Mal comienzo para una coalición

Mal comienzo para una coalición

Sánchez e Iglesias evidencian sus diferencias y las negociaciones no avanzan en un extraño y apesadumbrado debate de investidura.

Sánchez e IglesiasEFE

Extraño aire en el Congreso de los Diputados. Tristeza, reproches, decepción, sin acuerdos, pesadumbre, revelaciones grisáceos, ofertas que no contentan a nadie. Un debate de investidura debe ser la puesta de largo de un candidato, un torbellino de energía ante la legislatura que se avecina, un canto al poder de la política para cambiar las cosas. 

Pero este lunes España vuelve a vislumbrar el bloqueo, a presenciar a una clase política que no sabe llegar a acuerdos. Y ese Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, el primero que tendría el país en su historia democrática, parece hoy un sueño de verano. La investidura vuelve a peligrar. Las negociaciones han vuelto a encallar y las palabras han subido de tono al final de la tarde entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

El viernes por la tarde parecía todo hecho. El paso atrás de Pablo Iglesias, tras el veto de Pedro Sánchez, daba un giro inesperado a la política española. El fantasma de las elecciones del 10 de noviembre se disipaba. El silencio de las negociaciones este fin de semana entre socialistas y ‘morados’ no ha servido para nada (por ahora). El socialismo mantiene su oferta, pero a Podemos no le contentan las propuestas y creen que les ofrecen meros puestos de “decorado”.

La sesión de investidura ha arrancado este lunes, a la espera de la primera votación de este martes -Sánchez no logrará la investidura por mayoría absoluta- y ya pensando en el jueves -hoy más negro que este domingo-. Y ya desde primera hora se notaba ese clima monzónico en el Hemiciclo. El discurso de Sánchez, de casi dos horas, no ha contentado a ninguno de los otros partidos: más de 130 propuestas, pero una breve apelación al acuerdo de Unidas Podemos y ni citar el Gobierno de coalición. Pasaba de puntillas también por el tema catalán.

Sánchez mantiene la oferta... pero habla de “otras opciones”

Presagio de una tarde llamada al dolor de cabeza. Y si todo puede ir peor, irá. Desde luego el debate no ha servido para allanar el camino de un pacto entre Sánchez e Iglesias. Ha servido para verbalizar las discrepancias que mantienen, y con la sensación de un doble juego o de un candidato socialista que no se cree del todo eso del Gobierno de coalición, parece casi incómodo, y que ha pedido varias veces a unos duros Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Cs) que se abstengan para no bloquear al país.

El momento más esperado era el ‘cara a cara’ entre Sánchez e Iglesias. Los dos están condenados a entenderse o España tendrá que ir a elecciones. Los ‘morados’ llegaban a ese rifirrafe parlamentario en estado de shock tras escuchar por la mañana las palabras de Sánchez. “Solo tenemos dos mejillas”, resumía Rafa Mayoral. Y luego sorprendía a Podemos el ahínco con el que candidato pedía la abstención a PP y Cs.

De menos a más entre los dos líderes. Desconfianza, algún reproche y frases que no ayudan a ese pacto. Muchos se preguntan si se puede empezar así un Gobierno de coalición precisamente. Sánchez verbalizaba ya sobre las siete de la tarde que mantiene su oferta de Gobierno de coalición (sí decía esa fórmula concretamente) pero llegaba la coletilla que hacía saltar a UP: si no hay acuerdo, se pueden abrir “otras opciones” (como un acuerdo de investidura o parlamentario).

En Podemos llevan horas diciendo que los socialistas siguen buscando excusas, a pesar del paso atrás de Pablo Iglesias. Antes de empezar el debate se ha conocido que se había ofrecido desde Ferraz a UP una vicepresidencia, pero que no la aceptaban al considerarla “simbólica” y sin competencias.

“La propuesta que les hago es de un Gobierno de coalición, pero lo que le digo es que entre un Gobierno de coalición y que ustedes voten con la ultraderecha en contra de un Gobierno socialista hay muchas opciones que se pueden abrir”, indicaba Sánchez. 

Iglesias: “No nos vamos a dejar humillar”

Y llegaba el tono duro de Iglesias revelando cuestiones de las negociaciones. El líder morado comentaba que Sánchez le dijo que “ni hablar” cuando le planteó que hubiera, como en el acuerdo valenciano, cargos de UP en ministerios encabezados por el PSOE. Entonces, ha proseguido, los ‘morados’ decidieron no pedir ni Interior ni Exteriores ni Economía. Y cuando plantearon competencias en Hacienda, Trabajo o Transición Ecológica se encontraron con el mismo “ni hablar”.

“Señor Sánchez, ¿qué nos ha ofrecido usted? Explíquelo a la Cámara”, soltaba Iglesias. Luego el presidente en funciones disparaba algunas frases que caldeaban los ánimos en la bancada ‘morada’: “Si no llegamos a ese acuerdo, piénsese mucho votar con la ultraderecha”, “PP, Cs, Vox y Unidas Podemos suman. ¡Adelante!”. 

El calor tórrido del verano madrileño parecía colarse en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. La exigencia de Iglesias se hacía patente: un Gobierno de coalición proporcional a los votos. “No nos vamos a dejar humillar ni pisotear por nadie”, soltaba como un cuchillo helado el líder de Unidas Podemos, que antes recordaba que habías sido vetado por Sánchez. Con una advertencia incluida: “Disimule un poco”. Su teoría, y así se lo ha trasladado en directo al socialista, que si se repiten elecciones, Sánchez no será presidente. Y más: le ha pedido respeto y que no le planteen a su partido ser un mero “decorado”. 

Entre muchos morados se cree que el PSOE no quiere llegar a ese Gobierno de coalición, y entre muchos socialistas ya se da por hecho de que si hay acuerdo, no llegará hasta la votación del próximo jueves. Sánchez ha recalcado en varias ocasiones las “discrepancias profundas” que hay en temas como Cataluña.

Por si acaso, a lo largo de estas horas de lunes, Sánchez ha presionado de nuevo a PP y Cs que se abstengan por el “bien de España”. Pero se ha encontrado un fuerte muro en la derecha. Más institucional ha estado Pablo Casado, pero le ha dicho que no se fía de él y que “oculta” a sus socios. Más bronco ha sido el cara a cara con Rivera, quien le ha acusado de tener una “banda” y un “plan” a Sánchez. Incluso, ha dicho que si uno no es del PSOE, “está jodido” por el amiguismo del presidente. Tiraba de ironía el socialista y decía que Cs parecía ahora “la gran evasión”. Tics cinéfilos para hacer daño.

Una tarde con muchos titulares y con el debut de Santiago Abascal para cerrar el primer día. ¿Lo escuchan? Es la ultraderecha, decía Sánchez a Iglesias y Casado tras las palabras del líder de Vox. Este ha vuelto a derrochar su argumentario extremo contra “golpistas, comunistas, chavistas”, “dictadura progre”, “voceras del feminismo”, “tenebrosa ideología totalitaria”...

Un lunes de codiferencias.