Almagro, reserva natural del Siglo de Oro

Almagro, reserva natural del Siglo de Oro

Un momento del Festival de Almagro. Mariano Cleza (Festival de Almagro)

El objetivo de Ignacio García, el director artístico del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, es conseguir que este festival sea una reserva natural del patrimonio cultural del teatro y la palabra del Siglo de Oro. Un patrimonio inmaterial de la humanidad que necesita de este tipo de reservas. No porque esté en peligro de extinción, sino porque necesita entornos en los que se le permita vivir, expandirse, crecer, desarrollarse, innovar y concretar toda la potencia que tiene para la sociedad actual y las futuras, como la tuvo en su momento. Un Siglo de Oro clásico, de siempre y para siempre, que no tradicional, no fijado y fijo en un momento histórico y en una época pretérita. Un clásico para las gentes de hoy que se prepara para seguir siendo clásico mañana.

Objetivo no siempre bien entendido. Pues para desarrollarse es necesario probar a hacer. Y la prueba conlleva el error, la equivocación. Sin ellas no hay aprendizaje ni renovación. Algo que, a pesar de que los sabios lo digan un día sí y otro también, se acepta mal y muy poco en una sociedad que exige el éxito y el aplauso inmediatos. Algo que ni los políticos, responsables de una política cultural, ni la sociedad aceptan de buena gana. Todo tiene que brillar, deslumbrar, entretener y conseguir muchos likes, crear un estilo de vida de colorín que consagren los suplementos dominicales de los periódicos y, ahora, además, ser tendencia en Instagram.

Por eso es admirable la valentía de Ignacio García que aplicando la técnica de repetición del discurso, defiende una y otra vez el crear un entorno de seguridad, como es una reserva natural, para que la sabia palabra del Siglo de Oro se haga carne, acción, emoción, conocimiento, hoy. Y, también, diversión, entretenimiento. Un lugar en el que equivocarse contemporáneamente.

La contemporaneidad que hace que en este festival la paridad sea un hecho. Donde las mujeres del barroco, durante tanto tiempo silenciadas, recuperan su voz, una voz que sigue hablando hoy en día de lo que pasa y lo que nos pasa. Ahí está para demostrarlo la instalación Voces para Sor Juana lectura en video del poema Hombres necios de Sor Juana Inés o el espectáculo de Juana Inés una fantasía flamenca sobre la misma poetisa y su necesidad de salvarse  por el conocimiento cuando todos a su alrededor quieren que se salve por ignorante. Obra pergeñada por Carmen Cortés y Carme Portaceli, en esa simbiosis entre bailaora y directora de escena que comienza a ser habitual en los escenarios españoles y que suele contar con el favor del público.

Mujeres que si como autoras eran silenciadas, en los textos teatrales de la época se las mostraba como las listas, las inteligentes y las divertidas, frente a unos hombres bobalicones, pusilánimes y/o metepatas. Al menos esa es la tesis que defiende la periodista teatral Rosana Torres en uno de los debates del ciclo Una palabra a tiempo organizados por el Instituto de Teatro de Madrid (ITEM). Rosana es una clásica de este festival que no ha dejado de dar noticias sobre el mismo desde que fue creado por lo que acumula visiones y revisiones de muchos clásicos.

Mujeres que si como autoras eran silenciadas, en los textos teatrales de la época se las mostraba como las listas, las inteligentes y las divertidas, frente a unos hombres bobalicones, pusilánimes y/o metepatas.

Para ejemplificar lo que dice nombra a Rosaura de Fuenteovejuna, obra lopesca de la que se presentan varios montajes este año, incluido uno que viene de Costa de Marfil y pone en valor a esas mujeres. Y es que otro de los leit-motiv contemporáneos del festival es la diversidad en cuanto a la reinterpretación de los clásicos. Una reinterpretación hecha desde lo local, desde los propios referentes que tengan las compañías en los lugares en los que viven. Como ha pasado con El desdichado en fingir de Ruíz de Alarcón que ha presentado el Colectivo Teatral de Guerrero y al que seguirán muchos otros montajes mexicanos ya que México es el país invitado del festival este año. Un montaje hecho para un pueblo educado en los códigos de las telenovelas y los programas de humor mexicanos en una región donde todavía se recitan décimas en las calles, incluso se habla en décimas en algunas zonas y cualquiera puede encargar que le escriban una e incluyan su nombre. El caso es que este colectivo ha mostrado un montaje demasiado histriónico para que lo pueda apreciar un público español que acaba quedándose solo con lo que realmente le parece típico de allá como es el mezcal que dan al principio y el baile de máscaras introducido en la representación.

Bien distinto del Auto Sacramental de La Vida es sueño de Calderón que ha presentado el citado ITEM protagonizado por los alumnos de su master de teatro y dirigidos por Jara Martínez Valderas. Un espectáculo recuperado en la medida que se sabe de él y que sigue siendo tan popular como en su tiempo, no solo por la cantidad de gente que congregó en la Plaza Mayor de Almagro, sino por lo que provocó en ellos. Eso que Julio Vélez, el director del ITEM, llama el efecto oh, efecto que consiste en excalmar “Oooohhhh!” cuando algo asombroso sucede en escena y que esta vez sucedió cuando se abrió la bola del mundo y salió lo que contenía en su interior.

  Público asistente al festival. Mariano Cleza (Festival de Almagro)

Efecto que también provoca el montaje de El perro del hortelano de Taular Teatro en el Teatro de sus Mercedes. Un espacio teatral que consiste en un coche Mercedes en el que Diana, una noble dama, y, Teodoro, su chofer, que conduce, van delante requebrándose, encelándose e insinuándose. Mientras, tres espectadores, solo tres, van en el asiento de atrás mirando, escuchando, recibiendo confidencias, incluso colaborando en la escritura de versos y sonetos. Un texto reducido en longitud, sí, pero que conserva los versos y la palabra del texto original de Lope. Un curioso y original espectáculo que con distintos repartos se podrá ver durante todo el festival y para el que conviene reservar.

Es posible que para compensar las emisiones de CO2 del montaje anterior el equipo del festival, incluido el director del mismo, se muevan en bicicleta por Almagro. No son los únicos, pues decididos a combatir el cambio climático, y favorecer la salud, también han proporcionado bicicletas a la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, que acuden a este festival con El desdén con el desdén de Moreto. Historia de una joven en edad casadera que rechaza el amor para darse al estudio y el conocimiento, a la que la dramaturga Carolina África y el director Iñaki Rikarte han sabido darle un aire de alta comedia inglesa. Como las que hizo Kenneth Branagh para el cine. Y que a pesar de esa elegancia un tuit adolescente ha resumido su experiencia al verla como que si nos organizamos aquí follamos (el adolescente dixit) todos, tuit que ha creado furor y una legión de seguidores entre profesionales y críticos. Un montaje que acabará sus días en Almagro tras apenas un mes de representaciones en Madrid y una cortísima gira. Aunque, visto su éxito de público, puede que vuelva el verano que viene, como este año vuelve el aplaudido montaje de El banquete de esta misma compañía a un espacio tan singular como el Palacio de Fúcares.

Las obras anteriores son tan solo el botón de muestra de todo lo que hay programado y se puede ver en este festival manchego hasta el 28 de julio. En el que los espectáculos del Siglo de Oro pueden encontrar unaa red de seguridad para fracasar cada vez mejor, que diría Beckett, el gran autor del siglo XX. El fracaso como la única posibilidad de tener éxito. Una red que, de nuevo, en palabras de Ignacio García, el director del festival, permita democratizar el error favoreciendo el acercamiento idiosincrático a los clásicos, antes que repetir(se) de forma canónica y académica, en una tradición. Una postura que exige artistas y espectadores dispuestos a divertirse, en su doble acepción de pasarlo bien y de desviarse. Para encontrar juntos nuevos caminos por los que transitar los clásicos de un barroco que por temas y formas está más cerca de nosotros de lo que pensamos, según el director de escena Francisco Negrín, y que está deseando contar qué nos pasa hoy, aquí y ahora.

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.