El papa Francisco bendice a Spiderman

El papa Francisco bendice a Spiderman

Bajo el traje del hombre araña no se esconde Peter Parker. Se esconde una historia de solidaridad.

El papa Francisco con este solidario hombre arañaMassimo Valicchia/NurPhoto via Getty Images

El papa Francisco ha recibido a numerosas personalidades, pero la de este miércoles ha sido particularmente inesperada. En el patio de San Dámaso, y ante una sorprendida audiencia, el pontífice ha conocido a Spiderman. No se trata de un acto promocional ni nada por el estilo. Bajo la máscara del hombre araña se esconde Mattia Villardita, un voluntario de 27 años conocido en Italia por acudir a los hospitales para animar a los niños enfermos.

Según recoge el portal Vatican News, Villardita ha hecho aparición en la icónica plaza y se ha acercado al papa Francisco con el objetivo de charlar con él y hacerle entrega de un obsequio. “Quería donar mi máscara de Spiderman al santo padre por un valor simbólico, porque veo el sufrimiento de los niños y las familias todos los días a través de la máscara de mi disfraz”, ha explicado en una entrevista recogida por este medio especializado en El Vaticano.

Los verdaderos superhéroes son los niños y sus familias que me encuentro en los pabellones donde todos libran su propia batalla
Mattia Villardita, el Spiderman solidario de Italia

Sin más superpoder que su altruismo, Mattia lleva 4 años arrancando sonrisas a los pequeños pacientes, un gesto que le ha llevado a recibir la Orden al Mérito de la República Italiana, de manos del presidente Sergio Matarella. “Solo soy un chico con un bonito disfraz”, ha asegurado este particular Spiderman. “Los verdaderos superhéroes son los niños y sus familias que me encuentro en los pabellones donde todos libran su propia batalla todos los días”, ha añadido Mattia Villardita.

El centro de atención

Tras esperar pacientemente su turno para ser bendecido -eso sí, realizando videollamadas con niños ingresados en centros médicos-, el Spiderman italiano ha desvelado lo que le comentó el pontífice, tras estrecharle la mano. “Me preguntó si podía ir a tomar algunas fotos con los niños presentes porque había escuchado que me llamaban por mi nombre”, ha asegurado el joven bajo la máscara. Esta vez el centro de atención en El Vaticano no era Francisco.