Pasa 4 días tirada en la bañera y ahora no puede pagar a los bomberos por su rescate

Pasa 4 días tirada en la bañera y ahora no puede pagar a los bomberos por su rescate

Elvira Pérez, una señora de Ourense, tiene una pensión de 400 euros y le piden que pague 134 por la asistencia

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Esta es la historia de una señora de Ourense, llamada Elvira Pérez, que resume bien la indefensión en la que se encuentran los mayores españoles, con pagas que no llegan ni para lo más mínimo.

Tal y como ha avanzado La Voz de Galicia, esta mujer de 67 años se cayó hace un tiempo en el cuarto de baño de su casa y se quedó inmóvil, sin posibilidad de salir de allí. Aurora vive sola en su piso y se había dejado el móvil encima de la mesa de la cocina, por lo que no tenía forma de pedir ayudar.

Empezó a gritar para que la escuchasen los vecinos, pero no hubo suerte, por lo que tuvo que esperar a que, cuatro días más tarde, aparecieran los bomberos en su ayuda; fue una sobrina suya la primera en reparar en su ausencia, tras llamarla varias veces a casa sin encontrar respuesta. Esta sobrina envió a una amiga a la vivienda, por ver qué pasaba, y así se descubrió lo ocurrido. La mujer estaba tendida en la bañera y llevaba cuatro días hidratándose con el agua de la ducha.

Los Bomberos de Orense accedieron a la vivienda y la sacaron del baño, tras lo cual la accidentada estuvo ingresada en el hospital unos días, hasta que regresó a su piso.

Eso, ya de por sí, fue una pesadilla, pero es que al poco tiempo Elvira recibió la factura por el rescate de los Bomberos, con un montante de 134 euros que no puede asumir. Con una paga de 400 euros y sin otro tipo de ingresos, reconoce que le es imposible afrontar los gastos de esta intervención, de la que solo ha abonado 10 euros como muestra de su buena voluntad.

En declaraciones al citado diario, la orensana reconoce que “el trabajo hay que pagarlo, pero no pueden sacar de donde no hay. Si pudiese bien sabe Dios que no estaría pendiente de todo esto”, asegura.

Antes de dejar de pagar otros recibos y exponerse a un corte de luz o a no poder llenar la nevera, la sexagenaria pide ayuda en los medios y revela que durante mucho tiempo contó con la asistencia de los servicios sociales, dada su situación precaria. De ahí todas las reclamaciones que ha presentado al ayuntamiento y que, de momento, parecen haber caído en saco roto. “Si me vuelve a pasar, ¿qué hago?”, se pregunta ahora.