dañó a la Policía y a bienes públicos y privados".

"YA QUE HAN VENIDO, INFORMEN ADECUADAMENTE"

El ministro del Interior también ha negado que se dieran órdenes a la Policía de actuar con menor contundencia el 22M en Madrid por la presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), a los que, "ya que han venido", ha instado a informar de los violentos.

Fernández Díaz ha insistido en que "en absoluto" se dieron instrucciones a los antidisturbios de que emplearan menos la fuerza porque estaban siendo observados por representantes de la OSCE, en una manifestación que acabó en incidentes y con 67 policías heridos.

"Necesitamos pocos observadores internacionales -ha enfatizado el ministro- para acreditar que en España se respeta el derecho de reunión y de manifestación. Solo faltaría que se hubiera dado una orden para quedar bien ante la OSCE".