Arranca el 'impeachment' a Trump: las claves para entender el juicio político al presidente de EEUU

Arranca el 'impeachment' a Trump: las claves para entender el juicio político al presidente de EEUU

El magnate se enfrenta a los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso, aunque tiene el apoyo mayoritario del Senado, que ejerce de jurado

La controversia es su seña de identidad. Lleva tres años largos sacando de sus casillas a adversarios y colaboradores, estirando las costuras de las leyes, negando información básica a las Cámaras, eludiendo el control financiero más básico, lanzando una media de 14 mentiras, exageraciones o inexactitudes diarias. Pero sólo ahora los demócratas han encontrado razones de peso para llevar a Donald Trump a un juicio político, un impeachment, en el que se evalúe si ha cometido dos delitos graves: abuso de poder y obstrucción al Congreso. Desde la una de la tarde de hoy (hora local, las siete en la España peninsular), el Senado estadounidense debe debatir si es culpable o inocente, o lo que es lo mismo, si lo echan o sigue siendo presidente de los Estados Unidos.

Trump será el tercer mandatario en someterse a este proceso, tras Andrew Johnson (1868) y Bill Clinton (1998). Los dos salieron victoriosos. Richard Nixon (1974) dimitió antes de que pudiera iniciarse el debate. Se trata, eso sí, de la primera vez que se juzga a un presidente que busca la reelección, este mismo año.

Ni polémicas sexuales ni escuchas al enemigo: en su caso, ha de hacer frente a las acusaciones de los demócratas ante la supuesta presión ejercida por el presidente estadounidense sobre las autoridades ucranianas para que le proporcionaran información perjudicial sobre su rival político, el senador Joe Biden, uno de los mejor posicionados para disputarle este noviembre la Casa Blanca.

¿Qué puede pasar? Lo previsible es que todo quede en nada, que Trump se vaya de rositas, ya que su partido, el republicano, posee mayoría en la Cámara Alta. Al menos 20 de los suyos deberían rebelarse y ponérsele en contra para que la votación prospere. Pero quedan días de mucha batalla, de revelaciones,  de exposición pública... y hay que salir vivo de todo eso.

El impeachment es un procedimiento de destitución por el que el Senado juzga a un presidente en EEUU. Inicialmente, el Congreso recaba información, elabora un informe y presenta cargos, que es lo que ha ocurrido en los pasados meses, un proceso impulsado por el Partido Demócrata, que tiene mayoría en dicha cámara.

Luego la Cámara Baja aprueba dichos cargos -por mayoría simple- y entonces eleva el caso al Senado. Justo en ese punto estamos hoy: el caso llega a la Cámara Alta, con mayoría republicana, y sus miembros ejercen de jurado y empiezan a examinar la situación, con la supervisión del presidente del Tribunal Supremo, que hace las veces de juez. El representante de la Cámara de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff, ejercerá como fiscal acusador.

Se necesita una mayoría de dos tercios para condenar a un presidente. Con esas sumas, hoy, la absolución se da por segura.

  El presidente de EEUU, Donald Trump, el pasado 19 de enero en un acto con granjeros en Austin (Texas). Kevin Lamarque / Reuters

¿De qué se acusa a Trump?

La investigación contra Trump impulsada por la demócrata Nancy Pelosi en el Congreso determinó que se podía procesar al magnate por dos cargos: abuso de poder, al solicitar la ayuda de Ucrania para investigar a su rival político, y obstrucción del Congreso, por tratar de impedir que el escándalo se aclarase por derecho.

El primer cargo se refiere a supuestas conversaciones en las que el presidente y otros altos cargos cercanos a él (tanto de la Casa Blanca como de su equipo de abogados) habrían presionado a las autoridades de Ucrania para investigar las actividades en dicho país de su enemigo, el exvicepresidente en la era Obama y hoy aspirante demócrata a la presidencia, Joe Biden, y de su hijo, Hunter. Esas presiones llegaron, según las primeras investigaciones, a lo más alto, al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

El joven Biden, abogado y consultor, entró en la junta directiva de la empresa Burisma Holdings, en Ucrania, cuando su padre aún era el número dos de la mayor potencia del mundo. Trump quería saber si había trapos sucios en la vida del hijo de su rival. Públicamente ha dicho que hay “corrupción” en esas relaciones empresariales, extremo que no se ha confirmado, aunque Hunter, bien es cierto, ha reconocido que quizá no eran aquellas las aguas más limpias en las que pescar. Independientemente de lo transparente que sea la labor de Biden Jr., presionar a un estado usando tu papel de presidente es lo que ahora se debate. Nada más.

Además, a Trump se le responsabiliza de retener unos 400 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania que ya había sido aprobada por el Congreso estadounidense, y un encuentro con Zelensky en la Casa Blanca, todo en la misma línea de tener munición para la campaña que se avecina.

En cuanto al segundo posible delito, hace referencia a la obstrucción de la investigación que el mandatario habría cometido, entre otras cosas, al dar a todo el personal de la Casa Blanca órdenes de no colaborar con el proceso que ahora culmina. Trump se ha negado a testificar y a enviar documentación comprometedora.

Los demócratas dicen que sí, “variadas, firmes y serias”, y los republicanos que no, apenas “documentación insuficiente, sin firmeza ni solidez”. El caso de armó inicialmente gracias a la denuncia por parte de un funcionario de los servicios de Inteligencia que no ha sido identificado, aunque en un gesto muy polémico uno de los hijos del presidente, Donald Trump Jr, tuviese el descaro de señalar a un funcionario de la CIA, llamado Eric Ciaramella y citado como fuente por la prensa más partidaria de su padre, medios especializados en generar noticias falsas.

Este denunciante anónimo mostró su “preocupación” por una llamada telefónica que tuvo lugar entre los dos presidentes, el norteamericano y el ucraniano, el pasado 25 de julio. Una transcripción de esta conversación -que hasta Trump facilitó a medias- apunta a que el republicano presionó claramente a Zelensky para investigar las acusaciones contra los Biden. Llamada que, justo, se produjo después de que se congelara la entrega de ayuda ya acordada para Kiev. Hay párrafos como estos...

Trump: Me gustaría que nos hicieras un favor porque nuestro país ha pasado por mucho y Ucrania conoce mucho sobre eso. Me gustaría que descubrieras lo que pasó con todo esta situación en Ucrania, hablan de Crowdstrike .... Creo que tienes a gente valiosa... Hay muchas cosas que sucedieron, toda la situación... Creo que te estás rodeando con algunas de las mismas personas. Me gustaría que el Procurador General lo llamara a usted o a su gente y me gustaría que llegara al fondo del asunto. Como usted dijo ayer, toda esa tontería terminó con una actuación muy pobre de un hombre llamado Robert Mueller, una actuación incompetente, pero dicen que gran parte de ella empezó con Ucrania. Cualquier cosa que puedas hacer, es muy importante que lo hagas si es posible.

En los interrogatorios que se han hecho en el Congreso previos al proceso en el Senado se han escuchado testimonios que afianzan la existencia de esa presión. Por ejemplo, según el embajador de EEUU en Ucrania, Bill Taylor, Trump dejó claro que la entrega de las ayudas estaba condicionada a la investigación sobre la familia demócrata. “El mayor interés de Trump en Ucrania era investigar a Biden”, dijo.

También se quejó de las interferencias en el proceso del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, que era el líder de un canal “altamente irregular” de comunicación con Ucrania y que estaba socavando los objetivos oficiales de la diplomacia estadounidense en el país europeo, al que Washington había pedido reformas energéticas y lucha contra la corrupción.

“El mal comportamiento del presidente es tan simple y tan terrible como esto: el presidente Trump le pidió a una nación extranjera, Ucrania, que anuncie públicamente una investigación sobre su oponente y una teoría sin fundamentos promovida por Rusia para ayudar a su campaña de reelección”, indicó Adam Schiff cuando anunció la acusación.

El mal comportamiento del presidente es tan simple y tan terrible como esto: el presidente Trump le pidió a una nación extranjera, Ucrania, que anuncie públicamente una investigación sobre su oponente y una teoría sin fundamentos promovida por Rusia para ayudar a su campaña de reelección
Adam Schiff, 'fiscal' de los demócratas

¿Qué dice su defensa?

In extremis, los abogados de Trump han presentado en el Senado sus 171 páginas de informe en el que niegan la mayor: se reconocen contactos con las autoridades de Ucrania, pero dentro del legítimo ejercicio de las relaciones políticas y, desde luego, nada que sea constitutivo de delito. La llamada entre presidentes, por ejemplo, fue “perfecta”, a su modo de ver.

“Todo esto es una perversión peligrosa de la Constitución que el Senado debería condenar rápida y categóricamente”, dijo la defensa de Trump, liderada por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, en el documento. Por eso reclama un proceso veloz en la Cámara Alta. Sostiene el letrado que el caso no es valido porque las acusaciones son “deficientes”, pero no da detalles sobre cómo va a ser su estrategia, si va a pedir una moción para que se descarte el caso o va a entrar al toro.

Por ahora, se aferra a la tesis de la “caza de brujas”, como ha repetido Trump en su cuenta de Twitter, y al hecho de que, si ha habido algo, “no se aproxima ni remotamente al umbral constitucional para destituir a un presidente” y se ha plasmado de forma irregular en el escrito de acusación.

Tampoco se sabe si acusará a los Biden de corruptos, tratando de justificar el interés extremo del millonario en su labor en Ucrania, o si lanzará dardos a los demócratas, tratando de justificar que todo esto no es más que un amaño político para boicotear las elecciones de dentro de 10 meses.

Trump no está en principio obligado a declarar en el Senado y, de hecho, en este día en que arranca el proceso se encuentra en el Foro de Davos, en Suiza, por lo que será Cipollone quien defienda su buen nombre.

¿Hay posibilidad de que sea destituido?

Alguna hay, pero realmente, pocas. Su partido posee la mayoría en la Cámara Alta o Senado, donde se dirime todo. Lo que ha pasado antes en el Congreso no vale de nada, porque allí mandan los demócratas. Una veintena de republicanos tendrían que ponerse contra su líder, algo altamente improbable, para que la votación diera un giro, ya que tienen 53 miembros en una cámara de 100. Sería la primera vez que prospera un juicio político en la nación.

Si Trump pierde este juicio, no se convocarían elecciones adelantadas, como sucede en otros países, sino que su cargo sería temporalmente ocupado por su actual vicepresidente, Mike Pence. Y ya en noviembre, como está previsto, se iría a las urnas.

¿Cómo será el proceso?

La Constitución de Estados Unidos sólo establece los parámetros generales del juicio, por eso todo lo demás ha habido que negociarlo. Durante la primera jornada del proceso de impeachment, este martes, se establecerán las siguientes reglas de la lucha: cuánto tiempo se escucharán los argumentos de los fiscales de la Cámara de Representantes, cuánto tiempo se escuchará a la defensa; el tiempo destinado a las preguntas pertinentes, en este caso a cargo de los senadores, y las deliberaciones finales, informa AP.

No es una cosa menor. Todo el proceso se ha retrasado estas semanas precisamente por los choques sobre los detalles del procedimiento entre republicanos y demócratas. Los primeros, inicialmente, se negaban a permitir la declaraciones de algunos testigos (como el que fuera consejero de Seguridad Nacional, John Bolton) y llegaron a afirmar que actuarían según les aconsejase la defensa de Trump, ante lo que los demócratas adujeron que así no tenían garantías de un juicio justo, si se les negaba el acceso a personas esenciales en la causa.

Finalmente, ambas fuerzas acordaron un reglamento por el que los llamamientos a testigos se aprobarán durante el propio juicio, tras las alegaciones iniciales. Aún así, los demócratas están incrementando sus peticiones, dice The New York Times, para tener más testimonios y documentos para así tener una mayor evidencia contra Trump y fortalecer su caso.

El impeachment se iniciará con la presentación de argumentos de ambas partes. El primero turno será para quienes ejercerán como “fiscales”, que tendrán 24 horas hábiles para exponer su caso. Se espera que tarden unos tres o cuatro días en esa fase. Luego seguirá la defensa, que también tendrá el mismo tiempo a su disposición. A partir de ahí... “que reluzca la verdad”, como dice Pelosi.