Con empresa y a lo loco: sonrisas, lágrimas y emprender

Con empresa y a lo loco: sonrisas, lágrimas y emprender

Yo sé que conseguiré parte de lo que me he propuesto, ahora o luego, daré la vuelta a las cosas que no salen o cogeré un nuevo camino, el caso es que en esta vida de emprendedora, que te da duro, la recompensa y la satisfacción de lo bien hecho se convierte en la vitamina para seguir en el camino hasta conseguir lo que te has propuesto.

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Foto: ISTOCK

Día: 21 de Julio de 2016.

Hora: 18:00h

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Lavadoras por poner= 1 Tras Buen palizón que nos hemos dado el finde.

Número de hijas: 2

Jueves, se aproximan las deseadas vacaciones con las post-elecciones a cuestas. Y sólo pensar en el nuevo listado de tareas que tengo que hacer antes de partir, me hace plantearme sólo por un momento si no será mejor quedarnos en tierra; y así no añadir más estrés a mi loca vida sin parar y listados a los que ya tengo para el nuevo curso en mi proyecto empresarial.

La vida de la emprendedora no siempre es fácil entre: la autoexigencia, idealización y la conciliación. Pero cuando una cabezota como yo decide que va a ir a por ello, consigue siempre la forma de esquivar el obstáculo, o darle la vuelta para resolverlo. Incluso combatir esa patrulla de pensamientos desmotivadores.

Con una semana de infarto en plena promoción de mi último evento para emprendedores y el lanzamiento de mi nueva web, necesito más que nunca esas vacaciones para no hacer NADA de trabajo ¿Lo conseguiré...?

En esta cabezota emprendedora, la mía, la que está al aparato no para de lanzarse retos hacia la perfección en el momento en que la señora pereza aparece y dice:-¡Venga ya...! Con lo a gustito que estamos.

Son retos personales y profesionales que me encantaría conseguir, y nunca llego; como recuperar aquel cuerpo que tenía hace pocos años atrás.

Todo pasa mientras los pensamientos de lo que falta por hacer dan vueltas recordándome que no me parezco nada a mis iconos en Instagram. ¡Gracias por recordármelo!... ¡Seguiré intentándolo!

Yo quiero ser igual de top que: la que hace unas fotos impresionantes, el que viste genial, la que su negocio va como la seda, el que hace los eventos más bonitos.... Y así un largo etcétera...y yo me repito: - Que lo sepas Joanna; te falta un poco para llegar ahí, así que... ¡animo y a seguir dándole duro! Yo me animo en la misma medida que me machaco, así soy yo.

Y tras este programa de centrifugado de pensamientos repetitivos, no sé si a ti te pasa, pero falta la parte gourmet, la foodie, la healthy, la vegan... y demás que va con el emprendedor.

OH my God!! Si yo con buscar tiempo para cocinar y relajarme, salir a andar y permitirme que me dé el sol, para no parecer que nací en Transilvania, ya voy lista; no necesito un Ironman ni nada parecido.

Para maratones, ya tengo en mi día a día, con el moño en lo alto y recordándome por qué vuelvo a ponerme el uniforme de mami sport, nada fashion aunque suene muy trendy; en vez de ese conjuntito tan mono que compré para trabajar e ir al cole medio estilosa y conseguir que el mensajero no se asuste al abrir la puerta. No way.

Y llego a la conclusión de que si no tienes voluntad de correr, has ido a un supermercado eco a comprar las ansiadas semillas de chía, te haces algún desayuno con avena y meditas, ¡no eres nadie!

Porque en esta tribu emprendedora, la actitud es primordial, y si no tienes las medallas básicas, vas mal; o eso creo yo y me repito inconscientemente: tienes que controlar SEO, moverte, saber de wordpress, branding, marketing y de bienestar... y con todo esto, simplemente me vengo abajo, ¿No llego a la media? Y mi otro yo enseguida remonta ¡Venga, vamos! ¡Que no es para tanto!

Y yo, que me siento a todo correr, pero en mi silla, entre - ¡mamáaa!!! Y viajecitos a: la compra, al pediatra, a comprar la hoja de foamy o la pinza con un animalito para la manualidad de turno y lo que se tercie; mientras mi marido trabaja 12h como un campeón. Aquí, la parte de conciliación, poca.

Marcarse un camino imposible de llegar también inspira para crecer y ser mejor, sabiendo siempre que no estás nada mal y que poquito a poquito se hace un muchito.

Sinceramente, sólo siento que hago pilates en mi cama cuando me estiro y descontracturo el huesecillo ese de la rabadilla al incorporarme porque no puedo más, como una abuelilla. Y es que me tira de tanto sentarme a intentar trabajar, de no respirar casi mientras estoy frente al ordenador, entre acción, foco y procastinación.

Cuando me doy cuenta me lanzo un pensamiento tipo: tengo que hacer algo...ir a andar, correr, bajar a la piscina a que se me quite en blanqueamiento hibernal... pero no encuentro tiempo; mientras la lorcilla de dos embarazos asoma sinuosa como el que no quiere la cosa.

Y así que para compensar me hago un smothie hasta con apio y espinacas; que aunque sepa regulín, algo hará, y sigo trabajando sacando minutos...

En medio de mi jornada laboral domestica voy saliendo cada rato desconectando de mi cubículo en medio de mi habitación y: preparo comidas, ordeno un armario de las peques, salgo pitando antes de ir a recoger a la niña del campamento de verano para pasar por el chino a comprar dos juguetes de agua para el cumple del primo, y entre medias trato de hacer mi estrategia para el curso que viene, que empieza en septiembre.

¡Ahh! Todo esto sin olvidar el asistir a un evento de networking para ampliar negocio en el que parece más una discoteque; o a otro de lo más interesante para simplemente hacerme visible yo y mi proyecto y además despejarme. ¡Que bien merecido lo tengo!!

Alguien me da alguna táctica para conseguir hacer un poco más y cuidarme, ¿Qué tal relajarse? Flow.., todo como siempre muy cool.

Y para no perder ritmo, los colegios de las niñas van mandando e mails de información para septiembre, como si no hubiese tiempo y quisiesen dejarlo todo bien cerrado, para poder descansar ellos de una vez, al menos un mes.

En medio de las negociaciones políticas o negociaciones con calma (total no hay prisa que el país lleve paralizado unos meses, qué más da un poco más), hay que añadir el calor asfixiante del centro peninsular, ese "caloret" que en mi tierra en tiempos pasados se decía bien alto desde el púlpito del poder. Que ahora nos quejamos y luego añoraremos cuando llegue el fresquet.

Y yo sigo parapetándome con dos de mis técnicas que he desarrollado durante este año de reinvención como emprendedora falladora, que no "xxxx", porque hasta para eso hay poco tiempo, c'est la vie.

Una es la Técnica CAFÉ= Calma, Actitud, Foco, Estrategia, y otra el síndrome celebrity que me quita tanto nubarrón de mi cabeza cuando lo veo todo más gris que rosa.

Tener un trabajo convencional que no te llene es duro, y tener un negocio propio que te apasiona es maravilloso; pero nadie te cuenta lo difícil que es la ejecución de un proyecto empresarial; y más aún habiendo estudiado ciencias políticas, y en época de criar en un entorno que te apoya, pero que le resulta todo muy nuevo y siempre asoma un trocito de... ¿llegará? Y una vez llega... ¿se forrará?

Qué auténticamente bonito es dedicarte a lo que te gusta y que difícil hacerlo todo a la vez. Pero es lo que tiene haber estudiado, disfrutado de dos Erasmus. ¿Sabías que ahora también hay esta beca Erasmus para emprendedores? Viajado, trabajado, adquirido experiencia y haberse tomado antes las cosas con tranquilidad.

Y yo seguiré inspirándome en esa perfección absurda para ir avanzando sabiendo que a todo no se llega, perfecta no soy; pero plantearse retos siempre está bien; aunque mejor poco a poco para que consiga al menos alguno, a base de intentarlo una vez más, dejando a la señora pereza de lado.

Yo sé que conseguiré parte de lo que me he propuesto, ahora o luego, daré la vuelta a las cosas que no salen o cogeré un nuevo camino, el caso es que en esta vida de emprendedora, que te da duro, la recompensa y la satisfacción de lo bien hecho se convierte en la vitamina para seguir en el camino hasta conseguir lo que te has propuesto.

Porque marcarse un camino imposible de llegar también inspira para crecer y ser mejor, sabiendo siempre que no estás nada mal y que poquito a poquito se hace un muchito, quererte porque tú lo vales, cuidarte y escucharte, que es algo nada convencional.

¿Cuál es tu próximo reto? Yo intentaré moverme algo fuera de territorio domestico, escuchando algún podcast interesante, y sueño con volver a mi cuerpo del 2011. ¿Lo conseguiré? Te cuento más en breve ;)