Alemania publicará 'Mi lucha', de Hitler, después de 70 años y entre mucha polémica

Alemania publicará 'Mi lucha', de Hitler, después de 70 años y entre mucha polémica

TOBIAS SCHWARZ VIA GETTY IMAGES

Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en enero se imprimirá en Alemania una nueva edición de Mi lucha (Mein Kampf), el dañino texto de Adolf Hitler que sentó las bases del Holocausto.

¿Se trata de una buena idea o puede ser perjudicial?

En cualquier caso, la cuestión está siendo muy polémica. Tras la victoria de los Aliados sobre los nazis en 1945, los derechos de Mein Kampf fueron a parar al Estado de Baviera, que enseguida prohibió su publicación en Alemania. No obstante, al comienzo de 2016 se habrán cumplido 70 años desde la muerte de su autor, lo que significa —de acuerdo con la legislación bávara— que la controvertida obra de 800 páginas pasará a ser de dominio público. Al ver cercana la expiración del copyright, los alemanes llevan años debatiendo sobre la posibilidad de que el libro vuelva a publicarse dentro de sus fronteras.

En 2012, el estado federado aprobó un presupuesto para financiar en 2016 la publicación de Mein Kampf con comentarios académicos, con el fin de proporcionar a la obra un contexto histórico y moral más claro. Sin embargo, la decisión creó mucha controversia y, al año siguiente, se dio marcha atrás. En 2014, el estado volvió a revocar la propuesta, anunciando que respaldaba la publicación de una edición académica pero que no daría apoyo financiero. En ese momento, el ministro de cultura bávaro Ludwig Spaenle afirmó que el proyecto —respaldado también por el Consejo Central de los Judíos en Alemania— fomentaba la "libertad de ciencia".

Técnicamente, desde el 1 de enero cualquiera puede publicar Mein Kampf en Alemania. Por eso la versión comentada, editada por el Instituto de Historia Contemporánea de Múnich (IFZ), pretende contrarrestar cualquier impresión que pueda impulsar la extrema derecha neonazi. La edición del IFZ, que alcanza la sorprendente cifra de 2000 páginas, contiene miles de anotaciones divididas en dos volúmenes y se venderá por unos 60 euros.

¿En el siglo XXI, Mi lucha se lee como un cuento que advierte contra el extremismo? ¿O supone una fuente peligrosa de ideología racista?

Desde el punto de vista del director del IFZ, Andreas Wirsching, la versión comentada no sólo es un material de investigación útil, sino una necesidad pública. En una entrevista para Deutsche Welle, Wirsching afirma que permitir que la obra se publique sin anotaciones sería "irresponsable". Con la publicación de Mi lucha, su organización pretende "cortar el discurso demagógico de Hitler, exponiendo por completo sus medias verdades, sus apuntes provocadores y sus totales mentiras".

"Cualquier simpatizante de Hitler que pudiera estar interesado en el libro haría mejor en echar mano de otras fuentes", explica Wirsching. La obra parcialmente autobiográfica, escrita en una cárcel bávara en 1923 fue publicada en 1925 y permitió al Führer embolsarse millones pese a la pobre acogida. Ha sido descrita como "repetitiva" y "pedante".

Para los alemanes, en cambio, el libro sigue siendo símbolo de un pasado destructivo, y el tema de su publicación divide a la población. ¿Es Mi lucha en el siglo XXI un cuento que advierte contra el extremismo? ¿O supone una fuente peligrosa de ideología racista?

"Es una caja de Pandora. Nunca se sabe qué va a pasar por la mente del lector".

Este otoño, un sondeo realizado por YouGov mostró que la opinión de la sociedad estaba dividida a partes casi iguales: el 51% de los alemanes pensaba que no debería imprimirse en su país. Algunos bibliotecarios consideran la obra demasiado peligrosa para el consumo público.

Los líderes de la comunidad judía también difieren en su opinión. Josef Schuster, presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, apoyó públicamente la versión comentada en un comunicado después de que la antigua presidenta Charlotte Knobloch se mostrara en contra en declaraciones a la Agencia France Presse.

"Es una caja de Pandora. Nunca se sabe qué va a pasar por la mente del lector", argumentaba Knobloch, que añadió: "Evidentemente, a los militantes de derecha y a los islamistas les interesa difundir esas ideas".

"Lo peligroso es quedarse callado o prohibir la obra". Su publicación puede servir para inmunizar a los jóvenes contra el extremismo.

En una entrevista concedida a Deutsche Welle, Josef Kraus, presidente de la Asociación de Profesores de Alemania, reconoció entender la preocupación de Knobloch, pero al mismo tiempo se mostró convencido de que Mi lucha no sólo debería reeditarse, sino además enseñarse en las escuelas, aunque con precaución.

"Lo que es mucho más peligroso es quedarse callado o prohibir completamente la obra", sostiene Kraus, que espera que al incluir determinados pasajes de Hitler en las clases de historia se pueda "inmunizar" a los alumnos contra el extremismo.

Obviamente, desde hace mucho tiempo resulta fácil acceder al manifiesto, incluso en Alemania. Una rápida búsqueda en Google ofrece un buen número de webs donde se puede encontrar. La incongruente obra de Hitler puede publicarse en casi todos los países, a excepción de unos pocos, como Austria y los Países Bajos, cuya prohibición no se levantará automáticamente tras la expiración del copyright en Alemania.

¿Quién debe beneficiarse de los derechos de autor?

Donde sí está disponible, las ventas son abundantes. Según estimaciones realizadas por la revista Cabinet en 2003, cada año se venden aproximadamente 20.000 ejemplares del libro en inglés. Las ediciones de bolsillo se colocaron la pasada década entre los libros más vendidos en países como Turquía e India, y las cifras de venta en versión electrónica alcanzaron récords en 2014.

No obstante, queda la pregunta de dónde deberían ir a parar los beneficios de tan polémica obra. En Estados Unidos, donde la editorial Houghton Mifflin lleva publicándola desde 1979, se levantó mucho revuelo cuando en 2000 salieron a la luz sus ganancias (de seis dígitos). Houghton Mifflin anunció que donaría los beneficios a una organización anónima. En Reino Unido, Random House también donó los derechos de autor que obtuvo de Mein Kampf desde los años 70, hasta que en 2001 se reveló el nombre de la organización beneficiada y ésta al poco tiempo devolvió las donaciones. Las editoriales de Alemania también tendrán que plantearse ahora esta cuestión.

A partir de 2016, el modo en que los alemanes decidan abordar Mi lucha —ya sea como recurso educativo o como abominación perniciosa— contribuirá a conformar la identidad nacional en un país que todavía sigue luchando por librarse de la sombra de su antiguo dictador.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano

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