Jérôme Bonnafont, embajador de Francia: "La crisis ha reabierto la cuestión de la unidad de Europa"

Jérôme Bonnafont, embajador de Francia: "La crisis ha reabierto la cuestión de la unidad de Europa"

AMBASSADE FRANÇAISE / FLICKR

"Hablar inglés es una necesidad; hablar francés es una plusvalía, además de un placer". Jérôme Bonnafont (1961), embajador de Francia en España, se expresa con elegante precisión y diplomática cautela, siempre ensalzando las virtudes de su país que este lunes celebra su fiesta nacional. Como embajador, prefiere no pronunciarse sobre la política española, aunque de ella tenga un gran conocimiento. Es fácil verlo en desayunos políticos organizados en Madrid (uno de los últimos, el de Pablo Iglesias en el hotel Ritz) y actos sociales y culturales.

Ha sido embajador en India, portavoz de Jacques Chirac cuando era presidente de la República o director de gabinete del conservador Alain Juppé en el Ministerio de Exteriores. Ahora, su principal mensaje es el de la "obsesión por el crecimiento", porque "el riesgo del ajuste presupuestario demasiado rápido es el riesgo de que el crecimiento sufra y que no se produzca la recuperación". Y todo, o gran parte del esfuerzo, pasa por la Unión Europea. Sobre España, se considera "optimista", ya que el país ha recorrido "un camino absolutamente espectacular, que ha transformado este país y transformado Europa", reconoce.

-Según varios indicadores económicos, la Unión Europea está saliendo de la crisis, pero ¿cómo? ¿Se trata de una Europa dividida?

Hace 100 años del comienzo de la Primera Guerra Mundial. Lo recuerdo porque la razón de ser de la Unión Europea es hacer imposible que haya guerras. Cuando miramos cómo está el mundo, nos damos cuenta de que ese objetivo sigue siendo importantísimo para entender el porqué de Europa. Este proyecto debe unirnos en torno a un futuro de progreso económico, de la solidaridad. La crisis ha sido terrible y ha reabierto la cuestión de la unidad de Europa, ya que ha planteado la pregunta de si Grecia iba a permanecer en el euro. Hemos dejado claro que el euro es un proyecto tan económico como político. Que Grecia siguiera en el euro es el secreto del éxito de la construcción europea. La solidaridad europea durante la crisis financiera es el espíritu mismo del proyecto europeo. Así que la salida de la crisis es un éxito de Europa.

-¿Se arriesgan países como Francia o España a un largo período de estancamiento?

El resultado de las elecciones europeas ha mostrado que los europeos nos dicen que no quieren ese período. No podemos construir Europa con un proyecto de estancamiento sino de progreso. Quien dice estancamiento dice paro, quien dice paro dice exclusión y quien dice exclusión dice división y sufrimiento.

El espíritu mismo de Europa debe ser la aceleración del crecimiento y la recuperación económica. ¿Qué hace el Gobierno francés? El presidente ha presentado en la última cumbre un memorándum para pedir un esfuerzo de inversión europea y una buena política para acelerar el crecimiento mientras cada país hace sus propias reformas.

-¿Está España haciendo lo que puede para acelerar el crecimiento?

En lo que decimos hay coherencia con el presidente [Mariano] Rajoy. Y con [Matteo] Renzi, que no dice nada distinto, con EEUU o con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La aceleración del crecimiento es una obsesión para Francia y España.

-Las últimas elecciones europeas han cambiado el mapa político europeo con una baja participación.

Es un resultado que hay que analizar con precisión y aprender la lección. Ha habido una tasa de abstención muy elevada que puede significar tres cosas. O que se cree que el voto no puede influir en Europa, que no hay interés o que se rechaza la idea de Europa. Una tasa de abstención de un 55% o un 60% es en sí misma un mensaje en un momento en el que se han reforzado los poderes del Parlamento Europeo.

-¿Cree que el populismo es una amenaza para el proyecto europeo?

Hay partidos que expresan un rechazo de Europa, al menos en su concepción actual. Hace falta que los que creen en Europa tal y como la hemos construido recuerden que el objetivo de esa Europa es el crecimiento y el empleo. Europa debe saber mostrar que la política no debe estar destinada a satisfacer ecuaciones contables sino a producir actividad económica. Hemos hecho un mercado único, una moneda única, pero ahora necesitamos más justifica social, más crecimiento y más empleo.

-¿Por qué cree que Juncker será un buen presidente de la Comisión en ese esfuerzo por el crecimiento?

El presidente de la República ha dicho que no pertenecía a su partido político, pero que era coherente con un sistema político del que sale una mayoría. Conocemos bien a Juncker, hemos trabajado estrechamente con él durante los 18 años que fue primer ministro de Luxemburgo. En cuanto a Europa tenemos una gran coincidencia en nuestros puntos de vista.

-¿La dialéctica norte-sur, virtuosos-malos alumnos es artificial? ¿Es peligrosa para Europa o basada en la realidad?

Es, sobre todo, totalmente absurda y completamente contraria al espíritu europeo. Además, los del sur del norte son los del norte del sur. En cada país hay norte y sur. También hay países del este y el oeste. ¿Dónde los metemos? Se trata de una concepción totalmente arcaica. ¿Por qué hemos ampliado la UE? Porque pensamos que hay una civilización europea y una comunidad de destinos para Europa. La civilización romana vino del sur, la filosofía alemana del norte. El lema de Europa es “unidos en la diversidad”, no el de EEUU "e pluribus unum” (de muchos, uno). Europa asume su diversidad como el fundamento de su proyecto político. Así que ese discurso es absurdo, intelectualmente inepto, políticamente insultante y totalmente contrario a toda capacidad operacional. Si quieres trabajar en Europa lo haces con las fuerzas de la gente.

-¿Cómo ve a la sociedad española? ¿Deprimida, contenta, esperanzada?

Francia ve a España como un vecino, un aliado en la OTAN, un socio en la UE y un amigo en el sentido de la civilización. También como un socio económico de primer nivel. Por eso miramos a España con gran interés. Tras un año y medio constato que, cuando llegué, la pregunta era si habría o no rescate. No ha habido rescate, los bancos han sido salvados, la balanza de pagos es positiva, el déficit público se reduce, el paro comienza a bajar y el crecimiento es más fuerte que la previsión del Gobierno. Son hechos, pero hay otro hecho, el de los cuatro millones y medio de parados. La pregunta es cómo acelerar la creación de empleo, algo que compartimos en Francia.

-¿Está España falta de fuerzas?

No veo a España como una sociedad a la que le falta vitalidad ni como una sociedad deprimida. Percibo una sociedad que tiene cólera, pero con esperanza, que tiene muchos debates… una sociedad muy animada. Es una sociedad sobre la que soy optimista a corto y a largo plazo. A España le sienta bien la globalización, está habituada a proyectarse en Europa y el mundo. Se ha realizado un gran trabajo, pero hay un problema social complicado, que nosotros compartimos.