¿Cómo saber si tienes demasiado estrés? Estas dos señales son claras

¿Cómo saber si tienes demasiado estrés? Estas dos señales son claras

¿Estoy demasiado estresado?, te preguntarás. Porque, ¿dónde está el límite de la presión? Aunque muchos estén disfrutando de las vacaciones de verano, quedan otros tantos que todavía siguen trabajando, o que ya se han reincorporado a sus puestos. Desde Estados Unidos, nuestros compañeros de HuffPost OWN también se han preguntado qué señales manda tu cuerpo para expresar que tienes demasiado estrés. Y han descubierto estas dos.

1. Tienes un corte o herida pequeño pero que no se te quita

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La gente te sigue preguntando cómo te hiciste esa herida y tienes que pensar y pensar para conseguir acordarte (¿pelando zanahorias? ¿Lavando el pelador de zanahorias?). Ciertos estudios demuestran que el estrés psicológico puede afectar a la capacidad del cuerpo para curarse. La gente que demostró tener niveles más altos de lo habitual tardó más tiempo en recuperarse de heridas en la piel, cirugías menores e incluso ampollas. Hay una amplia evidencia de que el estrés causa un repunte de sustancias químicas (como cortisol y glucocorticoides) que impiden que el proceso de curación complete las etapas necesarias para llevarse a cabo, y que pueden hacer que la herida sea más vulnerable a una infección.

2. No paras de disculparte por esos raros hipidos que sueltas

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Durante las últimas semanas, has estado soltando tantos ruiditos inodoros que parecen pequeños eructos y lo has hecho con tanta frecuencia que casi ya no te das cuenta. Probablemente estás tragando aire a pequeños sorbos que expulsas inmediatamente como eructos, como explica la doctora Robynne Chutkan, gastroenteróloga de Maryland (EEUU) y autora del libro Gutbliss. (Pon tu mano en la parte superior de tu estómago, justo bajo el pecho: probablemente esté tirante como un tambor, explica Chutkan). Esos sorbitos son algo que tiende a hacer la gente cuando se tiene estrés o ansiedad. Puede deberse a una respiración superficial, a un exceso de chicles o caramelos o a demasiado parloteo nervioso. En ocasiones, eructar y disculparse puede convertirse en un tic inconsciente o en un mecanismo reflejo, según los expertos. En esos casos, el mejor modo de quitárselo de encima es identificar el estrés latente... o en otras palabras ¡tomarse unas vacaciones!