Cuando el Congreso se convirtió en una Comandancia y el Duque de Ahumada destronó al coronavirus

Cuando el Congreso se convirtió en una Comandancia y el Duque de Ahumada destronó al coronavirus

Así ha sido la dura sesión de control marcada por el cese de Pérez de los Cobos

María Jesús Montero, Grande-Marlaska y Yolanda DíazEFE

De la Carrera de San Jerónimo… a Tres Cantos (Madrid). El Congreso de los Diputados se ha convertido este miércoles en una especie de Comandancia de la Guardia Civil. Los 81 folios del informe de la Benemérita sobre el 8-M han agitado el panorama de una sesión de control en la que en plena desescalada se ha citado más al duque de Ahumada que al coronavirus. ¡Pónganse el tricornio para esta crónica!

La oposición lo tiene claro: hay que convertir en “héroe” a Diego Pérez de los Cobos. El villano: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Detrás de todo, un informe plagado de errores, refritos de noticias, bulos y especulaciones que ha llevado al Gobierno a cesar al coronel como máximo responsable de la Guardia Civil en Madrid y ha desencadenado la dimisión de Laurentino Ceña, DAO del cuerpo y uno de los rostros más visibles durante esta crisis del Covid.

El timbre del Congreso sonaba a las diez. Primeras horas del luto oficial en España, pero nada de hermandad y unión entre Gobierno y oposición. Con una historia que lo tiene todo: enfrentamientos internos, documentos secretos, investigación judicial, rencillas internas… Y un trasfondo: el intento de la oposición de imponer la tesis de que la manifestación del 8-M por el Día de la Mujer fue el principal foco para la propagación del coronavirus en España.

El menú estaba servido: preguntas para Sánchez e Iglesias con menciones a este tema ‘verde’ y una batería de acoso y derribo de hasta siete cuestiones relacionadas al ministro del Interior con este caso por parte del PP (cuatro), Vox (dos) y Ciudadanos (uno). Con un tema del que quiere hacer bandera siempre la derecha: la defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Patrimonializar los símbolos que deberían ser transversales.

“Desde Roldán nadie había manchado así a la Guardia Civil”, le ha espetado Pablo Casado a Pedro Sánchez, que ha preferido no entrar de lleno en este tema y ha acusado al líder del PP de solo hacer un concurso de “posados” con Isabel Díaz Ayuso y de parecer “lo mismo” que la extrema derecha de Vox. Con la vista siempre puesta en el 8-M: el ‘popular’ ha exigido responsabilidades por una intromisión en una investigación judicial ante “supuestos delitos” por celebrar esa concentración, en la que se puso en juego “la vida de miles de personas”.

Pérez de los Cobos es ya un referente de las derechas en su lucha por intentar tumbar al Gobierno. El hombre fuerte durante el mandato de Mariano Rajoy para coordinar el dispositivo del 1-O, en constante discrepancias con los Mossos. El rostro de la Benemerita junto a Ceña frente a Marlaska, cuya relación con la Guardia Civil desde que llegó al Paseo de la Castellana ha sido tormentosa.

El ‘número dos’ del PP, Teodoro García Egea, ha elevado a Ceña a los altares de la historia de la Guardia Civil, comparándolo con el Duque de Ahumada, fundador del Cuerpo, que se negó a cumplir una “orden injusta” del general Narváez. “Más de un siglo después el señor Laurentino Ceña ha hecho lo mismo con su Gobierno: ha preferido irse que tomar una orden injusta”, ha lanzado contra Pablo Iglesias en el segundo gran ‘cara a cara’ de la mañana.

“¿Es usted consciente de lo que acaba decir? ¿Está llamando a la insubordinación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?”, le ha recriminado Iglesias, que le ha afeado que se riese durante un día de luto. Desde el Gobierno se ha defendido a lo largo de esta hora y media de sesión que el PP se ha subido “al monte” como Vox. “Quizás se están colocando ustedes en una posición enormemente peligrosa no sólo para su futuro sino para la democracia española”, ha rematado el también líder de Unidas Podemos.

En el centro de la bancada del Gobierno esperaba mientras su turno Grande-Marlaska, que ha tenido que escuchar la petición de la oposición en persona: dimisión. Los ‘populares’ arrancaban sus cuatro turnos contra él con Teresa Jiménez Becerril, quien le afeaba el pacto con Bildu y el cese de De los Cobos. Marlaska respiraba y sacaba a colación que el PP siempre le pone portavoces con los que comparte muchas cosas, como esta diputada y Mari Mar Blanco, para que no entre en un duro cuerpo a cuerpo. En nombre de su hermano, la parlamentaria del PP decía que no iba a permitir que se destruya la Guardia Civil. Con otro argumento repetido por los tres partidos: la equiparación salarial de Policía y Guardia Civil aprobada este martes por el Consejo de Ministros se ha hecho para buscar el “silencio” de estos cuerpos.

Marlaska ha desplegado a lo largo de sus respuestas una defensa de que no conocía el informe solicitado por la jueza Carmen Rodríguez-Medel a la Guardia Civil, que no ha habido ninguna injerencia en el proceso judicial, como ha demostrado durante su carrera como magistrado, y que solo se debe a un cambio de nombres por confianza: “Remodelación de equipo”. Por ello, ha pedido que no se instrumentalice por parte de estos partidos a la Guardia Civil y ha defendido a capa y espada a sus colaboradores más cercanos: el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.

Para el PP, todo es una “venganza” y se ha “puesto el ventilador en marcha”. El ministro entiende que ya se ha juzgado el 8-M por parte de los diputados de la oposición, algo que no debería permitirse ningún parlamentario. Más dardos populares: Los guardias civiles “están humillados”.

“Ha traicionado todos los principios, si alguna vez los tuvo”, subía la apuesta Macarena Olona (Vox) después de los populares. No sólo eso: anuncio de querella contra Pérez y Gámez. “Usted va a caer por sus subordinados”, amenzaba acto seguido la representante de la ultraderecha. “Falsedades, descalificaciones, profundo odio”, se defendía el ministro en la réplica. “Se cree que la Policía es tonta”, añadía Edmundo Bal desde Cs, que hasta se ponía de ejemplo de cómo fue cesado en la Abogacía del Estado antes de dar el salto a la política ‘naranja’. Minutos de mucha tensión... y la bancada socialista se ha levantado para aplaudir al ministro como reconocimiento.

¿Quién iba a decir que en 24 horas el Duque de Ahumada ganaría al coronavirus en una sesión de control?