Tecnología contra el desperdicio de alimentos

Tecnología contra el desperdicio de alimentos

El desperdicio de alimentos está extendido por toda la cadena alimentaria: toneladas de frutas y verduras que se quedan en el suelo sin recoger.

Un agricultora trabaja con el tractor en Chamoso, O Corgo (Lugo).Europa Press News via Getty Images

“Todo lo que te hace sonreír me vale la pena.  

 Quise hacer el mundo más feliz 

 y quise volar y hacer un mundo nuevo 

 y, aunque todo esté por conseguir, 

 no me desespero”

(Robe)

“Los hogares son los grandes responsables del despilfarro alimentario”. He leído y escuchado esta frase cientos de veces, pero lamento decir que no es verdad. La realidad es que el desperdicio de alimentos está extendido por toda la cadena alimentaria: toneladas de frutas y verduras que se quedan en el suelo sin recoger, producto en perfecto estado que se acumula en los contenedores de los supermercados y las tiendas de alimentación, abundantes restos de comida en los restaurantes, los hospitales o los colegios y un largo etcétera.

El desperdicio de alimentos está extendido por toda la cadena alimentaria

El problema es que mientras que cada año se publican datos de la comida que despilfarramos en los hogares, apenas existen datos fiables ni auditables sobre todo el desperdicio alimentario que sucede en esos otros eslabones de la cadena. Pero todo parece indicar que las cifras de despilfarro son mucho más elevadas de lo que señalan las fuentes oficiales.

Es por ello que conviene aplaudir todos los proyectos que tratan de reducir el derroche de alimentos que se produce fuera del ámbito de los hogares. En este artículo voy a hacer mención a algunas iniciativas que tienen dos cosas en común: se centran en la fase de producción, transformación y transporte de alimentos  y suponen una innovación tecnológica.

Comencemos por el sector agrícola. En muchas zonas del planeta uno de los grandes problemas es hacer frente a las malas hierbas que dificultan la cosecha y que pueden acabar causando cuantiosas pérdidas. Para eliminar las malas hierbas se pueden usar herbicidas, pero corremos el riesgo de contaminar el agua e incluso los propios alimentos. Otra opción es arrancar las malas hierbas de forma manual, pero se trata de un trabajo muy laborioso.

¿Cuál es la alternativa? La empresa Carbon Robotics lanzó recientemente Autonomous Weeder, un robot inteligente que identifica las malas hierbas y las destruye con un láser de alta precisión. El proceso de eliminación es además mucho más eficiente que si se llevara a cabo de forma manual. Esta compañía también está investigando el uso de otras técnicas que permitan medir el estado en el que se encuentran cosechas, ganado así como frutas y verduras cuando son almacenados.

Otro caso interesante es el de RipeLocker, una empresa de Seattle (Estados Unidos) que cuenta con una tecnología propia que permite gestionar los niveles de oxígeno, CO2, presión y humedad dentro de los vehículos y contenedores que transportan alimentos frescos. De esta forma se alarga el periodo de frescura de los productos perecederos, un asunto crítico cuando se trata de transportar este tipo de alimentos.

Sigamos ahora con Farther Farms, una empresa estadounidense especializada en la conservación de alimentos sin refrigeración. Su producto estrella son “patatas para freír”. En lugar de usar aceite, agua caliente y vapor, esta compañía utiliza dióxido de carbono, presión y calor para elaborar unas patatas de textura crujiente listas para pasar por la freidora. La empresa está investigando cómo aplicar esta técnica para otros productos. Una alternativa muy prometedora para mejorar la conservación de los alimentos.

¿Y qué ocurre cuando hay un exceso de producción de fruta o verdura? En estos casos la solución pasa por aprovechar esos excedentes y transformarlos en “productos de alimentación”. Es el caso de OutCast Foods, una empresa canadiense que se nutre de excedentes alimentarios de fruta y verdura y los transforma en suplementos alimentarios como las proteínas en polvo.

Mucho más cerca, en España, tenemos por ejemplo a Agrosingularity, una empresa de reciente creación que utiliza los subproductos y mermas de la industria agroalimentaria para producir fibras, colores, aromas o proteínas recicladas para la industria alimentaria.

Como vemos, existen muchas empresas dispuestas a utilizar la tecnología para luchar contra el despilfarro de alimentos en las primeras etapas de la cadena alimentaria. Porque no lo olvidemos: los hogares no somos los únicos responsables del desperdicio de comida.