¿Recuperación económica? No sin Madrid

En las últimas semanas, tras la publicación del registro que sitúa a Madrid a la cabeza en positivos por coronavirus en el país, en un contexto en el que se observa una mayor intensificación de la pandemia en la capital, el Gobierno de España, en discusiones con el Gobierno autonómico de la Comunidad de Madrid, decretó un nuevo estado de alarma con el fin de restringir la libertad social en toda la comunidad. En aras de contener el virus, la Comunidad de Madrid se encuentra, nuevamente, ante una paralización forzosa que, atendiendo a los indicadores, conlleva un gran riesgo asociado.

Esta misma semana, la dirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Gueorguieva, avisaba de que, ante una situación en la que contener el virus se convierte en una misión imposible, recurrir a nuevos confinamientos severos podría ayudar, incluso, a la mejora de las economías. Sin embargo, hablamos de una apreciación generalista por parte de la vigente mandataria, ya que, de acuerdo con la OCDE, España, de darse un nuevo confinamiento en el país por la incapacidad de contener el virus, sería, nuevamente, la economía más potencialmente afectada.

Y es que, pese a las declaraciones, los indicadores siguen ensombreciendo el futuro de nuestro país ante un comportamiento del virus que no cesa en sus amenazas a la economía y, en general, a cualquier actividad económica desarrollada en el país. Una amenaza que, precisamente, preocupa por su insistencia en la Comunidad de Madrid. Una región que se ha visto en la obligación de echar el cierre a la actividad, con confinamientos selectivos que impiden el contacto social entre sus ciudadanos, paralizando con ello toda actividad de consumo que se encontraba ligada a esta comunidad autónoma.

Debemos saber que cerrar la Comunidad de Madrid, pese a ser una autonomía más en el país, no es cerrar cualquier autonomía.

Para hacernos una idea de lo comentado, la Comunidad de Madrid, en estos momentos, acapara el 20% del PIB español, así como el 12% de la riqueza nacional, siendo la comunidad autónoma que más contribuye al crecimiento del PIB nacional. En adición, hablamos de una comunidad que cuenta con un tejido empresarial muy robusto y de grandes dimensiones, contando, por ello, con cerca del 21% del stock de capital que posee el país.

Así, pese a que uno pueda creer que las comunidades autónomas, por integrarse en un mismo territorio, presentan situaciones similares, cabe decir que esto no es así. Los datos muestran divergencias evidentes que preocupan, a la vez que dan más peso a una comunidad frente a otra.

En este sentido, atendiendo, por ejemplo, a los indicadores que presentaba la EPA antes de la pandemia, únicamente la Comunidad de Madrid había acaparado el 85% de la totalidad del empleo creado en el país durante el último trimestre del pasado año. Es decir, de los 92.600 empleos que se habían creado en el país en el último trimestre, 78.400 los generó la Comunidad de Madrid. Unos datos que son bastante significativos.

En un agregado a nivel nacional, el empleo que ha sido creado en la Comunidad de Madrid en el último año se cifra en los 138.900 empleos. Un crecimiento que ha situado a la capital como la comunidad autónoma que tiró del empleo en el país durante el pasado ejercicio. De acuerdo con la proporción que representó Madrid en dicha totalidad, la comunidad supuso cerca del 35% de la creación de empleo neta creada en España en 2019. Un poco más de un tercio del empleo que convierte a la comunidad autonómica liderada por Díaz Ayuso, de facto, en un pilar fundamental para la creación de empleo, así como para la economía española.

Y es que, con más motivo, los datos que muestran la creación de empresas en el país durante la pandemia reflejan, nuevamente, el liderazgo de la Comunidad de Madrid. De acuerdo con el INE, en los ocho primeros meses del año se crearon en la Comunidad de Madrid 11.599 nuevas sociedades mercantiles, el 23,1 % de todas las empresas creadas en el país en ese periodo. Unos datos que sirven de advertencia sobre un nuevo confinamiento que, si ya había acabado con nuestra economía, ahora quiere acabar con nuestro principal motor económico: la capital española.