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Los puestos de trabajo son los nuevos títulos nobiliarios

He superado la barrera de los mil contactos en una conocida red de contactos profesionales (o networking). Supongo que esto es mucho para algunos y poco para otros. Depende de si me comparo con mi portero, que debe tener la agenda más deseada de Madrid, o con el presidente de cualquier compañía que todas estas cosas se las pasa por el bonus.

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Foto: Shutterstock.

He superado la barrera de los mil contactos en una conocida red de contactos profesionales (o networking). Supongo que esto es mucho para algunos y poco para otros. Depende de si me comparo con mi portero, que debe tener la agenda más deseada de Madrid, o con el presidente de cualquier compañía que todas estas cosas se las pasa por el bonus, el "bonus track" y los beneficios sociales.

No tenía este objetivo ni ambición, por eso me ha asombrado más.

Tengo mi perfil cuidado y actualizado, faltaría más. Con lo que cuesta que te reconozcan algo, ya te pones tú los laureles en el ciberespacio a golpe de anglicismos a ser posible, que lucen más. Aunque a mí realmente lo que me importa son los números de mi nómina: porque nobleza arruinada hay mucha. Personalmente quiero "títulos" con "Grandeza de nómina".

He podido observar que en esta red no caben más CEO. Estamos produciendo CEO por encima de nuestras posibilidades.

Los CEO, siglas de Chief Executive Officer, por número, podrían repoblar ellos solos China en el caso de que la población sufriera una merma dramática.

Y los founders están a punto de sobrepasar el cupo.

Existe el mix entre CEO y Founder (como los antiguos matrimonios de conveniencia de la realeza) que tiene un tufillo a autónomo con logotipo y página web con apariencia de empresa.

Me he planteado poner que soy CEO y Founder de mi blog. Sin pretensiones; al CEO lo que es del CEO que yo me gestiono a mí misma y mis recursos divinamente. Porque si fuera autogestión ya sería freelance (que no autónoma).

Imaginemos una pequeña agencia de tres personas: si una es el CEO, el otro el Founder y el otro el Presidente, ¿quién c*** trabaja ahí?

Y es que los nuevos nombres de los puestos de trabajo son los nuevos títulos nobiliarios y esto me ha llevado a darme cuenta de que yo no soy nadie; lo tengo en español, sin siglas y sin el ampersand (&) que eso también suma.

Voy a proponer al departamento de Recursos Humanos de mi empresa que cambien el nombre de mi puesto y me llamen Marketing Jedi & Communications Ninja.

Para ser alguien tienes que llevar algunas de las siguientes palabras:

  • Head of "lo que sea":
  • "Lo-que-sea" development manager.
  • President. Aunque sea de un club de fans.
  • Associate Vice President. Cuando hay 20 amiguetes para hincarle el diente al pastel se pone uno que es associate.
  • Evangelist. Término acuñado por Apple. Una empresa tecnológica con tintes bíblicos. Id y compartid los beneficios de la manzana por el mundo.
  • Influencer. Una vez me lo llamaron. No supe si alegrarme o enfadarme.
  • Gurú. A ver, gurú no es un título que tú te puedas atribuir, porque el gurú se hace no nace. Tú no puedes ser guapo por decisión propia (o por la de tu abuela). Es el concepto social de belleza universal el que encumbró a Paul Newman, Brad Pitt o Claudia Schiffer.

Las profesiones sanitarias también se han visto arrastradas por esta vorágine de postureo profesional. Las hay que sí han ganado con los cambios de estos tiempos: ir al callista era mucho peor que pedir cita en el podólogo. Que dentro de poco será toes health consultant.

Y mi madre siempre me llevó al practicante para ponerme las inyecciones no al ATS.

Por supuesto, ya no quedan peluqueros, se extinguieron por la invasión de los estilistas.

Estamos llegando a un punto en el que al barrendero se le va a llamar Mojón Business Administrator.

¡La nobleza ha muerto, vivan los títulos laborales!

Este post se publicó con anterioridad en el blog de la autora.