Propósitos de belleza: "Este 2016 no haré..."
Pasa cada año con el color que propone Pantone: que los primeros 300 días nos fascina y los dos últimos meses nos provoca una sensación cercana a la nausea. Ya vale de tonos vino para los labios, para las lacas de uñas, ¡para las sombras de ojos! Volveremos a adorarlo, pero mejor darle una pequeña tregua. Despidamos, de momento, al tono Marsala. Así, en general.
También despidamos (pero esta vez para siempre jamás) las llamadas bubble nails. Sólo escribirlo da grima. Son esas manicuras pretendidamente artísticas que parecían más bien bolas de plastilina pegadas a los dedos y que lucían sobre todo las más acérrimas fans del nail art (hasta sus últimas consecuencias).
Imploramos que técnicas como el contouring, el strobing, el baking y el color correcting se dejen en manos profesionales o, al menos, en las no tan incautas como esas que vemos en videoblogs de toda la Red. Puede ser una gran estrategia… o el peor chiste beauty si cae en los pinceles equivocados.
No tengamos miedo a mandar a los corrales a las ondas retro marcadas y llenas de laca. En el futuro próximo vislumbramos ondulaciones sinuosas, cepilladas, deshechas... El mercado revienta de herramientas adecuadas y fáciles de usar. Así que ya sabes: está en tus manos que Veronica Lake hiberne un añito o, si puede ser, un par de ellos.
Pero, bueno, para que no digan que nos gusta prohibir, quédate con esto: si tienes que elegir sólo una cosa de 2015 (además de las bubble nails), olvida, como si nunca hubiera existido, el reto de Kylie Jenner. Es peligroso, marca de una forma espantosa los labios y te hace parecer bastante idiota.