Claves para conseguir un crédito rápido

Claves para conseguir un crédito rápido

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Los créditos rápidos se han convertido, poco a poco, en una herramienta muy utilizada por los españoles, especialmente en la cuesta de enero, los periodos vacacionales y la vuelta al cole de los más pequeños.

Se trata de épocas muy complicadas en lo que se refiere a los gastos extras. La falta de liquidez y, a menudo, de previsión pone en apuros a más de una familia. El mayor problema en esos casos es que las vías de financiación tradicionales suelen estar agotadas o, prácticamente, al límite de su capacidad. Es decir, se ha alcanzado el límite de las tarjetas de crédito y difícilmente se nos concederá otro préstamos personal, cuando ya tenemos una generosa hipoteca a nuestro nombre y varias letras del coche pendientes de pagar.

Además, los préstamos bancarios implican otros dos requisitos que no siempre resultan convenientes, como son los plazos de tramitación y la necesidad de presentar un aval como parte del proceso de solicitud. Dadas las circunstancias, puede darse el caso de que no haya manera que optar por mecanismos de financiación habituales, en cuyo caso los créditos rápidos pueden constituir una alternativa bastante eficaz.

Sin embargo, es conveniente recordar que se trata de un recurso de financiación caro al que no se debe acudir de forma habitual. Su uso sólo se recomienda en ocasiones puntuales en las que no existan alternativas y siempre asegurándonos de que vamos a poder cumplir con los vencimientos para no acumular excesiva deuda.

Ahora bien, por mucha promoción y aparentes facilidades que las entidades de préstamos rápidos publiquen, lo cierto es que la mayoría de las solicitudes son rechazadas debido al incumplimiento de unos requisitos mínimos y la imposibilidad por parte del solicitante de acreditar un mínimo de solvencia económica.

Si se quiere tener éxito al solicitar un crédito rápido, hay que estar preparado para responder a cuantas peticiones nos haga la entidad a la que nos dirijamos. A continuación listamos algunos consejos y recomendaciones básicos para conseguir préstamos rápidos.

Consulta con el mayor número de entidades de crédito posibles

Hay muchas personas que se limitan a solicitar un crédito rápido a la primera entidad que encuentran, convencidas de que el proceso transcurrirá sin ningún tipo de inconvenientes. Lo cierto es que en buena parte de los casos, se dan muchas facilidades; sin embargo, no es descartable recibir una negativa. Si no hemos consultado simultáneamente con otras entidades, habremos perdido nuestro valioso tiempo en un momento en el que, quizá no nos lo podíamos permitir.

Además, es recomendable comparar entre distintas entidades financieras para asegurarnos de que conseguimos unas condiciones favorables, las prisas por obtener el dinero pueden llevarnos a aceptar características menos beneficiosas.

Limitar el crédito a la mínima cantidad posible

Es necesario entender que los créditos rápidos se caracterizan por ser una herramienta de financiación costosa. Los intereses son bastante más elevados que en el caso de los préstamos personales. Por esa razón, si finalmente recurrimos a un préstamo rápido deberíamos limitarnos a solicitar aquella suma que suponga la cantidad mínima imprescindible para salir del apuro.

Bajo ningún concepto deberíamos redondear el importe solicitado y, mucho menos, pedir un dinero extra “por si acaso”. Cada euro que solicitemos de más, es un euro que terminaremos pagando con extremos intereses.

Preparar la documentación por adelantado

La concesión de los créditos rápidos puede tener lugar en un plazo de 24 horas, menos aún si hablamos de los microcréditos. Ahora bien, su aprobación está supeditada al envío de una documentación previa. Si dicha documentación no está disponible en el momento de la solicitud o si es defectuosa, será imposible recibir una aprobación por parte de la entidad de crédito. En definitiva, si queremos beneficiarnos de la rapidez en la concesión de estos préstamos debemos ponerles las cosas fáciles. Dependiendo de los casos, las entidades pueden ser más exigentes o más laxas en cuanto a lo documentación requerida; concretamente esto afecta a la necesidad de acreditar la recepción de una nómina, pensión o ingreso semejante. No obstante, el resto de documentación a presentar es casi universal:

• DNI o NIE del solicitante.

• Nº de cuenta en el que se habrá de llevar a cabo la transferencia del dinero solicitado. La cuenta debe pertenecer a un banco con sede en España

• Copia de la última nómina, pensión o ayuda social percibida o, en su defecto, un justificante del pago a la seguridad social de autónomos.

• Una forma de contacto para que la entidad emisora pueda ponerse en contacto con el cliente a lo largo de la vida del crédito.

Si estas en ASNEF busca aquellas entidades que lo acepten

Una de las prácticas más habituales y, al mismo tiempo, más inútiles de las personas que se dirigen a estas entidades es el hecho de ocultar que se encuentran en situación de morosidad. Es decir, tienen la esperanza de que la entidad crediticia en cuestión no lo averigüe y les conceda el crédito. Para bien o para mal cada solicitud es objeto de una comprobación de este tipo de registros, de manera que es prácticamente imposible eludirlo.

Por el contrario, lo que debemos hacer es limitarnos a acudir a aquellas empresas de créditos rápidos que sí admiten a personas que figuren en los registros como ASNEF o RAI. De esa manera, tendremos muchas más opciones de obtener la aprobación del crédito y salir del apuro de momento.

Puedes ver un listado de las entidades que admiten a personas inscritas en ASNEF en este enlace.

Si haces uso de estas claves para conseguir un crédito rápido es muy probable que tu solicitud sea aprobada sin ningún tipo de problemas y puedas disfrutar de la ansiada liquidez en un plazo récord y sin tener que hacer frente a continuas negativas.

Por último, volvemos a recordar las precauciones que se deben tomar al contratar este tipo de servicios, ya que los préstamos rápidos sólo deben ser utilizados en casos concretos en los que no se pueda disponer del dinero de forma urgente mediante otra alternativa. Además de asegurarse de que cuando llegue el momento de devolver el dinero vamos a ser capaces de hacerlo sin demoras.