Obama, Hiroshima y el precio de las disculpas en la Historia

Obama, Hiroshima y el precio de las disculpas en la Historia

AFP

La visita de Obama a Hiroshima es un acontecimiento histórico por su simbolismo. No hay duda. Es el primer presidente de EEUU que visitará la ciudad devastada por una bomba atómica estadounidense. Sin embargo, desde la Casa Blanca han dejado claro que Obama no pedirá perdón por una de las decisiones bélicas más polémicas de la historia. Aunque más de 70 años después de que se aprobara la misión del Enola Gay para arrasar Hiroshima a muchos les puede parecer razonable que la potencia americana reconozca que fue excesivo, hay otros tantos que son reacios a pedir perdón por las actuaciones de sus antecesores.

No solo cuesta pedir perdón por matar a miles de personas en menos de un minuto. Desde la conquista de América hasta las matanza de Srebrenica, los casos de barbaridades históricas por la que se piden reparaciones es casi interminable. Los acusados están en todos los continentes y tienen excusas de todo tipo, sobre todo si salieron vencedores de la contienda y fueron los que terminaron escribiendo la historia. ¿Por qué no se pide perdón?

EL COMPONENTE CULTURAL

Para el Dr. George E. Irani, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Americana de Kuwait, tras estas posturas oficiales hay motivaciones culturales, políticas y sobre todo "cuestiones de poder". Además el experto americano-libanés apunta a El Huffington Post que no solo vale con pedir perdón, el contrario también tiene que perdonar.

"Está el caso de Alemania e Israel. Pese a las numerosas muestras públicas de disculpas y los millones de euros gastados en reparaciones, Israel no ha perdonado a Alemania", asegura Irani, que explica que esta postura del estado hebreo se debe a que para los judíos ortodoxos solo Dios puede perdonar.

Pese a las numerosas muestras públicas de disculpas y los millones de euros gastados en reparaciones, Israel no ha perdonado a Alemania.

Para el experto, el proceso ante un caso como el de Hiroshima se divide en cuatro partes:

  • La aceptación de responsabilidades.
  • La petición pública de perdón.
  • La reparación, bien sea moral o material.
  • La obtención del perdón por parte del damnificado

Con la visita de Obama a la ciudad antinuclear por antonomasia EEUU, estaría culminando el primer paso.

REPARAR DESPUÉS DE PEDIR PERDÓN

El problema que se le presenta a los dirigentes políticos es que el siguiente paso a pedir perdón es satisfacer las peticiones de la víctima. Ese es por ejemplo uno de los principales problemas que plantea Turquía a la hora de reconocer el genocidio armenio (1915-1923), en el que murieron cerca de un millón de personas a manos de las autoridades del Imperio Otomano.

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Manifestación en París para conmemorar en 2015 el centenario del genocidio armenio

"El actual gobierno ha hecho algunas declaraciones aceptando la existencia de la matanza, aunque sin reconocer plenamente el genocidio. Además siempre apuntan que fue obra del Imperio Otomano y no tienen nada que ver con ello", recuerda Irani. "El problema de reconocerlo y pedir perdón es que a la hora de reclamar reparaciones estas pueden llegar en forma de devolución de territorios a Armenia o dar alas a otras minorías reprimidas, como los kurdos", añade.

Para el historiador español Antonio Niño, estas cuestiones son muy complicadas porque tienen consecuencias tanto políticas como de derecho internacional. "Además, el genocidio armenio es un ejemplo de que en cada país la misma situación se trata de diferente manera. Mientras en Turquía es delito llamarlo genocidio, en Francia te sancionan por negarlo", apunta el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

También hay casos en los que la historia reciente impide que dentro de los propios agresores haya unanimidad a la hora de reconocer la culpa, como el caso de España con América. "En España, primero tendría que haber un proceso de reconciliación interna, similar al de Sudáfrica. Es un proceso muy complejo y pese a lo que se pueda pensar, sigue habiendo muchas heridas abiertas", explica Irani, que ha colaborado varios años con el Centro Internacional de Toledo para la Paz.

Por su parte Niño señala que el concepto de reparaciones de guerra, que supone asumir totalmente la culpa de un conflicto, surge en el tratado de Versalles de 1919, que cierra la I Guerra Mundial. "Alemania pagó las indemnizaciones, pero nunca reconoció las reparaciones. Eso hubiera supuesto pagar desde la reconstrucción de las ciudades hasta la pensiones de las viudas francesas", explica el historiador experto en Relaciones Internacionales.

Para complicar aún más el debate se da el caso de que algunas naciones piden perdón por unas cosas y no por otras. Y aquí Alemania, que no reconoció el genocidio en Namibia en la época colonial, vuelve a servir de ejemplo. Pero no solo las antiguas metrópolis tienen cadáveres en sus armarios.

Un buen ejemplo de excolonias que no dudaron en masacrar a comunidades indígenas son Argentina y Chile.

Sobre todo en Chile, la tribu indígena de los Mapuches sigue pidiendo reparaciones y reconocimiento a las masacres llevadas a cabo por Santiago y Buenos Aires a finales del siglo XIX.

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Protesta Mapuche en Chile en 2012

EL SELECTO GRUPO DE LOS QUE PIDEN PERDÓN

Pero también los hay que piden perdón por represiones internas. En esta lista destacan los casos de Australia con los aborígenes y Canadá con los indígenas.

En el selecto grupo de los que han pedido perdón por barbaries recientes destacan también Serbia, cuyo presidente pidió perdón a Bosnia "de rodillas" por la matanza de Srebrenica en 1995, y la ONU, que asumió que no hizo lo suficiente para evitar la matanza de 800.000 tutsis en Ruanda en 1994.

Podría sorprender que la Iglesia católica haya pedido perdón a musulmanes, judíos y recientemente a los indígenas de hispanoamérica por su papel en la conquista española. La sorpresa desaparece cuando se tiene en cuenta el argumento: el perdón es una parte fundamental del credo cristiano. Y sobre todo porque la iglesia en ningún momento ha hablado de reparaciones.

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