Yes we can... ¡espiarte!

Yes we can... ¡espiarte!

¿Cuánta información se debería permitir a nuestros gobiernos que oculten? Lo que ocultan en nombre de la seguridad nacional empeora la transparencia necesaria para tener una ciudadanía informada. Sin duda, prefiero pecar por exceso de transparencia.

Entiendo que entre el encarcelamiento de Bárcenas y los éxitos de la Selección, el caso de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA) y su programa de espionaje no parece muy relevante en España. Pero hay dos temas centrales en este asunto que requieren un debate público, tanto en EEUU como en España y el resto del mundo.

El primero: ¿Cuánta información se debería permitir a nuestros gobiernos que oculten? Lo que ocultan en nombre de la seguridad nacional empeora la transparencia necesaria para tener una ciudadanía informada. Esa es la gran pregunta para los estudiantes de comunicación política y la discutimos en todas mis clases, pero es demasiado fundamental para la democracia como para dejarla en la aula. Creo que los ciudadanos ya entienden bien que todos los gobiernos -da igual el partido que manda- mienten, pero el papel clave del periodismo de investigación se entiende peor.

Sin duda, prefiero pecar por exceso de transparencia. No aprendemos nada de las notas de prensa de los gobiernos; lo importante sale a través de filtraciones y sin una prensa libre que pueda proteger esas fuentes no hay democracia. Lo escribí hace unas semanas sobre la guerra de Obama contra los denunciantes y es aún más relevante e importante hoy: hay cada vez menos periodismo de investigación por falta de presupuesto, algo que es muy preocupante. Julian Assange dijo en una conferencia de TED hace años que había creado Wikileaks porque los periodistas no están haciendo sus trabajo. Yo echo la culpa a las organizaciones de prensa, la mayoría empresas privadas que tienen que obtener beneficios para sus inversores. Pero eso, más la guerra contra los denunciantes que ha montado el Gobierno de Obama, hace que investigar sea aun más difícil porque a los denunciantes se les acusa de espionaje.

¿Es la filtración de información secreta del Gobierno espionaje? Como la pregunta sobre la información secreta de los gobiernos, no hay una respuesta negra o blanca, pero os propongo que estéis atentos porque Booz Allen Hamilton, la empresa que gana millones como subcontratista del Gobierno de EEUU ya tiene un contrato con los Emiratos Árabes Unidos para duplicar el NSA en su país y planifican vender sus servicios a más aliados de EEUU. Algo que nos lleva al segundo tema central del asunto.

El segundo tema es la externalización de las responsabilidades de los gobiernos. Más tonos de gris. No solamente se trata de vender el nombre de la plaza emblemática del centro de Madrid, ahora Vodafone Sol sino servicios que se considera la responsabilidad del Gobierno, desde la externalización de los hospitales en España hasta la externalización del Ejército, las cárceles y ahora el espionaje de los ciudadanos en EEUU.

Booz Allen Hamilton declaró ingresos de 5,76 mil millones de dólares (4,42 mil millones de euros) en el año fiscal que terminó en marzo y 98% de esos ingresos proceden del Gobierno estadounidense o sea, es una empresa que se enriquece con el Gobierno. Por otro lado, 70% del presupuesto de 56 mil millones de dólares (43 mil millones de euros) de la inteligencia de EEUU va a contratistas privados.

No es solamente indignante que esas empresas privadas tengan acceso a nuestros datos privados sino que están obteniendo beneficios enormes con el dinero público, el dinero de los ciudadanos. La raíz de esas colaboraciones públicas-privadas, tan elogiadas en EEUU, es la financiación privada de las campañas políticas que va mano a mano del fenómeno que se llama revolving door (puerta giratoria) en que los políticos y otros cargos del gobierno dejan sus puestos para entrar el mundo de negocios privados como lobbistas u otros ejecutivos. Mike McConnell, el vicepresidente de Booz Allen Hamilton fue el director de la Agencia Nacional de Seguridad en los Gobiernos de Bill Clinton y George Bush. (Seguramente ya sabes que no hay mucha diferencia entre las políticas de seguridad entre Republicanos y Demócratas).

Entonces, es cada vez más difícil averiguar dónde termina el Gobierno y dónde empiezan las empresas privadas. Ellos meten dinero en campañas que cada vez cuestan más dinero y a cambio quieren acceso para sus lobbistas, aunque tienen bastante acceso porque vienen del mismo Gobierno.

Todo eso es relevante en España porque: (1) Booz Allen Hamilton (y seguramente otras contratistas del gobierno) quiere vender su modelo de negocio a los aliados de EEUU. (2) Gente de la derecha en España quiere privatizar las campañas políticas y como los ciudadanos están hartos de tanta corrupción, parece cada vez un idea más razonable. (3) La externalización de responsabilidades gubernamentales ya existe en España. (4) El periodismo de investigación está quizás aun más castigado en España que en EEUU. Increíblemente, tenemos periodistas analizando si deben o no detener a Glen Greenwald por redactar artículos con la información de Edward Snowden.

La buena noticia: la opinión publica importa en una democracia, por eso los gobiernos intentan controlar tanto la información. Hace falta más debate y os animo a pensar profundamente en las dos grandes cuestiones que planteo: cuánto deberían poder ocultar y cuántas responsabilidades deberían externalizar los gobiernos. Hace falta poner en valor y apoyar a una prensa rigurosa y con mucha investigación, lo cual cuesta dinero. Finalmente, os ruego exigir una financiación de campañas transparente con límites sobre donaciones privadas.