¿Qué son esas bolas de fuego que han cruzado el cielo estos días en Toledo y en Córdoba?

¿Qué son esas bolas de fuego que han cruzado el cielo estos días en Toledo y en Córdoba?

En la noche de este martes 31 de marzo, una gran bola brillante se dejó ver durante unos instantes cruzando el cielo a toda velocidad sobre Córdoba. Concretamente, el fenómeno tuvo lugar a las 23:58:24 (hora peninsular) y duró apenas unos segundos. Según los datos que arrojan las imágenes tomadas desde varias estaciones de detección de meteoros operadas por la Universidad de Huelva, se debió al impacto contra la atmósfera terrestre de un fragmento de roca procedente de un cometa.

Ese choque se produjo a unos 83.000 kilómetros por segundo, lo que produjo una bola de fuego que surcó el cielo desde una altura de 91 kilómetros sobre La Victoria, en Córdoba, y finalizó a unos 39 kilómetros de altura cerca de Ronda (Málaga). El Observatorio Astronómico de La Pedriza, en Alcalá la Real (Jaén), pudo captar este vídeo del fenómeno:

"Estas bolas de fuego se producen cuando algún fragmento de un asteroide o un cometa se encuentra con la Tierra en su órbita, impacta contra la atmósfera y como resultado de ese choque violento se vuelve incandescente", explica José María Madiedo, profesor de la Universidad de Huelva y perteneciente a la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, a El Huffington Post.

"Estos fenómenos pueden producirse en cualquier lugar, pero su frecuencia no es constante a lo largo del año. Hay épocas de mayor actividad que otras", apunta este experto. Según cuenta, hay una red de detectores repartidos por toda España que monitorizan el cielo de manera constante. Cuando detectan alguno de estos cuerpos, graban el evento y lo notifican para que pueda ser estudiado.

Precisamente, sobre las 4:39 de la madrugada del día anterior, el lunes 30 de marzo se captó un fenómeno semejante sobre Toledo. Según registraron los detectores del Complejo Astronómico de La Hita situado en esa provincia, una roca procedente de un asteroide se desintegró al chocar contra la atmósfera a casi 45.000 kilómetros por hora.

Esta bola de fuego —ya se pudo ver otra sobre Toledo a finales de febrero— se produjo sobre la localidad manchega de Espinoso del Rey a una altura de 85 kilómetros sobre el suelo. Desde ese punto avanzó hacia el noreste hasta alcanzar una altura final de unos 26 kilómetros, ya cerca de Toledo capital. Este fue el momento:

"El brillo de este fenómeno en concreto fue tan intenso que se pudo ver a simple vista", asegura Madiedo. Por fortuna, "la atmósfera es tan eficaz que destruyó totalmente la roca", añade. Los fragmentos que sí consiguen sobrevivir a ese choque con la atmósfera y llegar al suelo son los que conocemos como meteoritos. "Éstos se producen en muchas menos ocasiones y son rocas que tienen una mayor resistencia y mayor tamaño", indica Madiedo.

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