Protestas en Hong Kong: desalojada la acampada con grandes dudas sobre su futuro

Protestas en Hong Kong: desalojada la acampada con grandes dudas sobre su futuro

REUTERS

Hong Kong ha recuperado este viernes la normalidad tras el desalojo del principal campamento de protesta por la democracia. 209 personas fueron detenidas por negarse a abandonar el lugar, dando muestras de la voluntad de un movimiento que parece que sólo acaba de empezar. La pregunta es: ¿qué va a pasar ahora?

Dos meses y medio después de que estallara la revolución de los paraguas que llegó a congregar a más de 100.000 personas en las calles, un millar de manifestantes han sido desalojados del distrito de Admiralty, centro de la protesta, sin conseguir sus objetivos.

Los manifestantes exigen mayor democracia en el proceso electoral, poder votar directamente y por sufragio universal a sus representantes. Esa reforma electoral se negocia desde 2007 pero Pekín anunció en julio que los que deseen presentarse a las elecciones deben ser aprobados por un comité afín al Gobierno central.

Los responsables del desmantelamiento no han sido ni el Gobierno ni el desgaste del movimiento, sino dos empresas de transporte y un edificio privado, que consiguieron las órdenes judiciales para ordenarlo.

Hong Kong ha amanecido despejada de carteles, tiendas y barricadas pero los manifestante se retiraron el jueves al grito de "volveremos" y "esto es sólo el principio". Los grupos más radicales planean seguir con la campaña de desobediencia civil de forma inmediata, acudiendo en masa al centro de la ciudad para provocar el caos peatonal.

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LOS MANIFESTANTES BUSCAN MÁS APOYO POPULAR

La protesta ha mostrado la aparición de los estudiantes como una posible fuerza política a expensas de los partidos establecidos. Joshua Wong, universitario y la cabeza más visible de las revueltas, ha admitido que no tiene un plan a corto plazo e insiste en pedir la reapertura del diálogo con el Gobierno local sobre el proyecto de reforma electoral.

Wong considera que, al carecer de los medios de los gobiernos a los que se enfrentan, los manifestantes deben ganarse a los nuevos votantes que han alcanzado la mayoría de edad desde que comenzaron las protestas prodemocracia.

Alex Chow, secretario de la Federación de Estudiantes, otra de las agrupaciones promotoras de las revueltas, ha dicho este jueves a Efe, momentos antes de ser detenido, que su más inmediata labor será la de buscar más apoyo popular, con campañas de información puerta a puerta por todo el territorio.

RECONSTRUCCIÓN DEL MURO DE LENNON

Algunos manifestantes han prometido que volverán a levantar el muro de Lennon que se alzaba en el centro del campamento más grande de la protesta. Inspirado en el que se levantó en Praga en los años 80, esta pared se ha convertido en un collage de post-its de colores de simpatizantes del movimiento.

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"Esto no ha acabado para nosotros y el significado y espíritu del muro no se ha perdido. Seguiremos buscando maneras de extender el mensaje que simboliza", ha manifestado el informático Allen Tang, que dirige el renacimiento online del monumento, previsto para 2015. Más de 13 gigabytes de fotos y notas electrónicas lo adornarán.

Los organizadores planean construir otro muro físico en el futuro y exponerlo en un almacén con las notas de apoyo que guardaron tras el desalojo. Un símbolo de unión que podría servir para transmitir la coherencia interna y cohesión que necesita el movimiento para convertirse en un lobby de presión política, según analistas citados por AFP.

LA BATALLA SE LIBRA EN POLÍTICA

El Gobierno local, que optó por no tomar protagonismo activo durante los 75 días que duró la ocupación de las calles, debe ahora poner sobre la mesa los detalles de la polémica reforma electoral que propició el movimiento, sometida ahora a una segunda ronda de consulta pública no vinculante.

Los partidos políticos liberales con representación en el Parlamento que tomaron parte activa en el movimiento serán los que deben mostrar, desde la tarima política, su capacidad de persuasión. Su mejor arma es provocar una parálisis legislativa, boicoteando propuestas para ejercer presión sobre el Ejecutivo local, cuya imagen ha salido perjudicada.

El Gobierno chino ha instado a la sociedad hongkonesa a "aprender de la experiencia" tras el desalojo y ha llamado a la ciudadanía a que siga el procedimiento fijado por Pekín para la elección de su próximo líder en 2017. China ha insistido en que, a su juicio, las protestas son "actividades ilegales" y no se han ganado el apoyo popular.

Los medios oficiales han señalado que el movimiento ha sido "derrotado", lo que supone una advertencia para las "fuerzas hostiles" dentro y fuera del país. "En temas como estos el Gobierno central nunca hará concesiones", asegura un China Daily. "Los hongkoneses han aprendido que un 'mayor nivel de autonomía' no significa 'completa autonomía'".

Estas protestas han sido el mayor desafío a las autoridad china desde la masacre de Tiananmen, que celebró en junio su 25º aniversario, y ha resaltado más las tensiones entre los prochinos y quienes se oponen a la influencia cada vez más acusada del continente en Hong Kong.