¿Qué pasa un día en tu ciudad? Un documental colaborativo hecho de 30 documentales (VÍDEO)

¿Qué pasa un día en tu ciudad? Un documental colaborativo hecho de 30 documentales (VÍDEO)

Cada ciudad tiene su propia historia, sus propias historias, que contar. ¿Cómo sería un día en una ciudad cualquiera del mundo? ¿Qué historias hay detrás de Barcelona, de Málaga, de Sarajevo, de Osaka?

Más de una década después de comenzar su andadura, esa es la pregunta que se ha planteado el Festival UrbanTV. En su 12ª edición, este encuentro internacional del mejor cine y televisión sobre vida y ecología urbanas ha querido dar un paso más en sus propuestas y crear un documental colaborativo que se ha venido a llamar Un día en la ciudad, y que repasa a lo largo de fragmentos de 30 vídeos distintos cómo son las ciudades del siglo XXI, qué se trama en ellas, qué viven sus ciudadanos en el día a día.

Un día en la ciudad es un único documental realizado por Álex Lora, documentalista y realizador de televisión catalán. Este treintañero afincado en Nueva York pasó hace un par de años por el festival y desde entonces sigue colaborando con UrbanTV. Este año le ha llegado un encargo de parte de los organizadores: realizar este documental a base de una treintena de vídeos de todo el mundo. Hablamos con él mientras se toma unos días de vacaciones en su casa de Barcelona a la vez que ultima el montaje. Lora explica sus dudas y dificultades ante un proceso que no ha sido sencillo.

Pregunta. ¿Qué es Un día en la ciudad?

Respuesta. Es un documental colaborativo que han puesto en marcha los chicos de Urban TV. Les interesa mucho todo lo que tiene que ver con el tema de la mirada en la ciudad. Aunque siempre es algo subjetivo, pensaron que sería buena idea intentar que fuera de distintas personas y crear este documental conjunto. Un poco lo que hizo Ridley Scott con Life in a day.

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[En la imagen, Álex Lora, a la derecha.]

P. ¿Cuántos vídeos habéis recopilado?

R. Han llegado unos 30 vídeos de distintas partes del mundo. Algunos son productos acabados que ya tuvieron circulación por otros festivales; otros son vídeos más improvisados. Entre todos ofrecen un mosaico de miradas sobre la ciudad. Están desde los del observador participante que lo hace sin pensar demasiado hasta los que tienen una intención mucho más creativa, con un punto de vista sobre su mirada en ciudad; o también otros con intención de cambiar las cosas más allá de un punto de vista. Más reivindicativos.

Esta primera propuesta nos ha obligado a pensar sobre el proceso colaborativo, sobre cómo abordarlo para otras ediciones.

P. ¿Cómo englobar todas estas voces en las que cada uno ofrece lo que quiere con la mínima intervención editorial?

R. Para mí lo más fácil sería llevármelo a mi terreno, pero entonces dejaría de ser colaborativo, aunque quizá estaría más hilvanado... Para esta primera edición, aunque sea más contemplativo, es interesante ofrecer este mosaico de miradas. Y nos sirve de reflexión para la próxima edición, cómo hacerlo y qué participantes buscar.

P. ¿Qué hay en esos 30 proyectos? ¿Es difícil unirlos de forma lógica?

R. Hay muchos momentos en los vídeos: contemplativos, de amor al barrio, poéticos, momentos de denuncia muy duros. Hay un pequeño documental de chicos en Cisjordania buscando en la basura que es realmente duro. Se ve cómo la ciudad influencia el devenir de la gente. Darle la coherencia es distinto. Los procesos creativos son extraños y a veces te saturas, te ofuscas un poco.

Independientemente del resultado, la reflexión está hecha, estoy contento. No es algo nuevo para mí: había visto algunos documentales así, incluso la BBC tenía una serie. Me apetecía pensar sobre ello. Me parece muy interesante, y de esta manera no lo había hecho nunca. De todo se aprende.

P. ¿Qué relación tienes con el festival UrbanTV?

R. Les envío mis cortometrajes, tenemos gustos parecidos. Y por aquí surgió la posibilidad de colaborar y me pareció todo un reto.

P. ¿Cómo es tu trabajo en Nueva York?

R. Trabajo en un canal de televisión como productor, editor, cámara… Retratamos aspectos de la vida de los latinos en Nueva York en un magacine en el que se cuentan aspectos artísticos, políticos... de la comunidad en documentales de 6 ó 7 minutos. Aparte, realizo mis propios documentales, cortos de ficción. Aunque son géneros diferentes y procesos diferentes hago de todo.

P. ¿Por qué el documental como género?

R. El documental abre la puerta a la innovación. Te permite probar cosas nuevas, mucho más que la ficción. El proceso es más enriquecedor y más relajado. Es la realidad la que te va dando información, no eres tú quien quiere intervenir para cambiarla. Los tiempos de la ficción implican mucho más estrés. Aquí se ve otra manera de afrontar lo audiovisual.

P. ¿Cuánto tiempo llevas fuera de España? ¿Posibilidades de volver en el horizonte?

R. Tengo 35 años y llevo cuatro y medio fuera de España. Tengo pensado volver el verano que viene, a lo mejor de paso, a lo mejor de forma estable. No pintan bien las cosas aquí.

P. Pero ahora has vuelto.

P. Nueva York desgasta mucho, y el cansancio emocional pasa factura física, a veces hay que parar para poder seguir. El tema de reconectar es importante, ver qué se está haciendo, el hecho de seguir haciendo cosas. Hablar con la gente del festival, ver los documentales que van a pasar. Son más inputs. No se puede abordar todo pero siempre encuentras algo interesante. Si no hubiera venido [de visita a España] no habría salido esto.

P. Cuéntanos qué es lo más interesante que te has encontrado en el proyecto.

P. Hay un par de documentales muy interesantes, como el mencionado de Cisjordania. También el de unos chicos de Colombia que salen a a la calle a hacer una pregunta: “¿De qué estás orgulloso?”, y los testimonios son muy interesantes. También esta muy bien uno de Sarajevo, sobre un chico que lleva 20 años haciendo de basurero, recogiendo basura en las calles. Él está encantado, se siente muy orgulloso de seguir el oficio que tuvieron su padre y su abuelo durante 40 años. Aquí se muestra con mucho respeto.

Al final la ciudad puede ser muy poliédrica pero la gente es lo que resulta muy interesante.

P. Y del proceso, ¿con qué te quedas?

P. Me quedo con una reflexión hecha a la hora de plantear trabajos colaborativos, como la facilidad de acceso a otros países o de trabajar con gente que está en otros lugares. Resulta muy interesante a nivel de creación y de explotación, y más participativo en el proceso de captación de imágenes y de creación. Quizá el Talón de Aquiles esté aquí, en que uno de los fallos es que no ha habido una intención muy, muy clara, pero para una primera edición está perfecto. Para la siguiente, se la daremos.