¿Por qué May ha ofrecido su dimisión a cambio de que se apruebe su acuerdo del Brexit?

¿Por qué May ha ofrecido su dimisión a cambio de que se apruebe su acuerdo del Brexit?

La primera ministra dejaría el cargo "antes de lo que le gustaría"

May

Puede parecer un paso a la desesperada, pero lo que hay detrás es una estrategia política con la que la primera ministra, Theresa May, busca una salida digna. Básicamente, a la altura, con la que poder decir: “Cumplí con mi misión”. La premier ha ofrecido dimitir a cambio de que se acepte su acuerdo, básicamente para revertir el voto en contra del ala euroescéptica del partido, que ha empezado a cambiar de opinión en las últimas horas.

Sin embargo, su estrategia se ha visto entorpecida por el rechazo de sus socios de Gobierno, los norirlandeses del DUP, de los que depende para que el acuerdo obtenga su tan ansiado ‘sí’ en el Parlamento británico.

Pero yendo por partes, si uno echa la vista atrás, es consciente de hasta qué punto la primera ministra británica se ha convertido en una superviviente. Logró superar a una cuestión de confianza interna en diciembre al prometer que no aspiraría a la reelección en 2022. Sin embargo, el bloqueo en torno al Brexit y su aplazamiento no ha hecho sino añadir más tensión en las filas conservadoras.

La negociación futura con la UE

Por eso ahora ha prometido al Comité 1922 del Partido Conservador que se apartará para la próxima fase de negociaciones del divorcio, es decir, la negociación de la futura relación entre el Reino Unido y la Unión Europea, pero no dimitiría si el Parlamento vuelve a rechazar el acuerdo. “Sé que se desea un nuevo enfoque y un nuevo liderazgo en la segunda fase de las negociaciones. Estoy preparada para dejar este trabajo antes de lo que pretendía para hacer lo correcto por nuestro país y nuestro partido”, sentenció.

Estoy preparada para dejar este trabajo antes de lo que pretendía para hacer lo correcto por nuestro país y nuestro partido

May ha dado este paso en contra de su voluntad, ya que ha manifestado por activa y por pasiva su intención de culminar el proceso de divorcio completo, pero sabe que ya no puede tensar más las cuentas. Los números no le cuadran y en casa no entienden que siga en el cargo. De hecho, está afrontando una semana especialmente dura tras los rumores que no cesan sobre un posible motín de sus correligionarios para derrocarla, precedida por días protagonizados por la rebeldía en votaciones parlamentarias, críticas cada vez más abiertas en los medios de comunicación y varias dimisiones.

Por si todo esto fuera poco, está la votación en el Parlamento que le arrebató el control del proceso del Brexit, detonante de este cambio de estrategia.

Así las cosas, el hecho de que May haya condicionado su salida al hecho de que su acuerdo salga adelante, puede dar lugar a que estemos ante sus últimos días como primera ministra. De hecho, la tercera votación del acuerdo del divorcio -sí, tercera: en las dos anteriores obtuvo un rotundo ‘no’-, debe celebrarse esta semana, según las condiciones impuestas por Bruselas. Eso sí, El ministro del Brexit, Steven Barclay, ha sugerido que podría celebrarse este viernes, aunque el Gobierno necesitará buscar una vía para sortear la prohibición del speaker, John Bercow, que solo aceptará una nueva votación si hay “cambios sustanciales” en la propuesta.

Irlanda del Norte, siempre Irlanda del Norte

Y más allá de Bercow, May tiene otro problema más: su plan podría torcerse ya que los norirlandeses del DUP mantienen su rechazo, y su apoyo resulta esencial para que se apruebe el texto. El DUP y unos 70 conservadores euroescépticos han votado en contra del texto en dos ocasiones.

Así que parte de las miradas están puestas ahora sobre el DUP, que no se ve capaz de apoyar la salvaguarda pensada para evitar una frontera física en Irlanda, ya que consideran que esta pone en riesgo la integridad del Reino Unido y el futuro de Irlanda del Norte.

La otra parte de la atención la tienen los más eurófobos del partido. May ha satisfecho a dos prominentes euroescépticos de la talla del líder del ERG, Jacob Rees-Mogg, y el exministro de Exteriores, Boris Johnson, que han asegurado que apoyarán el acuerdo con tal de evitar que no haya Brexit, y la prensa británica apunta a que alrededor de 20-30 han cambiado de opinión en las últimas. Aun así, todo parece indicar que todavía no hay suficiente apoyo en el grupo rebelde.