Elecciones catalanas y de las que nadie habla

Elecciones catalanas y de las que nadie habla

A los emigrantes, aparte de hacernos la vida difícil Boris Johnson, se nos suman las instituciones españolas.

Colegio electoral.EFE

En el lejano pre-COVID, febrero de 2020, los senadores anunciaron que el voto rogado se iba a acabar. El Senado aprobó casi por unanimidad una moción del PSOE para eliminar el voto rogado y sólo una banda se opuso a que saliera adelante.

Nos decían, hace casi un año, que se solicitaba que “en el plazo más breve posible” se lograra este ansiado cambio… y se votó en Euskadi, se votó en Galicia y se va a votar en febrero en Cataluña. Menos del 6% de la población ha mostrado interés en participar en la gymkhana del voto rogado, a pesar de que su voz es tan valida y necesaria como la del resto de ciudadanos.

Ya he denunciado el maltrato constante a los emigrantes y a los organismos que los representan y cómo nos han enmudecido durante 2019 y 2020 no convocando al Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, que es donde nos escuchan… o escuchaban.

Este lunes los Consulados Generales en todo el mundo anunciaran las elecciones a los Consejos de Residentes, pero no va a salir en el telediario ni en La Sexta Noche. Ni siquiera en los canales regionales o en la radio, y así, estas elecciones seguirán ocultas para la mayoría de los emigrantes.

Si se crean Consejos de Residentes se institucionaliza el parecer de la emigración, se organiza, y puede conllevar nuevas solicitudes de cambio y mejoras con respecto al trato que recibimos por parte del estado español. Si no salen estos Consejos en el mundo se enmudece aún más nuestra voz… algo que viene muy bien a todos los partidos políticos.

En Alemania no existen. Ni en Austria, Noruega, Dinamarca o Polonia. La lista es larga y se debe a las dificultades que se nos ponen para poder presentar cualquier lista de candidatos.

En Reino Unido trabajamos para que salgan tres Consejos de Residentes formados por voluntarios sin salarios y sin puertas giratorias. Voluntarios echando horas por una comunidad y sin conocer, en muchas ocasiones, el trabajo.

La tercera provincia de España tendrá elecciones de las que no se hablará en ningún sitio.

En Reino Unido, a día de hoy, hay más de 120 mil españoles registrados como residentes permanentes, y posiblemente podríamos aventurarnos a decir que la cantidad real es más del doble, ya que muchos no se registran a pesar de que es una obligación legal. Una obligación sin multas ni sanciones no se siente como tal.

Los cálculos no son fáciles de hacer, pero teniendo en cuenta los datos oficiales del registro de todos aquellos que han solicitado el estatus de asentado en la Home Office, los españoles superábamos los 250 mil en septiembre y, seguramente, la cifra haya subido ante la escalada de registros antes de la fecha de corte del 31 de diciembre y que se prorroga hasta el 30 de junio de 2021.

Con los datos de las últimas elecciones generales en 2019, y sin intentar jugar como un trilero, sería fácil calcular la representación que esta población debería tener en escaños en el Congreso de los Diputados.

Teruel Existe consiguió un escaño con menos de 17 mil votos, por otro lado, Mas País necesito 192 mil votos para cada escaño. Hubo una horquilla de 8 partidos que necesitaron entre 53 mil y 70 votos, que podría usarse para otorgar entre 2 o 3 escaños a los emigrantes en Reino Unido.

Pero este melón de la demarcación exterior no quieren abrirlo desde los partidos políticos. Creo que quizás se deba a que aparte de los caladeros de votos de ciertos partidos en Argentina, por ejemplo, en el resto del mundo podrían surgir partidos políticos de emigrantes cabreados por no estar representados. La alternativa sería que los partidos responsables y justos decidieran otorgar una paridad a los ciudadanos españoles en el exterior… a los mas de 2 millones y medio de españoles.

Si Reino Unido, por lo bajo, tuviera 2 representantes, otros países como Argentina contarían con una representación aún mayor si tuviéramos una ley electoral más equitativa… pero desde toda la diáspora nos conformamos con muy poco, pero con algo de justicia.

Lo primero es que nuestras instituciones se respeten, que nuestros Consejos de Residentes (CRE) se promocionen y que haya un Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) con calendarios, funciones y derechos reglados, no cambiantes según las necesidades políticas.

Lo segundo, que el calendario esté organizado por nosotros mismos, con un Ministerio solo del que depender y no tener CREs dependiendo de Exteriores y CGCEE dependiendo de Inclusión, Emigración y seguridad social.

Y, por último, que seamos órgano asesor, como dice la ley. Somos electos para esta función y las escasas veces que se nos tiene en cuenta no se nos llama para dar nuestra opinión. ¿Habrá algún partido que sí lo haga?

La respuesta es no. Un NO rotundo.

Cuando se consiga retirar el voto rogado podría suceder que los partidos tradicionales, y su apatía, lleguen a impulsar partidos desde la emigración, o quizás se atrevan a apostar por la equidad en listas electorales y los 2 millones y medio de españoles emigrados estemos representados con candidatos.

La inclusión del residente en Reino Unido, Richard Burton, como candidato para las elecciones catalanas es una sorpresa, ya que normalmente los partidos no buscan en los caladeros del exterior. La pega es que aun cuando se les incluye, puede ser que esto ocurra a otros efectos y no se les ponga donde los podamos oír. En este caso, a la emigración catalana en el Parlamento de Cataluña. Es un paso, pero un paso a medias. Reconocen que existimos, pero quizás sin la valentía de representar fielmente el porcentaje de emigrantes catalanes que viven fuera.

La emigración no cuenta y cuando vemos cómo a los sufridores del Brexit no sólo nos hace la vida difícil Boris Johnson sino también las instituciones españolas, como la DGT con cambios en como recuperar el carné de conducir español exigiéndonos volver a hacer exámenes en caso de retorno, entonces vamos apañados. Pero esa es otra historia, y hay tantas que contar…