23º Diccionario de la Real Academia: las curiosidades de la A a la Z

23º Diccionario de la Real Academia: las curiosidades de la A a la Z

Tiene 2.376 páginas (2.312 útiles), 93.111 palabras, se han imprimido de él más de 100.000 ejemplares y algunos llevan trece años esperándolo. Podría ser una ansiada continuación de la saga de Harry Potter o el último libro de Ken Follett, dadas las dimensiones, pero frío, frío. Es el nuevo Diccionario de la Lengua Española, la obra más reciente de la Real Academia Española. Un tomo (uno solo, al contrario que su anterior edición, cuando eran dos) que ha salido a la venta el 16 de octubre de 2014 y que se presenta formalmente un día después, el viernes 17, en presencia de los reyes Felipe y Letizia, como acto central de las celebraciones del Tricentenario de la Academia.

Para José Manuel Blecua, director de la Real Academia, esta conmemoración es especialmente importante. "No hemos tenido mucha suerte", rememora Blecua refiriéndose a las celebraciones. Tanto el centenario, ocurrido entre 1812 y 1814, como el bicentenario, que se iba a celebrar en 1914, se truncaron por sendas guerras. "Tampoco este es el mejor momento, pero no vamos a esperar otros 100 años...", explica socarronamente.

Una de las principales curiosidades es conocer qué palabras han sido incluidas en esta edición del diccionario. Entre las más curiosas, entran tuit, papichulo, wifi, amigovio, hacker (esta todavía en cursiva), tunear, chupi, externalizar, antiarrugas, serendipia, kínder (como jardín de infancia), bíper, zíper, euríbor, bótox o vestuarista.

Para saber las principales novedades del diccionario, un repaso exprés de la A a la Z:

A - A, la primera letra y la primera palabra -ocupa casi toda una columna- del diccionario. Tras ella, la primera es aba, una interjección en desuso que significa cuidado. Y no es la misma que en la versión de 2001: se han perdido por el camino aarónico y aaronita. Pero con la a se escribe también americanismos, uno de los puntos más cuidados de esta edición. Hay 18.712 americanismos en total, es decir, palabras que provengan de una o más academias de la lengua de (atención) Colombia, Ecuador, México, El Salvador, Venezuela, Chile, Perú, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Cuba, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Honduras, Puerto Rico o Estados Unidos.

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Además, con la a entra una de las palabras más cuestionadas: amigovio, es decir, fusión de amigo y novio. Curioso...

B - Biblia, como el papel especial de 40 gramos en el que se ha impreso este único tomo, y cuya impresión y tirada es, según la directora de Espasa, editora del mismo, "como de un best seller" (palabra aceptada por el DRAE). La tirada es de 100.000 ejemplares entre España y América.

C - El de Covarrubias fue el primer diccionario de la lengua española, y data nada menos que de 1611. Para Blecua, este nuevo diccionario en su 23ª edición es "su tataranieto".

D - Dos mil trescientas setenta y seis (2.376) son las páginas de este diccionario, aunque pierde algunas de vida útil entre introducciones, presentaciones, agradecimientos y artículos de muestra, y se queda en 2.312.

E - Una de las palabras que estuvo a punto de entrar y se quedó a las puertas: escrache. Ha estado a punto esta edición aunque "tuvo una vida fulgurante hace un año, y está en el diccionario argentino", explica Pedro Álvarez de Miranda, director del Diccionario. "Siempre se dan casos así; a lo mejor nos equivocamos al rechazarla. Pero siempre puede haber cambios en la versión electrónica".

F - Filipinas y su academia aportan 102 acepciones. Pero estando en la F, y aceptándose la palabra tuitear en esta edición, la pregunta es inevitable: ¿por qué se queda fuera Facebook? "Twitter es un nombre propio, y tuitear ya pertenece al léxico común. El fenómeno de Twitter no ha surgido igual con Facebook, no se dice facebookear. Además, en España no tenemos la capacidad de crear verbos como en el inglés, que se le añade to a la palabra y ya se convierte en verbo". Habrá que esperar, o repetir cerca de los académicos eso de facebookear y googlear.

G - El griego cobra especial importancia esta vez, ya que los términos de dicho origen se mantienen tanto en el griego original como traducido al español. Por ejemplo, si buscamos la palabra cataclismo en la web de la RAE, todavía nos saldrá la versión antigua:

Cataclismo. (Del lat. cataclysmus, y este del gr. κατακλυσμός, inundación).

En cambio, en la versión nueva del Diccionario ya veremos:

Cataclismo. (Del lat. cataclysmus, y este del gr. κατακλυσμός kataklysmos 'inundación').

Es decir, que además de mantener el original en griego, se incluye la transliteración.

Por cierto, gallego ya no es tonto, ni siquiera en Costa Rica. Aunque el diccionario en su versión web aún lo recoja.

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H - Los "hablantes cuya lengua materna es el español" son el grupo principal a quien se dirige el diccionario, y especialmente a "hispanistas, docentes y estudiosos". "¿Ayudará a mejorar en el día a día? "Ojalá con él los hispanohablantes hablaran, escribieran y pensaran mejor".

I - El diccionario también se actualiza en Internet, y esta 23ª versión llegará "en un par de meses", ha asegurado Darío Villanueva, Secretario de la RAE. A lo que no han sabido o querido responder los académicos es a si este será el último de los diccionarios en papel. "Nadie puede contestar a cómo será el diccionario del futuro", ha afirmado Blecua.

J - Hay unas cuantas jubilaciones: 1.350 palabras salen del diccionario. Entre ellas la primera (después de la propia a como letra, sonido y preposición): ya no existen ni aarónico ni aaronita. O también bajotraer (abatimiento o envilecimiento) o calántica (tocado de tela femenino). No las busques, que no están.

Además, con j se escribe prefijos y sufijos, dos de las tipologías que más se han cuidado. En prefijos y sufijos se incrementan los de "ámbitos técnicos", como higro- o -nauta.

K - El tomo del diccionario pesa un buen par de kilos: 2,62 incluyendo la tapa y 2,35 sin ella.

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L - Las locuciones latinas se han incrementado y además se han armonizado: van en cursiva y sin tildes, por lo que ya sabes cómo escribir correctamente alea iacta est, honoris causa, quorum o alter ego.

M - Lo masculino ya ha dejado de ser varonil y enérgico, mientras que de femenino también se van los calificados débil y endeble.

N - Las principales novedades en números son las nuevas 49.650 etimologías, los 333 extranjerismos (que deben ir en cursiva), 222 locuciones latinas o las 435 acepciones con marca de España, 102 de Filipinas y 30 de Guinea Ecuatorial.

Ñ - España tiene su propia marca (Esp.) para las palabras que se utilizan especialmente en este país, como famoseo o gilipuertas. También han entrado palabras del español de Estados Unidos, marcadas como EEUU. Entre las que llevan esa marca, la palabra billón con su acepción de mil millones en el país norteamericano.

O - La nueva Ortografía de la Academia ha sido una de las bases para organizar el nuevo diccionario y hacerlo más armónico con otras publicaciones.

P - Pobre y paupérrimo aparecen en el Diccionario: ahora se encuentran los dos términos entre sus más de 2.600 páginas, ya que paupérrimo es un superlativo irregular.

Q - El quinto Felipe fue el que le otorgó a la Academia su condición de Real. Pero, como recuerdan los académicos, "no nació como iniciativa real, sino de lo que ahora denominamos sociedad civil, de un grupo de personas que querían aportar algo".

R - Hay más de 140.000 revisiones y retoques, especialmente en las etimologías. Y también llega la ®, de marca registrada, en entradas como aspirina, clínex o gillette.

S - Se incorporan distintos signos, marcadores que ayudan a la lectura: círculos negros y blancos (que marcan el comienzo de distintos bloques de acepciones distintas), cuadrados, separadores o flechas.

T - La edición pasará a la historia como la del Tricentenario por las celebraciones del aniversario de la Academia. La importancia de sus celebraciones es tal que, en la última página de este nuevo tomo, se explica que el libro se acabó de imprimir "el día 3 de octubre de 2014, fecha en que se cumplen 300 años del reconocimiento y sanción de la Academia por Real Cédula de Felipe V".

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U - Uniformidad, una palabra muy repetida por los académicos. Quieren que este Diccionario vaya muy unido a la Ortografía, pero que también se adecue a la nueva Gramática y al Diccionario de Americanismos.

V - Vigésimo tercera, la edición. Han pasado 13 años desde la vigésimo segunda, en 2001, y más de dos décadas desde la vigésimo primera, en 1992. Aunque busca pasar a la posteridad como Edición del Tricentenario, como han confesado los académicos de su presentación.

W - La que pierde Twitter al convertirse al español. Aunque la marca Twitter queda igual (y no está en el diccionario al ser un nombre propio), el resto de palabras de su misma familia pierden la letra: tuit, tuitear, tuiteo, tuitero y tuitera están aceptadas por el nuevo DRAE.

X - Los extranjerismos, como en la 22ª edición, se escriben en cursiva, como la música house, coulant, hacker, fondue, footing o blues. Las palabras españolizadas como eslogan o tuit van en redonda.

Y - La y crece un poquito: entran yihad, yihadismo y yihadista.

Z - Zuzón. En masculino, hierba cana. Y la última palabra.