Por fin sabrás cómo (no) son los extraterrestres

Por fin sabrás cómo (no) son los extraterrestres

Entrevista con el zoólogo Arik Kershenbaum.

Recreación de la escena de la película de Steven Spielberg 'E.T. The Extra-Terrestrial' en Sydney.GREG WOOD via Getty Images

Cuando era pequeño, un vecino mío mucho más mayor que yo me decía que había extraterrestres viviendo dentro del Sol. No era tan pequeño como para creérmelo, aunque tampoco sabía si era del todo imposible desde el punto de vista científico. La guía del zoólogo galáctico (Debate, 2021) es un libro de Arik Kershenbaum que parece haber escrito para mí. No para el yo de mi infancia, sino para mi yo adulto, ya que habla de la hipotética biología alienígena de una forma sumamente interesante.

No sé si los lectores imaginan la vida extraterrestre como en las películas La llegada o La amenaza de Andrómeda. Esta entrevista debería servir, al menos, para descartar algunas posibilidades bastante improbables.

PREGUNTA: Su libro especula con la vida extraterrestre para enseñar realmente principios evolutivos como la selección de parentesco o la evolución convergente, ¿verdad?

RESPUESTA: Eso es. La vida en la Tierra es increíblemente diversa y podríamos decir que hasta confusa. Para la mayoría de la gente resulta bastante difícil diferenciar las diferentes especies de aves, por no hablar de los millones de insectos que parecen casi idénticos a simple vista. Esa diversidad también puede ser engañosa. Las cosas no varían infinitamente, sino que hay patrones y reglas. Entendemos muchos de esos patrones y principios, que explican por qué los animales son similares o diferentes.

Te pongo un ejemplo: puede ser difícil explicar las diferencias entre un petirrojo y un pinzón, pero no necesitas recordarlas todas. El pico delgado del petirrojo y el pico corto y fuerte del pinzón nos muestran que uno está adaptado a comer gusanos y el otro a comer semillas. La vida es diversa, no arbitraria. La vida no puede evolucionar hasta ser totalmente caprichosa, y como la vida de otros planetas habrá evolucionado por selección natural, seguirá las mismas reglas.

P: Carl Sagan escribió que quizás seamos chovinistas del carbono. ¿Por qué la vida no podría surgir del silicio o de algún otro elemento?

R: Tenemos que ser prudentes con el chovinismo del carbono y con cualquier otra idea preconcebida a partir de la bioquímica de la Tierra. Hay razones para pensar que la química del carbono es probablemente una base común para la vida, aunque no sea la única base. Cualquier vida necesita energía y también usar energía del entorno (de un cuerpo o de una célula). Eso significa que la química de la vida necesita almacenar y liberar energía; esas reacciones han de ser fácilmente reversibles. No hemos encontrado ninguna alternativa realmente buena para para conseguir reacciones químicas reversibles y complejas.

La otra razón para pensar que nuestra química no es inusual es que hay muchas moléculas de carbono flotando en la galaxia. No es raro encontrar la química del carbono más simple, precursora de la bioquímica de la vida, en meteoros, cometas y en las nubes de gas del espacio. No se puede decir lo mismo de cualquier otra propuesta bioquímica. Sabemos que la evolución es otro requisito para la vida, así que cualquier sistema químico que permita información hereditaria de una generación a otra es un candidato para la bioquímica. Otros compuestos bioquímicos pueden no ser tan eficientes o efectivos como el carbono, pero puede que evolucionen igualmente.

P: El planeta de los simios es ficción porque la presión evolutiva es insuficiente para que chimpancés y orangutanes se pongan a hablar. ¿Qué ocurrió con los seres humanos entonces? ¿Por qué nosotros sí?

R: Es muy difícil decir por qué solo los humanos, después de 3.500 millones de años de evolución, desarrollaron el lenguaje. Tenemos una hipótesis bastante buena que tiene que ver con la compleja estructura social de nuestros ancestros. Es verdad que muchos otros animales son sociales, como los lobos y las cebras, pero los lobos viven en grupos relativamente pequeños (10 son un grupo bastante numeroso). Las cebras, por su parte, viven en manadas mucho más grandes, pero la naturaleza de sus relaciones es muy simple: cada una simplemente come hierba y no se prestan demasiada atención.

Por tanto, es muy probable que se deba a una combinación de grupos grandes con relaciones complejas de dominio y cooperación entre los individuos, junto a cambios ambientales repentinos que desafiaron a nuestros ancestros. Todo aquello desembocó en la ventaja de tener cerebros más grandes y complejos y ese fue probablemente el requisito que promovió la subsiguiente evolución del lenguaje. Los delfines modernos también son muy inteligentes y tienen comunicación avanzada, pero los desafíos que afrontan bajo el agua no justifican la evolución cerebral necesaria para desarrollar el lenguaje. Quizás eso ocurre porque no tienen la capacidad para manipular el ambiente del modo en que lo hacen los primates, al no tener dedos. Parece que las numerosas piezas del puzle tienen que darse en el momento y el tiempo adecuados para que aparezca el lenguaje.

P: En su libro destaca una obra de ficción, La nube negra de Fred Hoyle, como una historia que en realidad no es nada verosímil desde el punto devista científico.

R: Me gustaría dejar claro que la ciencia ficción no tiene por qué mostrar a los extraterrestres de forma realista. Como toda la literatura, la ciencia ficción existe en buena medida para hablar sobre nosotros mismos (por ejemplo, sobre las debilidades humanas como la codicia, la ira o la envidia). Está bien que los extraterrestres parezcan extraños para que podamos estar tranquilos diseccionando sus fallos y no los nuestros. Mr. Spock tiene orejas puntiagudas, no porque pueda parecerse a la apariencia de los extraterrestres, sino porque es más fácil para nosotros imaginar cómo será un extraterrestre sin emociones.

Los extraterrestres que intentan invadir y conquistar la Tierra son muy poco realistas

Por otra parte, la ciencia ficción debería ser verosímil. Los extraterrestres pueden parecer extraños, pero si se comportan de forma inverosímil, nos sacará de la trama. En mi opinión, los extraterrestres que intentan invadir y conquistar la Tierra son muy poco realistas. Parece evidente que esas historias solo expresan los miedos de una invasión humana. ¿Cuánta de la ciencia ficción se basa en el miedo de los estadounidenses al comunismo de los años 50?

Los extraterrestres no creo que quieran invadir la Tierra. Cualquier civilización con una tecnología suficientemente avanzada para viajar a través del espacio no tendrá interés en conquistar nuestro pequeño planeta. Habrán evolucionado de ancestros que eran competitivos y jerárquicos y es muy interesante cuando la ciencia ficción investiga ese tipo de posibilidades. ¿Qué le ocurre a una civilización cuando madura? Esa pregunta también es importante para la civilización humana.

P: He leído que hay bacterias vivas que se han encontrado en el espacio. Quizás haya microorganismos que están entrando en nuestro planeta con los meteoritos. ¿Me estoy flipando, verdad?

R: Sabemos que es posible, al menos en teoría. Un estudio reciente sugirió que el asteroide que mató a los dinosaurios hace 66 millones de años podría haber echado material con microbios de la Tierra al espacio exterior. Algunos de esos fragmentos habrían viajado hasta las lunas de Júpiter y Saturno y esos microbios habrían sobrevivido millones de años en el espacio. Así que cuando enviamos sondas para buscar vida en Europa y Encélado podríamos hallar vida muy parecida a la de aquí… porque se originó en la Tierra. Aunque la transferencia de material vivo entre planetas del sistema solar es una posibilidad real, es casi inconcebible que la vida pudiera sobrevivir un trayecto mucho más largo y duro como el de viajar entre estrellas. Por lo tanto, podemos estar seguros de que si detectamos vida en un planeta alrededor de una estrella distante, no estará relacionada con la vida de la Tierra.

Si detectamos vida en un planeta alrededor de una estrella distante, no estará relacionada con la vida de la Tierra.

P: Voy a decepcionar a los lectores si no le pregunto por su visión de los alienígenas. Dígame si los imagina como microbios, con patas verdes o con alas.

R: Las personas están obsesionadas con el color de los extraterrestres. No lo termino de entender, la verdad. Si descubriéramos un animal con una habilidad completamente nueva, como por ejemplo, un delfín con dedos, ¿nos preocuparíamos por su color? ¡Qué va! Lo que resulta fundamental son los rasgos y los comportamientos. El color y el número de extremidades me parecen mucho menos importantes.

Respecto a los microbios, podemos estar seguros de que los planetas tendrán diferentes grados de complejidad de vida. Donde haya vida compleja habrá cosas fáciles de encontrar, como piernas y alas, simplemente porque no hay muchas soluciones físicas distintas para problemas como andar y volar. Lo más probable es que la mayoría de los mundos habitados contengan vida simple, seres unicelulares como las bacterias. La Tierra necesitó miles de millones de años para conseguir cierta complejidad ecológica. Después de todo, los animales solo han existido durante un 20% de la historia total de la vida en la Tierra. Así que si se descubre algo, seguramente sean microbios, al menos en principio.

P: Su libro me inspira de un modo extraño, como cuando intentas imaginar un color que no puedes percibir.

R: En efecto, hay cosas que son difíciles de imaginar. Si encontramos animales alienígenas que se comunican con campos eléctricos como los peces eléctricos de la Tierra o si estos tienen un lenguaje que se basa enteramente en el olor, nos costará ponernos en su lugar. No obstante, creo que tendríamos mucho más en común con ellos de lo que pueda parecer al principio.

La socialización es la que dirige la evolución del lenguaje, la tecnología y la habilidad de construir naves y enviar mensajes interestelares

Al final, la socialización es la que dirige la evolución del lenguaje, la tecnología y la habilidad de construir naves y enviar mensajes interestelares, por lo que vamos a tener mucho en común con cualquier civilización alienígena que nos encontremos. Tendrán sociedades estructuradas no tan distintas de las nuestras. Las formas más simples de vida de un planeta alienígena serán muy diferentes de nosotros, pero quizás no tanto de las cosas asombrosas y exóticas que tenemos en nuestro planeta.

Reconocer que compartimos un pasado evolutivo con otros animales de la Tierra nos permite ver un montón de cosas que tenemos en común: el cuidado de la familia o solucionar problemas como la alimentación e incluso cómo movernos. Se trata de vínculos genuinos que tenemos con la vida de la Tierra y espero poder establecer vínculos similares con la vida alienígena… si la hay.

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Andrés Lomeña Cantos (Málaga, 1982) es licenciado en Periodismo y en Teoría de la Literatura. Es también doctor en Sociología y forma parte de Common Action Forum. Ha publicado 'Empacho Intelectual' (2008), 'Alienación Animal' (2010), 'Crónicas del Ciberespacio' (2013), 'En los Confines de la Fantasía' (2015), 'Ficcionología' (2016), 'El Periodista de Partículas' (2017), 'Filosofía a Sorbos' (2020), 'Filosofía en rebanadas' (2022) y 'Podio' (2022).