España y Cataluña: fin de ciclo

España y Cataluña: fin de ciclo

Las últimas elecciones generales han servido para confirmar la movilización de gran parte de la ciudadanía para encontrar una salida diferente a la situación económica, social y política de estos últimos años, con la que se apueste por una nueva forma de entender y hacer política.

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Diputados electos de Podemos/EFE

Los últimos comicios en España no han hecho más que confirmar el inicio del fin del bipartidismo. La vieja política ha salido gravemente herida de las urnas y la nueva acapara, cada vez más, las grandes esferas de decisión. Tan cierto como que solo una gran coalición entre el PP y el PSOE, inverosímil por los duros enfrentamientos, antes de las elecciones, entre los dos principales partidos del escenario político español, puede mantener realmente vivo el bipartidismo. La CUP, por su parte, ha dado el último portazo a Mas, y ha sentenciado el procés; el resultado: millones de ciudadanos frustrados y claramente defraudados por la incapacidad de los actores soberanistas para ponerse de acuerdo sobre quién debe liderar el proceso. Y dudo que con ganas de seguir confiando en ellos.

En definitiva: nos vemos abocados a celebrar nuevas elecciones, tanto en España como en Cataluña. En España, porque la llamada gran coalición solo serviría para liquidar el Partido Socialista en las próximas elecciones, ya que dejaría, ipso facto, de ser considerado alternativo al Partido Popular. Y en Cataluña, porque Junts pel Sí parece seguir apostando por Artur Mas como único candidato y la CUP ya ha dejado suficientemente claro que, para liderar el proceso soberanista, el president en funciones es, a todos los efectos, persona non grata. La decisión de la CUP de no investir a Mas como presidente de la Generalitat de Catalunya también ha pulverizado los frágiles sueños de Mariano de Rajoy de ser «razonablemente» investido para la urgente tarea de defender la unidad de España. Otra vez será. Entretanto, Mario Vargas Llosa puede seguir abogando por la gran la coalición salvadora.

Las últimas elecciones generales han servido para confirmar la movilización de gran parte de la ciudadanía para encontrar una salida diferente a la situación económica, social y política de estos últimos años, con la que se apueste por una nueva forma de entender y hacer política. Si el Partido Socialista decide no suicidarse con la gran coalición y no logra desencallar la situación con un pacto de izquierdas, los ciudadanos, con las nuevas informaciones de que disponemos, nos encargaremos de liquidar en la «segunda vuelta» el «empate» que no permite a nadie gobernar en el escenario actual. Mientras tanto, Rajoy parece ya asimilar que no será presidente, al menos, con los resultados actuales. Y los ciudadanos, cada vez más decididos a señalar a algunos la puerta de entrada y a otros la de salida. Todo es cuestión de meses.