Una novela sobre la crisis, y algo más...

Una novela sobre la crisis, y algo más...

Si uno de los personajes de esa novela sugiere que la crisis que vivimos es una estafa, ¿pensarías que esa es la opinión de alguno de los asesinos, de un ciudadano anónimo, de un economista indignado, o tal vez de un policía que nada tiene que ver con las unidades antidisturbios?

Finales de abril, Día del Libro... un momento ideal para presentar una nueva novela, aunque sea tan solo como testimonio, como un ejemplo más de que el mundo editorial sigue vivo, pese a las penurias que lo rodean.

Si en las primeras páginas del libro aparece cruelmente asesinado un exconsejero de un importante Banco, ¿pensarías que es ficción, o que algo así puede suceder, por ejemplo en España? Y si hay más asesinatos, siempre de personas muy influyentes, y sus muertes van acompañadas de amenazas de un envenenamiento masivo del agua que beben los madrileños... ¿Te parecería algo más que un aviso a navegantes, o pensarías que el envenenamiento ya lo sufre la mayoría de la población sin necesidad de beber agua contaminada?

Si uno de los personajes de esa novela sugiere que la crisis que vivimos es una estafa intergeneracional, ¿pensarías que esa es la opinión de alguno de los asesinos, de un ciudadano anónimo, de un economista indignado, o tal vez de un policía que nada tiene que ver con las unidades antidisturbios? Y si la situación se complica porque hay indicios de que todo lo que está sucediendo en la capital de España (asesinatos, amenazas, clima social insostenible, mareas de todos los colores) tiene que ver con la corrupción, el fraude, las mafias organizadas, el dinero negro... ¿Seguirías pensando que la realidad es muy distinta a la ficción?

Espero que este libro cumpla al menos dos objetivos: primero, que los lectores pasen un buen rato leyéndolo; segundo, que les ayude a cuestionarse algunas de las claves de la recesión económica que vivimos. Para ello, he configurado una novela con tres componentes: a) una investigación policial liderada por la inspectora Marian Labordeta; b) una crítica social como telón de fondo de una novela negra; c) algunas ideas sobre las crisis y su impacto en los ciudadanos, tal y como lo viven los protagonistas de la obra.

La ficción literaria permite construir un mundo modélico donde pueden coexistir muchas cosas que no funcionan bien, y por lo tanto son susceptibles de mejoras, como sucede en el mundo real. Escribir y leer nos permiten acercarnos a esos mundos y compararlos con el nuestro. Pero la crisis que vive el mundo editorial es tan aguda que apenas quedan resquicios para nuevos libros, autores noveles y editoriales de tamaño medio, frente a los canales de comercialización de los best sellers, las estanterías repletas de obras que luchan entre ellas por ser más visibles, las editoriales que intentan sortear la quiebra, y las tijeras de los gobiernos, ajenos a esa realidad y al mundo de la cultura en general. Ojalá el hábito de la lectura siga vivo, y podamos seguir celebrando el Día del Libro.

El agua de la muerte, de José Antonio Nieto Solís (Editorial Verbum, 2014). Pueden encargarse en librerías y también, como libro electrónico aquí.

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