¿Y si los ciudadanos de todo el mundo pudieran decidir cómo actuar sobre el cambio climático?

¿Y si los ciudadanos de todo el mundo pudieran decidir cómo actuar sobre el cambio climático?

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¿Y si los ciudadanos del mundo tuvieran una voz en la Conferencia sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar el próximo mes de diciembre en París? A fin de que la opinión pública desempeñe un papel activo en el resultado de las negociaciones, las puertas del gran evento que es COP21 deben abrirse a todos. Esa es la tarea que ha de lograrse el sábado, cuando este debate, bajo la bandera de la World Wide Views se lleve a cabo en todo el mundo. Esta discusión está llamada a ser uno de los ejercicios más grandes de democracia participativa que se ha llevado a cabo jamás.

En el transcurso de 24 horas, más de 10.000 participantes anónimos distribuidos en los cinco continentes y en 83 países (de las islas Fiji a Phoenix, Arizona, desde Afganistán hasta Zimbabwe) van al mismo tiempo a debatir los asuntos de la COP21. Incluso en Nepal, a pesar de los recientes acontecimientos trágicos, está dispuesto a participar. Al final de este sábado, cada país participante enviará a la sede francesa los resultados de un cuestionario sobre los temas cruciales que deben ser resueltos durante la Conferencia sobre el Cambio Climático de diciembre. ¿Tenemos que actuar ahora contra el calentamiento global? ¿Deberían los países ricos contribuir más de los que son más pobres? ¿Es necesario que se impongan restricciones a los Estados Unidos?

Ya probada en una escala más pequeña en 2009 y 2012, la iniciativa es excepcional tanto por su alcance y su objetivo: lograr en tiempo real la radiografía de la "conciencia medioambiental" del mundo entero. Esta "foto" luego será enviada a todos los participantes de la conferencia (políticos, organizaciones no gubernamentales, expertos, etc.) para tratar de influir en las decisiones futuras que se han de tomar, a partir de las negociaciones de intermediarios en Bonn, Alemania.

"Sólo la movilización de los ciudadanos a escala mundial permitirá que las negociaciones exitosas en París", afirma Christian Leyrit, presidente de la Comisión Nacional de Debate Público (CNDP), que es co organizadora del evento.

UNA METODOLOGÍA RIGUROSA PARA GARANTIZAR RESULTADOS JUSTOS

Para hacer que este impresionante reto sea posible, para alcanzar la práctica simultaneidad (sólo la diferencia horaria dará lugar a un retraso en el conocimiento de los resultados) de respuestas científicamente comparables, el CNDP se ha unido a la institución Misiones públicas francesas y su equivalente danesa, el Consejo Danés de Tecnología, dos organizaciones especializadas en las cuestiones de la democracia participativa.

Sostenida logística y financieramente por las Naciones Unidas, el Ministerio de Medio Ambiente francés y la Asociación de Regiones francesas, estas tres organizaciones han asentado protocolo de trabajo único en su tipo, en todo el mundo. La participación en cada país (algunos están organizando varios debates en otros lugares), donde se han formado previamente uno o varios equipos para dinamizar a las consultas, tiene condiciones similares en todos los rincones del mundo.

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Paneles de 100 ciudadanos han sido seleccionados, utilizando criterios objetivos que reflejan los datos demográficos sociales de cada país (sexo, edad, origen, clasificación). Otro criterios de participación son no ser un miembro de una ONG o de una organización que ya trabaja en temas ambientales.

Antes y durante la consulta, a todos los ciudadanos se les dará formación, en formatos escritos y vídeo, con el fin de que comprendan los temas y los términos clave de la negociación del clima.

Ya sea un senegalés, un chino, un caboverdiano o un francés, cada participante tendrá a su disposición los mismos elementos fácticos para formar su opinión. "La idea es colocar a ciudadanos legos en la posición de ser negociadores de COP21", explica el francés Yves Matthieu, co-director de Misiones Públicas.

FRANCIA, EN LA DIANA

Como país anfitrión de la COP21 Francia está, obviamente, en el centro del debate en cuanto a organización y a participación en el debate ciudadano. La iniciativa ha recibido el apoyo contundente de Francois Hollande y del Ministerio de Asuntos Exteriores. La Cancillería ha puesto su red de embajadas francesas a disposición de la iniciativa para encontrar co-organizadores locales de todo el mundo. El Ministerio de Medio Ambiente ha destinado un presupuesto extra para ayudar a los países menos ricos a financiar la operación (los costos de bienvenida, la restauración de los participantes, los gastos de transporte, etc.).

Desde la perspectiva de París, el presupuesto de este plan espectacular se estima que costará 1,2 millones de euros, a lo que se suma el gasto que cada país participante ha hecho localmente (hasta la fecha no está disponible). La democracia participativa, especialmente en una escala global, tiene su propio precio. Pero parece que vale la pena, dice Bjorn Bedsted, co-director de la Junta Danesa de Tecnología. Porque, como nos lo recuerda: "Verdaderamente, los ciudadanos del mundo van a tener que vivir con las consecuencias de las decisiones tomadas en la COP21". Mucho más que una razón para darles voz y escuchar lo que tengan que decir.

Este artículo apareció inicialmente en el HuffPost France y ha sido adaptado.

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