Yunior García, líder de las protestas en Cuba, llega a España por sorpresa

Yunior García, líder de las protestas en Cuba, llega a España por sorpresa

Ha viajado con un visado de turista y en un vuelo comercial junto a su mujer.

El artista y opositor al régimen cubano Yunior GarcíaADALBERTO ROQUE via Getty Images

El artista Yunior García, uno de los promotores de las protestas contra el régimen cubano, ha llegado este miércoles por sorpresa a España.

García, de 39 años, ha aterrizado en Madrid alrededor de las 14:00 junto a su mujer con un visado de turista y en un vuelo comercial.

Antes de su desplazamiento, el actor permaneció encerrado en su casa de La Habana durante toda la jornada del lunes, bloqueado por agentes de la Seguridad del Estado y apartado de los medios por una bandera cubana que tapaba su edificio. Todo para evitar que saliera a la calle y participase en las reivindicaciones del 15-N contra el régimen.

Ese lunes 15 había convocada una marcha cívica convocada por el colectivo Archipiélago, no autorizada por el Ejecutivo, que pedía un cambio político en la isla. Sin embargo, esta quedó anulada fruto del amplio dispositivo policial desarrollado, con bloqueo de activistas y periodistas independientes y la detención de varios opositores.

Horas antes del evento central de los opositores, el propio García tenía previsto cruzar a solas el centro de La Habana pero su casa quedó sitiada por policías para evitar que saliera. Además, su teléfono móvil tenía las llamadas restringidas y, tras una breve grabación que publicó a través de Facebook denunciando su encierro, quedó sin acceso a internet.

Quién es Yunior García Aguilera

Este actor, dramaturgo y realizador nacido en 1982 en Holguín (al sureste de la isla) que confiesa haber sido testigo de Jehová durante cinco años, se ha convertido en el último icono de la disidencia cubana.

Recientemente, en una entrevista para la Agencia EFE, el intelectual se ha definido como “un artista que está metido en activismo social y político, pero no un político porque tengo límites”.

Defiende el diálogo “como solución política” y asegura ser antiembargo (de EEUU a Cuba) porque “no puedo permitir moralmente sanciones que hagan pasar hambre a mi familia. Aunque me quede solo voy a defender mis ideas y principios”.