Mongol Rally, una intrépida aventura con fines solidarios

Mongol Rally, una intrépida aventura con fines solidarios

Participantes del Mongol Rally, en una imagen de archivo. Max Nash - PA Images via Getty Images

Más de 15.000 kilómetros de carrera, lo equivalente a cruzar España unas dieciséis veces, pero en este caso con un fin solidario y sin prisas por llegar el primero, porque aquí lo importante es alcanzar la meta, no el orden de llegada. Se llama Mongol Rally, dará comienzo el 21 de julio, su fecha de fin es el 16 de septiembre y dos españoles formarán parte de esta particular competición.

Quien ha participado en él califica la experiencia como una verdadera aventura humana y solidaria ideal para todo aquel que tenga espíritu aventurero y que además, se sienta atraído por los retos automovilístico. Está considerada la mayor aventura de motor y el rally más largo del mundo. No existen ni rutas establecidas, ni garantías de llegar a la meta y durante el trayecto los participantes no cuentan con ningún apoyo por parte de la organización, ya que en eso consiste el reto, en vivir una auténtica prueba de supervivencia. Es más, lo único que conocen los equipos es el lugar de salida, República Checa, y la localización de la meta, Ulan Ude, un pequeño pueblo cercano a la capital de Mongolia. Todo lo demás son montañas, desiertos y extensas estepas que atravesar con una dificultad añadida, nada de vehículos preparados para la ocasión.

Ahora bien, por si esto fuera poco, hay otras dos reglas inexorables para formar parte de la aventura: el medio de transporte debe ser o bien una moto de menos de 125cc o un vehículo utilitario cuyo motor no supere los 1200cc, según la organización porque “cuanto peor es el coche, mayor es la aventura”, ya que si el vehículo es antiguo las averías estarán aseguradas por lo que los participantes tendrán contacto con la gente local. Y por último, y más importante, cada equipo debe elegir un fin solidario por el que recaudar dinero durante la competición.

  Imagen de archivo de participantes en el Mongol Rally.Oli Scarff via Getty Images

Pedro será uno de los aventureros patrios. Él en concreto se ha decantado por vivir la experiencia sobre dos ruedas y recorrerá los casi 16.000 kilómetros de competición subido en una Honda Varadero 125. Saldrá de Burgos con dos posibles rutas que escogerá en función del tiempo y de las cortapisas burocráticas. Su cometido, acabar la carrera a tiempo para combatir contra el cambio climático a través de CoolEarth, una ONG que “lucha contra la deforestación masiva de los bosques y que colabora mano a mano con poblaciones indígenas locales en el Amazonas, África y Asia”, explica en la plataforma.

Cuanto peor es el coche, mayor es la aventura, ya que si el vehículo es antiguo las averías estarán aseguradas por lo que los participantes tendrán contacto con la gente local.

Daniel, por su parte, comenzará la carrera en Barcelona y destinará los fondos a Acció solidària i Logística, una ONG catalana especializada en operaciones de rescate en situaciones de emergencia: “He colaborado en diversos proyectos con ellos, y se que todo el dinero que podamos recaudar para va a estar invertido de la mejor manera posible”. Él no irá solo, en la aventura lo acompañará un amigo al que, literalmente, “ha conseguido liar”, y juntos esperan “vivir un montón de experiencias que recordar toda la vida” montados en su particular bólido de carrera, un Seat Panda del año 84.

Se acerca la fecha y tanto Pedro como Daniel lo tienen todo listo, la posible ruta, el transporte y, como no, las ganas de comenzar el desafío. Solo necesitan un último empujón económico mientras calientan motores, aceleran y ponen rumbo a una aventura en la que desde el principio hay dos cosas claras: no alcanzarán ningún podio pero obtendrán el premio de haber contribuido activamente a un proyecto solidario viviendo una aventura única.

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