Una de cine de terror y palomitas

Una de cine de terror y palomitas

Mientras Urdangarin y Bárcenas se disputan el nuevo título de Facineroso del Año, en el resto de provincias también se contribuye a aumentar la saga de malvados conocidos. La corrupción, apropiación indebida, el fraude fiscal y el cohecho, desgraciadamente han sido y son frecuentes a todos los niveles en nuestra singular nación.

Mientras en España Iñaki Urdangarin y Luis Bárcenas se disputan el nuevo título de Facineroso del Año que diría el ya legendario Jesús Gil, en el resto de provincias y a pequeña escala, también se contribuye a aumentar la saga de malvados conocidos. La corrupción, apropiación indebida, el fraude fiscal y el cohecho, que tanto están dando que hablar y que tan buena imagen nos están reportando allende los mares, desgraciadamente han sido y son frecuentes a todos los niveles sociales en nuestra singular nación. Una característica triste y muy literaria. Esos malos que tan atractivos resultan en la ficción, en la vida real molestan y mucho, porque nos enfrentan a una indefensión frente al poder establecido, contra la que no podemos hacer mucho.

Aunque las diferencias entre unas y otras zonas de España son palpables y cada cual responde a múltiples variables que han tejido bordados de inmensos colores a base de clima, orografía e historia, hay un espacio común que se resume en Soy mas listo que nadie. Los tratos de favor han sido hasta ahora una habitual moneda de cambio y gracias a ellos los tabloides se han nutrido de multitud de noticias sobre corruptelas a lo largo y ancho de nuestra geografía. En otro orden de cosas, existen también esos malos torpes incapaces de desarrollar bien su trabajo y por tanto desencadenantes de quejas vecinales o del incremento en los índices de desempleo, por poner un ejemplo. En Murcia hasta la Virgen de la Fuensanta se echó las manos a la cabeza al ver alterada su romería, una de sus más solemnes tradiciones, convertida en la primera víctima de una discutible mala planificación del trazado de vías del nuevo tren de alta velocidad. Pues bien, esos malos no son de la categoría de Michael Corleone o Jack Torrance pero tienen la habilidad de tocar la moral al ciudadano.

Durante tres años fui en parte responsable de un estudio de diseño que estaba en contacto con muchas de las pequeñas y medianas promotoras y constructoras que se hicieron de oro a lo largo de la pasada época de esplendor murciano. Entre nuestros clientes contamos con personas que conocían el negocio desde dentro y lo vivían de forma más ortodoxa, pero una gran mayoría eran de los que por el solo hecho de tener un pedazo de tierra se vieron de la noche a la mañana convertidos en ricos terratenientes y empresarios. Una extraña versión del sueño americano, donde todo era posible si uno se encontraba entre los elegidos. El matiz diferenciador está en que el esfuerzo personal y la igualdad de derechos para todos fueron sustituidos por un provechoso Triunfo Express basado en un Tengo amigos que manejan + No tengo escrúpulos, que conseguía los mismos resultados en muy poco tiempo.

Las previsiones de que nuestro buen tiempo atraería a media Europa fue El cuento de la lechera que todos nos creímos sin contemplaciones. Un tiempo en que los restaurantes se llenaban de comidas de negocios, donde los comensales venían a decir que el que no aprovechaba semejante coyuntura es que era más bien del género tonto. Y que si además llevabas un coche de menos de ochenta mil euros eras, definitivamente, un jodido loser. Se perdió esa idea de lograr objetivos a base de esfuerzo y tiempo. Todo era rápido y desenfrenado. Ya en 2008 la mitad de Ayuntamientos de la región eran investigados por la Justicia. Múltiples casos abiertos como los de Cerrichera, Operación Totem, Liber, Biblioteca o Umbra. Concejales de urbanismo, personalidades, un sinfín de alcaldes y exalcaldes imputados, comidas de miles de euros sin justificar... toda la región infestada de villanos, y nosotros sin darnos cuenta. Los más listos ya no lo eran tanto y empezó a llevarse mucho el donde dije digo digo Diego, que aún sigue bastante en boga, todo sea dicho.

Han ido pasando los años y como los medios andan más entretenidos con asuntos de índole nacional, parece que todo eso ha dejado de existir, o mejor dicho, que realmente nunca existió. Olvidamos muy rápido. Me pregunto qué pasaría si la economía resurgiera de nuevo con fuerza, así de repente. ¿Volverían a cometerse los mismos excesos y abusos de poder? El dinero es muy goloso y la cabra tira al monte. Hablamos de delitos pero también de faltas, que quizás nos ponen ante un espejo donde vernos tristemente reflejados. Todos esos Camps, Bárcenas, Camaras, Urdangarines... son parte del cuadro ajado de Dorian Grey, una realidad perteneciente a lo más profundo del ser humano que, de cara a la galería, ocultamos, incluso, desconocemos que tenemos. Comportamientos nunca justificables desde un punto de vista moral pero obviamente reales.

¿Es inevitable que el poder corrompa? ¿Qué haríamos cada uno de nosotros con grandes cantidades de dinero pasando por nuestras manos y sintiéndonos poderosos? Creo imposible saberlo sin tener la capacidad de acceder a ese status.

¿De qué manera puede gestionarse desde arriba sin cometer abusos por el bien de la comunidad y no el propio? ¿Qué referentes tenemos al respecto?

A ver si descartamos de una vez por todas al malote/a que va de listillo/a en las series adolescentes. Al fin y al cabo, los superhéroes siempre se han llevado de calle a la chica guapa, ¿no? El chulo de insti también, pero le trae demasiados problemas y eso al final es agotador. Quién sabe, puede que vendiendo las ventajas y beneficios del BIEN frente al MAL consigamos que el panorama mejore, porque si vamos a lo profundo, ahondando en valores como la dignidad o la honradez no tengo tan claro que consigamos resultados.

Palomitas y refresco grande por favor, que esta peli tiene pinta de tener segunda y hasta tercera parte. ¿Final feliz? Difícilmente predecible.