La historia del insólito cartel que apareció en A Coruña: "De las mejores cosas que he hecho"

La historia del insólito cartel que apareció en A Coruña: "De las mejores cosas que he hecho"

Se vio hace una década, pero está arrasando en Twitter ahora.

La historia que ha contado el usuario Iago Prado.Iago Prada Twitter

Es una historia de esas que se ve de antemano que son garantía de éxito en Twitter. El usuario de la red social Iago Prada ha compartido en su perfil los carteles que colgó hace 10 años en A Coruña y la historia en la que desembocaron.

Concretamente, engalanó las calles de la ciudad con 100 ejemplares de un cartel en el que se informaba que había desaparecido una bicicleta invisible (junto a una foto de un recuadro sin nada dentro, porque se trataba de una bicicleta invisible).

Para darle más magia a la historia, se creó un correo llamado bicicletainvisbleperdida y se anunciaba una recompensa para el que la encontrara.

Las respuestas no se hicieron esperar y algunas fueron pura fantasía. “Una chorrada, sí, pero la gente se lo tomó en serio y, mientras yo aún pegaba carteles, la gente comenzó a responder. Pero con fotos y todo, eh”, ha contado Prada, que ha compartido ejemplos de las imágenes y los mensajes que le enviaban.

El usuario recibió imágenes de calles vacías diciéndoles que ahí estaba, de candados que no ataban nada e incluso de ciclistas simulando ir en bicicleta.

Pero de todos, recibió uno más especial. Una persona se había creado un correo llamado ladrón de bicis para decirle que tenía la suya, pero de una manera muy especial.

Le comentó que se dedicaba a robar y traficar con objetos invisibles para gente importante y depravada, jeques árabes, afiladores sádicos que te despiertan un domingo de resaca, políticos del PP e incluso algún fontanero. Lo justificaba explicando que con la crisis, el elevado precio de la gasolina y lo sencillo que era aparcarlas, la demanda de bicis invisibles había subido.

Pero la desesperación de poner carteles en la ciudad había conmovido a la persona para no venderla y devolvérsela a su dueño. Le preguntaba que qué le ofrecía por ella y que le podía mandar imágenes para que viera que estaba en buen estado.

“No voy a esperar demasiado, si no contestas a este mail en un plazo razonable, comenzaré a aceptar las ofertas que me hagan por ella. La cosa está muy chunga para todos y mis pájaros dodos tienen que comer”, remataba el mensaje del ladrón de objetos invisibles.

Prada se estuvo escribiendo durante tres años con la ladrona de bicis invisibles hasta que, por fin, quedaron para conocerse. Tras enterarse que tenían un amigo en común, acordaron quedar para tomar algo y le llevó la recompensa: tenía que escoger uno de entre estos cuatro huevos de plástico, en cuyo interior estaban escritos diferentes premios.

El tuitero acaba confesando que la ladrona de bicicletas y él han creado una fuerte amistad desde que se empezaron a escribir hace una década y termina con una reflexión.

“Todo por la idiotez de que un idiota pegara un cartel y la idiotez de contestarle al idiota original. Así que a hacer idioteces, que la amistad entre idiotas es la mejor”, ha concluido.