Por qué Ayuso roba a Vox y Gabilondo desconcierta

Por qué Ayuso roba a Vox y Gabilondo desconcierta

Ayuso no tiene complejos, pero Vox aún se parece más a Unidad Alavesa que al Frente Nacional de Le Pen. Mientras, la estrategia de Iván Redondo para Gabilondo aún no ha contabilizado que el voto de Cs está lejos para el PSOE.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en un acto de campaña en Alcalá de Henares.Daniel González / GTres

Es la ensoñación de los progresistas. Que Isabel Díaz Ayuso robe los suficientes votos a Vox como para dejarle fuera y ella no sume mayoría absoluta. Solo es una ensoñación con escasísimos visos de realidad. Los de Santiago Abascal, preocupados, han organizado su campaña tirando con el acto de la Plaza Roja de Vallecas. Los que cayeron en la provocación ya han metido a Vox en campaña, pero la curiosidad sigue estando ahí: ¿qué ofrece Ayuso al votante de Vox para arroparlo con su manto presuntamente libertador? Y más aún ¿qué lleva a un votante del sur de Madrid —cinturón rojo inicialmente— que se fue con Vox a regresar al regazo de la lideresa capitalina?

Para Julio Embid, politólogo, autor entre otros de Hijos del Hormigón y Tránsfuga (este último tan oportuno y  aún por presentar en Madrid), “el éxito de Ayuso radica en la utilización de los símbolos sin complejos. Ninguno de sus antecesores —Ignacio González, Cristina Cifuentes o Ángel Garrido— hubiera utilizado lo de ‘comunismo o libertad’ contra los socialistas”. Con todo, Embid ve muy complicado que la presidenta madrileña vaya a dejar tirado a Vox, robándole tanto. “Hay un voto a Vox, un perfil que dudo que vaya a captar el PP. Es el del hombre separado, de clase media y que tiene que pasar la pensión a su exmujer, que vota a Vox más que al PP”, asegura y parece acertado.

Aunque el profesor Embid no lo apunta, hay expertos sociólogos que están seguros de que las madres de esos separados se ven arrastradas al voto a Vox, porque consideran a sus hijos víctimas de la exesposa y de las alas que se han dado a las mujeres con eso del feminismo. “Estoy convencido de que cuando los cuatro partidos se estabilicen de nuevo, PP y PSOE van a tener voto más femenino, mientras que Vox y Podemos tendrán voto más masculino. Lo de Vox se entiende por el machismo, lo de Podemos y Pablo Iglesias, porque es tendencia que los hombres castiguen más la corrupción e Iglesias representa esa lucha. Las mujeres valoran más los servicios sociales, sanidad y por eso son más PSOE”. Pero está es otra historia que influirá sin duda en la campaña —los divorcios y las denuncias de malos tratos durante el confinamiento están ahí—, ahora se trata de otra cosa: Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio.

Lo que hay que medir en estas tres semanas que faltan es de cuánto va a ser la mordida del PP de Ayuso al Vox de Rocío Monasterio. Lluís Orriols, uno de los politólogos del momento, doctor en ciencia política por la Universidad de Oxford (Nuffield College) y profesor de la Universidad Carlos III, no cree tampoco que esa mordida de la presidenta madrileña vaya a dejar a Vox por debajo del 5%. Ni que vayamos a tener que agradecer al PP que recoja a los votantes Vox bajo sus siglas, si lo hace. “Hay estrategias menos agresivas, como la de Núñez Feijóo, que no han necesitado de la polarización para frenar a Vox en Galicia. Ni han entrado”, apunta el profesor.

Hay estrategias menos agresivas, como la de Núñez Feijóo, que no han necesitado de la polarización para frenar a Vox en Galicia
Lluís Orriols

Orriols sí que subraya un aspecto interesante para visualizar la situación en los próximos días: “En mi opinión, Vox tiene una indefinición política aún. A veces quiere ser el Frente Nacional de Le Pen y otras Unidad Alavesa, una escisión del PP. Y eso es lo que es Vox aún, una escisión del Partido Popular. Por eso, cuando  Ayuso articula un discurso de confrontación más duro, que satisface a muchos de los que se fueron del PP, los atrae de nuevo. Son aquellos que dejaron a los populares porque el partido no vio la crisis política, fue blando con la corrupción, con el independentismo. Ayuso simula que ya no es así. Esas son las razones por las que le está quitando un porcentaje tan grande a Vox como se ha visto en el CIS. Está diciendo a los que se fueron lo que quieren oír”.

A los de Abascal lo de Vallecas les ha puesto en la campaña, estaban desparecidos

Esa dependencia sentimental de Vox con respecto al PP, ese complejo, se materializa el día de la moción de censura, cuando Pablo Casado lanzó aquél “¡Hasta aquí hemos llegado!” —un farol como se ha visto— y a Santiago Abascal solo le faltó hacer pucheros desde la tribuna del Congreso. La moción que él había presentado se le escurrió entre las manos con quejíos y morritos enfadados. Eso sí, confirma Lluis Orriols, a los de Abascal lo de Vallecas les ha puesto en la campaña, de la que estaban desaparecidos.

Barrio rojo

  El presidente de Vox, Santiago Abascal, habla durante el acto en Vallecas.Pablo Blázquez Domínguez / Getty Images

Al optar por ser más un partido a lo Unidad Alavesa en vez de a los Frente de Unidad Nacional Lepenista, la entrada en los barrios del cinturón rojo, el sur de Madrid no es muy significativa para lo que podía haber sido hasta ahora. “Pese a algunos éxitos, no han logrado que el obrero manual, el tradicional, realmente expulsado del mercado por las nuevas tecnologías, esté con ellos. Al menos no por ahora”, añade Orriols.

Julio Embid, que conoce muy bien esos territorios gracias a Hijos del Hormigón, recuerda que “Esperanza Aguirre siempre tuvo mucho apoyo en el sur de Madrid, salvo en Vallecas. En Valdemoro, desde luego por la Academia de la Guardia Civil. En Fuenlabrada y Parla, que siempre serán socialistas, también tenía voto. Y en barrios como Carabanchel o Aluche, con clases medias, desde luego bien en las autonómicas”.

Esperanza Aguirre siempre tuvo mucho apoyo en el sur de Madrid, salvo en Vallecas
Julio Embid

Aquí, el exalcalde socialista de Fuenlabrada y sindicalista de UGT, Manuel de la Rocha, recuerda que “en Fuenlabrada y Parla, Vox tiene dos concejales. Donde Vox ha entrado es en Alcorcón, Leganés, Aluche y sobre todo Torrejón, pero en el llamado cinturón rojo tiene una presencia limitada, marginal. Ahora bien, es cierto que Isabel Díaz Ayuso y ese mensaje de ‘comunismo o libertad’, puede aglutinar el voto ultra. Ha calado contra Sánchez” reflexiona el exalcalde.

Desconcierto con Gabilondo

De la Rocha piensa en voz alta, con alguna duda que la inquieta, como la estrategia de campaña de su amigo Ángel Gabilondo. Eso de prometer que no se van a subir los impuestos en dos años está por ver que sea efectivo para atraer al votante de Ciudadanos. Y esa es la otra clave.

Orriols se suma a las dudas sobre la campaña del candidato del PSOE, no entiende su estrategia, precisamente porque “si se trata de captar el voto de Ciudadanos, eso ya se ha visto que no va a ser así″. Ese mensaje de que no quiere bloques ¿quién lo puede creer en la izquierda? ¿No va a pactar con Unidas Podemos si hace falta?. “Con este Pablo Iglesias no”, dijo Gabilondo. Ese “este” traerá cola en la maldita hemeroteca, opinan los todos los consultados en las últimas semanas. Incluso es un poco infantil, como cuando el ministro de turno desde el atril usa el “de momento no haré esto”. Pilla al personal ya revirado, y eso lo olvidan en campaña.

Es un hecho que la campaña de Gabilondo se ha diseñado en La Moncloa, por el spin doctor Iván Redondo, pero los datos del CIS de esta semana han cuestionado cosas. Pese a lo debatido de los números y la cocina de José Félix Tezanos, las tripas de la encuesta del CIS que él pilota son analizadas por todos los asesores electorales, políticos, etc.

El 50% de los votantes de Cs se van al PP y, además, el PP es la segunda opción de los votantes de Arrimadas
Lluís Orriols

Orriols apunta las razones de su desconcierto con los socialistas:  “Tienes un partido de centro liberal —Ciudadanos— que tenía el 20% de los votos y va a colapsar por debajo del 3%; ya vemos que hay 17 puntos para repartir. Vale, quizá los socialistas puedan atraerse a un tercio, pero es que hace dos meses ya lo veíamos en análisis de datos. El 50% de los votantes de Cs se van al PP. Y  además, el PP es la segunda opción de los votantes de Arrimadas. Vemos también que votos del PSOE se están yendo al PP. ¿Es suficiente ofrecer no subir impuestos, no gobernar con Iglesias? Más cuando solo hay dos opciones, política de bloques o coalición. No lo entiendo”, finaliza el profesor, desconcertado por la política dictada desde La Moncloa para Madrid.

Tampoco convencen en Ferraz, la sede socialista, el hecho de que los equipos de Redondo piensen que hay un nicho importante de votantes, parejas que ganan entre los 50.000 o 60.000 euros, que son de centro izquierda —aceptan divorcio, inmigración, hasta eutanasia y eran votantes del Ciudadanos— y pueden ser recuperados con argumento como no subir impuestos en dos años y no pactar con Iglesias.

En estos movimientos, entre los corrimientos entre Ayuso y Monasterio en la ultraderecha, e Iglesias y Gabilondo en la izquierda, hay una candidata que navega: Mónica García, de Más Madrid. Se le van votos hacia Iglesias, pero recibe de los socialistas desconcertados.

La abstención puede triunfar

Y aquí estamos, observando la partida que se juega en la capital, donde unas elecciones a la Comunidad —normalmente segundonas— despiertan interés nacional. Pero quizá más entre políticos, periodistas, politólogos y demás circo de estos mundillos, porque la gente solo piensa en las vacunas y su trabajo. Y en cómo van a ir a votar un 4 de mayo, día de diario, martes.

Para Julio Embid, “la abstención va a ser récord. Para los trabajadores por cuenta ajena es dificilísimo escaparse para ir a votar. A mediodía, la abstención será muy alta; por la tarde, a las 7:30 horas habrá colas”, dice el politólogo. Y sentencia: “Pongamos un supuesto de que la participación baja 10 puntos —no hay municipales—, tenemos una participación del 58% y una abstención del 42%, la barrera del 5% para Vox estaría en 136.000 votos. Muy asumible en cualquier caso. Otra cosa que digo siempre: si gana Ayuso no es porque en Vallecas o en Carabanchel se abstiene la gente. Es porque 1,6 millones de madrileños votan a la derecha, frente a 1,4 millones de madrileños que votan a la izquierda”. Las cuentas de Embid son claritas.

Si gana Ayuso no es porque en Vallecas o en Carabanchel se abstiene la gente
Julio Embid

El profesor Orriols es menos pesimista con la abstención porque cree que la polarización enorme traerá más movilización, pese a que la derecha está ahora más movilizada. Coincide con Embid en que a quién perjudica la fecha en un día de diario: “que sea día laborable y haya solo cuatro horas, perjudica a la izquierda. Muchos de los trabajadores precarios, además de los autónomos ¿se van a atrever a pedir dos horas para ir a votar?”.

La única salvación de la izquierda es la movilización y… ya se verá.

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero