La vuelta del hombre que mejor conoce "las tripas del Estado"

La vuelta del hombre que mejor conoce "las tripas del Estado"

EFE

Cuando en el PSOE piensan en La Moncloa y en el poder a muchos se les aparece en su mente un nombre que apenas conocen la mayoría de españoles: José Enrique Serrano. Es uno de los socialistas que sabe más secretos de Estado, que ha vivido más intrigas de la alta política y que guarda innumerables secretos de lo que ha pasado dentro de los muros del complejo presidencial.

A pesar de los aires renovadores y del intento de actualizar el PSOE, Pedro Sánchez ha tirado de este miembro de la ‘vieja guardia’ para formar parte del equipo de negociadores que intentará materializar un Ejecutivo tras el encargo de Felipe VI. Serrano ha vuelto, nadie como él sabe lo que es tejer un acuerdo y manejar el arte de los pactos. Y, por supuesto, siempre con absoluta discreción.

“Lo he negociado todo con él. Es el que mejor conoce las tripas del Estado”, confiesa un veterano parlamentario de otro partido que está entre los posibles socios del PSOE en la nueva etapa política.

LA MANO DERECHA DE GONZÁLEZ Y ZAPATERO

¿Por qué lo sabe todo? Serrano (Madrid, 1949) ha sido la mano derecha en el Gobierno de los dos presidentes socialistas, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. El hombre que tenía en la cabeza toda la estructura del país, la voz que escuchan los líderes en todo momento. González fue quien le dio la oportunidad de ser su jefe de gabinete en 1995, cargo en el que duró algo menos de un año hasta la llegada del popular José María Aznar.

Muestra de su conocimiento de las interioridades del poder es que fue el encargado de guiar al matrimonio Aznar-Botella por La Moncloa a su llegada. En estos años de travesía del desierto socialista, Serrano trabajó como jefe de gabinete del entonces secretario general, Joaquín Almunia, y posteriormente sería asesor de Manuel Chaves en la Junta de Andalucía, entre 2000 y 2004.

El destino querría que volviera a La Moncloa. Rodríguez Zapatero se acordó de él cuando cruzó los muros monclovitas y lo nombró jefe de gabinete. Desde entonces no se separaron y estuvo en ese puesto hasta finales de 2011. La historia se repetiría y sería el encargado de recibir al nuevo presidente, Mariano Rajoy, en la escalinata y enseñarle el complejo tras la victoria del 20 de noviembre.

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Ahora vuelve a ser reclamado por un nuevo secretario general de su partido en un momento decisivo. Serrano conforma el equipo negociador de pactos junto a Antonio Hernando, María Luisa Carcedo, Jordi Sevilla, Mertitxell Batet y Rodolfo Ares. Un grupo de dirigentes de carácter moderado y discreto y que ya se ha conformado casi como un Gobierno en la sombra.

FUERA DEL CONGRESO

Esta vuelta no ha pasado desapercibida para nadie después de que no consiguiera un escaño en las pasadas elecciones en el Congreso de los Diputados. Serrano fue como ‘número nueve’ en la lista del PSOE de Madrid, un puesto bajo después de las inclusiones imprevistas de Irene Lozano, Zaida Cantera y Eduardo Madina. En las de 2011 sí entró en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo desde el puesto octavo de una papeleta liderada por Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los históricos socialistas con los que mantiene una estrecha y excelente relación.

El ‘fontanero’ por excelencia del PSOE arropó a Rubalcaba en su presentación de la candidatura para liderar el PSOE en la sede de UGT en diciembre de 2011. En este círculo de amistades también se encuentra la exministra Elena Salgado, quien contó con Jorge Serrano -hermano de José Enrique- como jefe de gabinete en los ministerios de Administraciones Públicas y de Economía y Hacienda.

Los dirigentes socialistas valoran de este licenciado en Derecho especialmente sus amplios conocimientos en materias de Estado. Por un lado, Serrano es especialista en Derecho del Trabajo -fue profesor de esta asignatura en la Universidad Complutense- y fue uno de los principales interlocutores del Gobierno de Zapatero con los agentes sociales durante la crisis económica. Además, fue durante una época director general de Personal del Ministerio de Defensa, un paso que le dejó buenas relaciones en el Ejército.

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Estos dos temas los ha tocado especialmente en la legislatura que expiró hace meses en el Congreso al haber ejercido como presidente de la Comisión de Presupuestos y vicepresidente de la Comisión de Defensa. El grupo socialista también le encargó negociar y ser el ponente de diversas leyes en los últimos cuatro años como las de transparencia, control económico de partidos políticos, seguridad nacional y carrera militar.

Sánchez también contó con él por su visión del conjunto del país y de las sensibilidades territoriales para formar parte del grupo de constitucionalistas encargado de elaborar una propuesta de reforma de la Carta Magna. Junto a él, había otros nombres como Elisa Pérez Vera, Gregorio Cámara y Xavier Arbós. El actual líder del PSOE también lo llamó para negociar el pacto contra el terrorismo yihadista suscrito con el PP hace un año.

El terrorismo ha sido un tema que ha ocupado especialmente a Serrano, quien conformaba parte del círculo de confianza de Zapatero para diseñar la estrategia durante el fin del cese definitivo de violencia armada de la banda terrorista ETA.

Aunque nunca ha querido aparecer en primer plano, quiso dejar patente con su firma la reivindicación de los logros del Ejecutivo de Zapatero tras la estrepitosa derrota electoral el 20 de noviembre de 2011. Fue uno de los que rubricó el manifiesto Yo sí estuve allí, publicado por El País y en el que también mostraban su “orgullo” por haber pertenecido al Gobierno socialista Soraya Rodríguez, Beatriz Corredor, Justo Zambrano, Consuelo Rumí y Mercedes Gallizo, entre otros.

Serrano vuelve otra vez a la mesa de negociación. Y, como siempre, tiene un objetivo: conquistar La Moncloa.