Cañete y la energía europea

Cañete y la energía europea

¿Qué opina Cañete del papel que está jugando el modelo energético en los procesos de independencia? En Escocia ha sido relativamente claro el debate sobre el petróleo del Mar del Norte, pero ¿y en Cataluña? Una supuesta Cataluña independiente cambiaría radicalmente su modelo energético, con tres reactores nucleares y una interconexión robusta a la red eléctrica francesa.

Impresiona la imagen de Arias Cañete compareciendo ante un nutrido grupo de parlamentarios europeos que lo examinan para evaluar su idoneidad para el cargo que pretende ocupar. Su tribulación y acongojo me provocan empatía, porque yo estaría como mínimo igual que él, seguramente mucho peor. Además, es grata la idea de dicho examen, ya nos gustaría que en España los parlamentarios disfrutaran de tal prerrogativa ante el nombramiento de posibles ministros.

Pero la simpatía por el compareciente y el acto se esfuman pronto. Los medios de toda Europa de lo único que se hacen eco es del interés, casi enfermizo por inquisitorial, que los parlamentarios muestran por unas estúpidas declaraciones del aspirante hechas durante una campaña electoral, por lo que hace con su dinero y por no sé qué enredos de un cuñado suyo. Los examinadores muestran escasa o casi nula intención de averiguar qué diablos sabe Cañete sobre energía europea y qué piensa hacer al respecto. Si es que piensa algo, claro, porque parece que no es necesario ya que va a sustituir en el cargo a una perfecta nulidad, el contable y abogado alemán Günther Oettinger.

Sin menospreciar los posibles conflictos con el cargo de intereses personales o las grotescas declaraciones de superioridad intelectual respecto a las mujeres, ¿sobre qué se debería haber debatido a fondo en esa comparecencia de Cañete? En primer lugar sobre el papel de la energía en la soberanía e independencia de Europa y en su modelo federal. Provoca escalofríos contemplar la maraña de gasoductos que alimentan Europa. Si se pudieran trazar todas las rutas de aprovisionamiento de petróleo por tierra y por mar, el escalofrío se tornaría en miedo sin más. La dependencia europea de los combustibles fósiles de países conflictivos compromete tanto la soberanía que exige pronunciarse políticamente de la manera más clara y profunda. Pero esto es bien sabido aunque se soslaye, en cambio hay cosas más sutiles y novedosas respecto a la energía en Europa.

¿Qué opina Cañete del papel que está jugando en los procesos de independencia? En Escocia ha sido relativamente claro el debate sobre el petróleo del Mar del Norte, pero ¿y en Cataluña? Una supuesta Cataluña independiente cambiaría radicalmente su modelo energético. Sus tres reactores nucleares y una interconexión robusta con la red eléctrica francesa permitirían un desarrollo de las fuentes renovables tal, que abarataría los costes y consolidaría la independencia catalana. ¿Desempeña algún papel la energía en los movimientos centrífugos de muchas regiones de Europa? En Cataluña, quizá "astutamente", se habla poco sobre esto pero se trabaja mucho. ¿Lo sabían Cañete y los eurodiputados?

De lo que parece que sí saben es de energías renovables, al menos todos se han lucido con eso aunque sin decir nada sensato. Por ejemplo, le podían haber preguntado al español si se ha aprendido algo positivo de la locura que se ha hecho en España en este sentido. Cañete podría haber respondido que, aparte de permitir un derroche inusitado de primas y corruptelas por doquier desembocando en un sistema con una potencia eléctrica instalada casi el triple de la necesaria, hemos aprendido a integrar magistralmente unas fuentes intermitentes en una red eléctrica que ha de permanecer estable en todo momento. Esa técnica desarrollada por los ingenieros de Red Eléctrica Española es algo a considerar a escala europea por lo que supone de base sólida para el desarrollo de las renovables. Fundir esos esfuerzos con los de otros países creando poco a poco una red inteligente integrada a nivel europeo sí que es relevante.

Una de las interpelaciones más duras, con actitud rayana en la chulería, que tuvo que soportar Cañete provino de un verde alemán. Lo atosigaba sobre todo por los enredos de su cuñado. Después de responderle a sus hirientes preguntas, Cañete podría haber hecho alusión a su postura en contra de la política de los Verdes en Alemania. La influencia de este partido ecologista tiene una responsabilidad decisiva en convertir a su país en el más contaminante de Europa, entre otras cosas porque es el que más carbón quema. Y aún contaminará más cuando se ceda al chantaje de los Verdes y se cierren todas las centrales nucleares alemanas. Pero plantarle cara con argumentos políticos y técnicos a un verde alemán exige más arrestos que ofender a las mujeres con ocurrencias machistas.

Y ya puestos a hablar de energía nuclear, ¿qué opina Cañete de ella? El Reino Unido tiene un programa nuclear ambicioso, Finlandia y Francia están construyendo los mayores reactores de la historia, en Italia son inexistentes, en Alemania, lo dicho, y así todo. ¿Tiene Cañete alguna intención de tratar de homogeneizar la política europea en ese sentido?

La energía es un pilar fundamental del bienestar humano junto con la alimentación, el vestido y la vivienda, que a su vez dependen de ella. Apena pensar que a nivel europeo se le dé la escasa importancia que se reflejó en la comparecencia de Cañete ante los europarlamentarios.

Este artículo se publicó originalmente en los periódicos del Grupo Joly.