La señal del rey

La señal del rey

Amortizada la investidura fallida, empieza la segunda fase de la negociación. Todas las miradas se giran hacia el Palacio de la Zarzuela después de la convocatoria del Rey a Patxi López el lunes a las 13 horas. Felipe VI se ha adelantado a las elucubraciones de los partidos. La creencia mayoritaria entre los políticos era que el Rey no movería ficha en los próximos días porque no le conviene situarse en el foco político. tampoco puede esperar a mayo.

Amortizada la investidura fallida, empieza la segunda fase de la negociación. Todas las miradas se giran hacia el Palacio de la Zarzuela después de la convocatoria del Rey a Patxi López el lunes a las 13 horas. Felipe VI se ha adelantado a las elucubraciones de los partidos. La creencia mayoritaria entre los políticos era que el Rey no movería ficha en los próximos días porque no le conviene situarse en el foco político. "No va a llamar a ninguno de los líderes, por supuesto, que sean ellos quienes se acerquen a él con el papel en donde se justifique que el candidato tiene los suficientes avales para ser elegido. ¿Qué iba a hacer? ¿Llamar a Rajoy, que sigue con 123 diputados? ¿Llamar a Sánchez que acaba de fracasar con 130 diputados?" reflexiona un socialista experto en asuntos de Estado. Pero Felipe VI tampoco podía esperar a mayo, porque se le acusaría de haberse contagiado de la pereza de Rajoy.

El Rey no quería que le volvieran a poner en situación de jaque, como Albert Rivera ha echado en cara a Mariano Rajoy en la segunda sesión de investidura fallida. Habilmente ha evitado que le volvieran a situar en un callejón sin salida. Y ha elegido una de las dos fórmulas que tenía más a mano, recurrir a su interlocutor institucional más importante en estos momentos, Patxi López, presidente del Parlamento o aprovechar un acto de su agenda para instar a los partidos a seguir trabajando por España, lo que algunos apostaban como un recurso más sutil aunque menos directo que el elegido.

Tras la reunión con el Rey, López apelará a la responsabilidad de los partidos para que sigan trabajando, lo más rápida e intensamente que puedan. Trasladando la idea central de que el país no soporta alargar el proceso hasta el límite. Más cuando las encuestas no despejan el panorama de quién ganaría con unas nuevas elecciones generales. El futuro de España está en juego y fuera de la burbuja parlamentaria la vida sigue, por el Rey sugerirá a López que los líderes aparquen sus intereses personales y partidistas.

En la Zarzuela no ha gustado nada que Rajoy, Sánchez y Rivera utilizarán la figura del monarca para culpabilizarse mutuamente en el debate de Investidura del miércoles. Rajoy fue quien más apeló al nombre del monarca echando en cara a Pedro Sánchez que aceptara el encargo.

Como ejemplo, valga una de las más sonoras recogidas en el diario de sesiones:

"Lo natural, incluso lo honesto, hubiera sido que usted comunicara al rey eso tan sencillo de: Lo he intentado, pero no ha sido posible. No lo hizo porque no le convenía reconocerlo para no perder el control de la situación. En cuanto se constituyeron las Cámaras, se celebraron las consultas en la Zarzuela y el Rey me lo propuso, le dije que no podía formar Gobierno porque usted se negaba a participar. (Varios señores diputados: ¡Ah!). ¿Verdad que lo entienden? ¡Sí, lo entienden! (Rumores.--Aplausos). No me hizo falta un mes para comprobarlo. Le dije al Rey que ya estaba claro que yo no podía porque usted no quería. (Varios señores diputados: ¡Ah!--Rumores). ¿Ven como lo entienden? Señorías, no engañé a nadie, señor Sánchez, ni al Rey ni a esta Cámara ni al conjunto de los españoles, a nadie. (Aplausos). Y no gasté ni un día."

Y así, varias veces, Tantas que sería mucho alargarse incluirlas en esta crónica.

Tampoco Sánchez se cortó a la hora de nombrar al monarca. "Señor Rajoy, usted le dijo que no al rey, y esa fue una decisión suya"; lo mismo que Albert Rivera, que también reprochó a Rajoy su espantada ante Felipe VI en unos términos que sacaron de quicio al presidente en funciones:"Así que no es tiempo de decirle no al rey, no es tiempo de pereza, no es tiempo de pasar palabra, señor Rajoy".

Visto lo visto, y que los dirigentes de los partidos no tienen problema en utilizar al Monarca cuando están metidos en harina, es lógico que Zarzuela prefiera mantenerse a distancia. "Lo que está claro es que el Rey tiene suficiente con los problemas de estos días y la imagen de su hermana la infanta ante el Tribunal, que ha dado la vuelta a toda Europa. Felipe VI no quiere que el lío político se vincule aún más a su figura" explica un diputado de Podemos. En Ciudadanos la opinión es muy parecida, tampoco creen que la Zarzuela vaya a exponerse en los próximos días a una nueva ronda de consultas: "Cómo va a arriesgarse a que le 'hagan otro Rajoy', no le beneficia en absoluto. Se limitará a un venga, que hay que hacer un esfuerzo".

Tampoco tenía sentido convocar a las cámaras en las salas de palacio. Para Felipe VI aun es válida toda la información que les fue sonsacando a los líderes tras la rondas de contactos. Ya sabe por donde respiran y es consciente que unas nuevas elecciones no van a cambiar el panorama. No en vano, les preguntó por sus opiniones más allá de los pactos. Sobre todo por la reforma constitucional y Cataluña, las dos cosas que más le atañen como institución.

Además, poco a poco se abre camino la posibilidad de que se alejen unas nuevas elecciones generales. A medida que se vayan publicando las encuestas, va a quedar claro que a nadie le interesan los nuevos comicios, porque nadie gana claramente. Por eso se recuperan las especulaciones sobre otras vías. La posibilidad de que Ciudadanos y el PP alcancen un acuerdo sin Rajoy, aunque ello conlleve la ruptura del pacto con el PSOE, que por ahora sigue vigente, pero que una vez cumplidos sus objetivos, elevar la imagen de sus líderes, Sánchez y Rivera ya no es tan necesario para ninguno de los dos.

Hace un mes los que más tenían que perder con unas nuevas elecciones eran ellos, pero ya no es así. Otra opción que corre de partido en partido es el recurso a un Gobierno presidido por un tecnócrata independiente y basado en los cinco puntos que Rivera exhibió como imprescindibles. Hasta en Podemos podrían estar dispuestos a comprarlos. El peso del proceso catalán con Mas está muy presente dentro de la organización que preside Pablo Iglesias.

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero