Triste espectáculo de neumáticos en Silverstone

Triste espectáculo de neumáticos en Silverstone

¿Cómo reducir, supuestamente, los costes de competición? Ecclestone tenía una idea: reducir el agarre de los coches, agregar un factor sorpresa, y meter los coches más veces en boxes.

5c8b6366360000ba1a6cf502

  5c8b6366200000450470a2b3

¿Cómo hacer más espectáculo televisivo de las carreras de Fórmula 1? ¿Cómo reducir, supuestamente, los costes de competición? Ecclestone tenía una idea: reducir el agarre de los coches, agregar un factor sorpresa, y meter los coches más veces en boxes. Para ello necesitaría controlar los compuestos de neumáticos, para modificar la capacidad de agarre de los mismos sobre el asfalto, lo que eliminaría, además, tener que contemplar que los fabricantes de gomas tomaran una importancia vital en el campeonato.

Convenció a la FIA de la necesidad de un reglamento en esta línea, prometiendo audiencias televisivas, espectáculo, y por ende, más ingresos económicos. De todos los fabricantes de neumáticos que podían competir, sólo Pirelli se apuntó a aceptar estas normas. Michelin quería correr y competir contra otras marcas, para poder dar lustre a las suyas y vender innovaciones tecnológicas. Bridgestone no estaba por la labor de unos compuestos obligatorios elegidos por la FIA, y las coreanas no estaban en condiciones de entrar en la F1.

Y así comenzó este nuevo espectáculo que poco tiene que ver con la Fórmula 1 de hace sólo cinco años, con gomas cuyos compuestos están artificialmente manipulados para favorecer los intereses televisivos, y por ende económicos, de unos pocos, adulterar los resultados, y crear problemas a los pilotos.

Hasta ahora nos hemos ido quejando cada dos o tres carreras de la importancia que estaban tomando las gomas en los grandes premios. Incluso el jefe de actividades deportivas de Michelin nos contaba hace siete días que esto no tenía sentido, que los protagonistas han de ser los coches y los pilotos, no las ruedas.

Incluso Pirelli no tiene nada claro continuar el año que viene. La FIA lo viste como que es ella la que se plantea no renovar el contrato, pero es que la realidad es bien distinta: flaco favor le está haciendo ser protagonista a Pirelli cuando es por reventones y problemas de gomas.

Y así llegamos a la carrera de hoy en Silverstone. Con 52 vueltas por delante, y con una modificación en la carcasa de los neumáticos, hemos asistido a fallos consecutivos en las ruedas traseras de coches bien distintos. Al parecer (es pronto para determinarlo), el flanco del neumático no está bien unido con la parte de la carcasa que soporta la banda de rodadura. Con una estructura no muy bien desarrollada, y con unos pianos nuevos y algo agresivos, las gomas turinesas sufrían un deterioro muy rápido y elevado, y a partir de pequeñas grietas acababan reventando.

Mientras algunos trataban de echar balones fuera, hablar de problemas con los pianos nuevos, hablar de la falta de entrenamientos para el desarrollo de las ruedas... La realidad es sólo una: La FIA y la FOM han metido su mano en un aspecto que no tenían que haber tocado. Meterse a decidir compuestos de ruedas y manipular la competición con ellas ha acabado por poner en peligro a los pilotos.

Según nuestras propias fuentes, Pirelli no seguirá, y para que Michelin vuelva hay sólo dos condicionantes: subir el diámetro de las llantas para hacer transferible la tecnología de ruedas a los coches de calle, y abrir el campeonato a que cualquier competidor pueda entrar.

Obviamente esto implicaría que los coches fueran más rápido, y que se volviera a reescalar todo el tema de costes, con una evolución imparable en los compuestos de neumáticos.

Pero a diferencia de los desarrollos aerodinámicos, de los que no nos podemos aprovechar en el mundo de las coches de calle, en el caso de los neumáticos sí que hay transferencia tecnológica directa, y una mejora para la seguridad de todos.

Pero en el circo de Ecclestone y compañía, lo lógico no siempre es lo que funciona, y el bueno de Bernie sólo mira por los intereses económicos directamente relacionados con el espectáculo. Si la técnica se abre, y se aplican evoluciones y conocimiento de ingeniería, las diferencias entre los coches volverán a dispararse, y volveremos a ver un orden establecido con grandes diferencias entre unos y otros. Perderemos entonces esa lucha cuerpo a cuerpo, esas carreras donde no está del todo claro quién va a ganar, pero... esa es la esencia de cualquier campeonato donde coche y piloto cuentan. Así era la F1 durante 40 de sus cincuenta y algún años de historia, y así eran otros campeonatos espectaculares como la Can Am.

Nos decía también la gente de Michelin que Le Mans y el WEC son buenos ejemplos de cómo se pueden tener gomas de carreras con buenos desarrollos sin que la competición quede enrarecida o dominada a placer...

Lo único que está claro a estas alturas de película es que la FIA, la FOM y Pirelli tienen un gran problema entre manos, y algo se tiene que solucionar. Esto ahora mismo es... vergonzoso.

Ah, por cierto, te tenía que hablar de la carrera, pero ya sabes que en estas columnas post-carrera nos centramos en opinión, y no en narración de hechos... y en esta carrera son las gomas las protagonistas.

Y no es que la carrera no haya brillado por sí misma. Con todos los equipos sabiendo que las gomas estaban mal, hemos tenido que ver cómo muchos guardaban la ropa, mientras otros abandonaban. Pero el golpe de efecto ha estado a pocas vueltas del final, cuando el Red Bull de Vettel ha fallado. Por un problema con la caja de cambios, el campeón del mundo y líder del mundial se ha quedado tirado en recta de meta, ocasionando un Safety Car.

Juego de boxes entonces, y una carrera al esprint de menos de 10 vueltas restaba. En ella hemos visto a Fernando Alonso arriesgar para meterse en tercera plaza, y restar muchos puntos a Vettel en la lucha por el mundial, en un fin de semana que parecía negro para los de Ferrari. Lewis Hamilton se quedaba con la cuarta plaza, a pesar de haber reventado una rueda yendo líder.

Y... ¿quién se ha llevado la victoria? Pues Nico Rosberg, que se apunta su segunda victoria gracias a gestionar mejor las ruedas que Lewis. No ha sido tan rápido como él, pero no ha reventado, y se ha aprovechado del problema del coche de Vettel. Segundo puesto para Webber, que casi ha podido mojar la oreja del alemán ganador, pero que suma puntos para su casillero.

¿Moraleja? Vuelco en el campeonato, una vez más. Resultado impredecible antes de arrancar la carrera. Y todo gracias a las ruedas, bueno, y al fallo del Red Bull. Sí, el tipo de vuelcos que le gusta a la TV y a Ecclestone, pero no, así no tendrían que ser las carreras. Por nuestra seguridad, y por el interés técnico de evolución de neumáticos para la calle.