¿Está realmente Boris Johnson a punto de hacer estallar las negociaciones del Brexit?

¿Está realmente Boris Johnson a punto de hacer estallar las negociaciones del Brexit?

El primer ministro británico ha sido acusado de romper el acuerdo de salida de la UE del año pasado, pero es posible que Reino Unido no esté al borde del precipicio (todavía).

Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido.REUTERS

Las negociaciones del Brexit han renacido después de que Boris Johnson haya fijado una nueva fecha límite y haya declarado que estaría “feliz” de marcharse sin acuerdo comercial, en caso de que la UE no haga ninguna concesión.

El primer ministro habría supuestamente complicado más las cosas amenazando con romper elementos básicos del acuerdo de retirada que negoció para sacar al país de la Unión en un primer momento.

La UE ha respondido insistiendo en que la implementación del acuerdo de retirada es una “condición previa” para las futuras negociaciones sobre un acuerdo comercial, y lo ha calificado como una “cuestión de confianza”.

La situación ha dejado a muchos preguntándose si, después de cuatro años, este es el final del camino para las negociaciones del Brexit. ¿Está Reino Unido a punto de salir de la UE sin un acuerdo comercial y, por defecto, sujeto a los términos económicos -y perjudiciales- de la Organización Mundial del Comercio?

El HuffPost UK ha hablado con distintos expertos para averiguar qué está pasando realmente.

¿Qué está ocurriendo?

El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, se encuentra en Londres para afrontar una semana crucial -y a contrarreloj- de conversaciones sobre el Brexit con su homólogo británico, David Frost, y tratar de alcanzar un acuerdo.

Los puntos clave de fricción siguen siendo las ayudas estatales y la pesca, y Johnson parece haber diseñado un plan para presionar a la UE y que ceda terreno a las demandas de soberanía del Reino Unido.

El primer ministro británico ha establecido una nueva fecha límite para el 15 de octubre alegando que será el momento de “seguir adelante” si no se puede llegar a un acuerdo, e incluso ha declarado que en tal caso éste sería “un buen resultado” para Reino Unido.

Todo se ha complicado aún más por una filtración del proyecto de ley del Mercado Interior del Gobierno que debía publicarse este miércoles, y que algunos expertos ven como una ruptura del acuerdo de retirada firmado a principios de este año y que pone en peligro las negociaciones.

  Los negociadores del Brexit Barnier y Frost.EFE

¿Por qué seguimos hablando de un acuerdo ya negociado?

Existen, por su puesto, dos potenciales ‘acuerdos Brexit’.

Quédense con esto: el acuerdo de retirada del año pasado (WA, por sus siglas en inglés) desencadenó en el actual período “paralizado” de transición, durante el cual continúan las conversaciones para un futuro acuerdo comercial más a largo plazo.

El WA también negoció los derechos de los ciudadanos, el llamado “proyecto de ley de divorcio” y el espinoso asunto de Irlanda del Norte.

Este último problema es el que está causando más angustia.

¿No estaba el acuerdo de retirada “listo para el horno” en diciembre?

Creíamos que sí, pero resulta que Johnson no está contento con algunos aspectos de su propio acuerdo. En concreto, con lo que el llamado protocolo de Irlanda del Norte (NI, por sus siglas en inglés) significa para Reino Unido.

Se suponía que Irlanda del Norte debía seguir las reglas de la UE sobre ciertos aspectos en materia de comercio, pero Reino Unido regula otros para garantizar que mantiene una frontera invisible con la República.

Ahora, sin embargo, el Gobierno ha elaborado el proyecto de ley de Mercado Interior, que parece desmontar aspectos del protocolo de Irlanda del Norte.

El problema está en que el Ejecutivo británico quiere otorgar a los ministros de Reino Unido -y solo a los ministros del Reino Unido- el poder de decidir qué bienes están “en riesgo” de ser vendidos en la UE a través de Irlanda del Norte y, por lo tanto, cuáles deben cumplir con los aranceles de Bruselas.

Según el proyecto de ley del Mercado Interior, los ministros de Reino Unido también tendrían el poder de decidir cuándo las ayudas estatales -apoyo gubernamental a las empresas- deberían notificarse a Bruselas porque afectan a Irlanda del Norte y, por extensión, a la UE.

Downing Street ha enfatizado que las medidas son simplemente una “red de seguridad” para garantizar que no haya confusión legal si Reino Unido y la UE, a través del llamado “comité conjunto”, no llegan a ponerse de acuerdo sobre cómo determinar estas cuestiones. (El comité conjunto se estableció en virtud del acuerdo de retirada para supervisar su aplicación. Las negociaciones en el comité están dirigidas por Michael Gove, por parte de Reino Unido y Maros Sefcovic, por la UE).

Un funcionario de Reino Unido también ha insistido en que están “completamente comprometidos” con el acuerdo de retirada y ha descrito la legislación como “aclaraciones menores”.

Entonces, ¿cuál es el problema?

Sin embargo, lejos de representar “aclaraciones menores”, las propuestas pueden en realidad echar por tierra el acuerdo de retirada.

Anand Menon, director del think tank ’UK in a Changing Europe’, cree que el plan de Johnson corre el riesgo de eludir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJCE), que en última instancia es quien tiene el poder de decisión sobre la normativa de ayudas estatales en virtud del acuerdo de retirada y las leyes aduaneras de la UE que se aplican en Irlanda del Norte.

“Lo que es innegable que está ocurriendo es que los ministros, al reflexionar sobre los detalles de lo que negociaron y firmaron el año pasado, han dicho: ‘No nos gustan’”, dice.

Menon también enfatiza que el plan de Reino Unido no es simplemente una red de seguridad como afirma el gobierno.

Maddy Thimont Jack, del Instituto de Gobierno, está de acuerdo. “Por la forma en que está redactado”, explica, “su valor por defecto son cheques completos, a menos que acuerde lo contrario. Entonces, por ejemplo, el acuerdo de retirada establece que, si el comité conjunto no se pone de acuerdo sobre qué bienes están en riesgo y deben pagar aranceles a la UE, entonces todos los bienes contarán de esa forma”.

Menon agrega: “Si existe algún peligro de que Reino Unido parezca incumplir sus compromisos en virtud del acuerdo de retirada, la UE simplemente dirá: ‘No vale la pena’”.

Pero Thimont Jack cree que aún puede haber margen de maniobra.

“Hay una diferencia entre darles a los ministros poderes para hacer algo y que ellos realmente lo hagan”, dice.

La UE también sabe que el acuerdo proporciona mecanismos de resolución de disputas que podrían hacer que Reino Unido se enfrente a sanciones si realmente incumple.

“La UE se mantiene bastante comedida y no se emociona tanto como todos nosotros. Básicamente está diciendo: ‘Esperemos y veamos en qué queda todo esto’”, añade.

″[El Proyecto de Ley del Mercado Interior] da un paso hacia socavar las obligaciones del Reino Unido en virtud del acuerdo de retirada”.

¿A qué está dispuesto Reino Unido?

El movimiento sorpresa de Reino Unido ha derivado en un nuevo brote febril de ‘brexitología’, que se había convertido casi en un deporte en extinción ya que las negociaciones seguían estancadas en torno a los mismos temas.

Thimont Jack sugirió que Johnson podría estar tratando de presionar aún más a la UE, “diciendo: ‘Si no vas a lanzar la pelota en las conversaciones no tenemos necesariamente que cumplir con lo que hemos firmado.’”

Y continúa: “No creo que eso funcione. Si esa es la táctica, no tiene por qué ser la mejor. La UE se apegará a las mismas líneas que ha repetido en el último año: lograr un acuerdo sobre su relación futura depende de que Reino Unido implemente completamente el acuerdo de retirada”.

También podría ser un tanteo, “estar preparando el terreno”, como dice un diputado conservador, para un compromiso más amplio del acuerdo comercial.

Thimont Jack está de acuerdo: “Podría tratarse de decirles a los diputados que  están más descontentos con el acuerdo de retirada: ‘Tenemos estos poderes’, y eso posiblemente podría ayudar si Reino Unido hacer una concesión en un momento posterior”.

“Y nuevamente, esa podría ser la razón por la que la UE está un poco más tranquila, porque lo ven como cuestiones de política interna y, por lo tanto, no algo por lo que molestarse a día de hoy. Pero si va más allá de una toma de poder, entonces planteará preguntas”.

Menon cree que la disputa muestra dónde está el poder en el Partido Conservador.

“No hay duda de que están atentos a la audiencia partidaria del Brexit aquí”, asegura.

“La gran pregunta sin respuesta para mí es: ¿dónde están los conservadores moderados? ¿Van a hablar? La reacción aún no ha llegado”.

“Podría dar una idea más clara de las fortalezas de ambos bandos del Partido Conservador: solo hay uno en marcha en este momento y es el de los fanáticos del Brexit”.

¿No nos dirigiremos pronto a ningún acuerdo?

Una vez más, si bien podría parecer una línea dura, la postura de Johnson podría no serlo tanto como aparenta. Su nueva fecha límite -15 de octubre- es solo dos semanas antes del día fijado previamente por Barnier, el 31 de ese mes.

Menon dice: “Parte de la política de esto es intentar presionar a la UE. Otra parte es que cuanto más hablas de que no habrá acuerdo, más héroe salvador parecerás si finalmente consigues un trato. Una vez más, serás el hombre que ha logrado lo imposible”.

Pero eso no significa que no haya ningún acuerdo sobre la mesa.

“Está muy bien equilibrado en este momento”, asegura Menon. “La combinación entre la música ambiente y los problemas de fondo significa que ningún acuerdo es perfectamente plausible”.

Pero para Thimont Jack, no hay necesidad de entrar en pánico en este momento.

“Las próximas semanas van a ser importantes, pero no creo que debamos leer demasiado entre líneas todavía”.

Este mismo miércoles, el ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha admitido que la ley que estudia Londres para modificar el Acuerdo de Retirada de la Unión Europea “violaría el Derecho Internacional”, en el marco de un debate que ha generado divisiones incluso en el seno del Partido Conservador.

Interrogado por si estos cambios supondrían un incumplimiento de las obligaciones internacionales por parte de Reino Unido, el ministro ha respondido que “sí”. “Incumple el Derecho Internacional de una manera muy específica y limitada”, según la BBC.

Además, entre quienes han cuestionado la revisión que plantea el Gobierno figura la ex primera ministra Theresa May, quien ha recordado que tanto el Ejecutivo como el propio Parlamento suscribieron el acuerdo que ahora se querría matizar. ”¿Cómo garantizaría el Gobierno a los socios internacionales que pueden confiar en que Reino Unido cumplirá las obligaciones legales?”, ha planteado.

La polémica se habría llevado también por delante al principal responsable del departamento legal del Gobierno, Jonathan Jones, que ha presentado su dimisión tras discrepar con los cambios que se han planteado, según el diario ‘Financial Times’. Con Jones, ya son seis los altos cargos dimitidos en lo que va de año.

Este artículo ha sido traducido de la versión HuffPost UK, y ha sido escrito por Arj Singh.