8 lecciones que quiero enseñar a mi hija

8 lecciones que quiero enseñar a mi hija

La necesidad de aprobación es como una adicción. Si basas todas tus acciones en la aprobación de la gente, acabarás sacrificando tu propia felicidad. Aprende a decir no a la gente y a las obligaciones que no te aportan valor en la vida.

Mark Scoggins via Getty Images

Estas son las ocho cosas que quiero enseñar a mi hija. Yo las he aprendido después de muchos errores, de períodos de introspección y de aprendizaje en mi vida.

Mi esperanza es que ella viva con autenticidad, pasión y dignidad.

1. Si alguien te hace daño, no te lo tomes de forma personal

Hay muchas posibilidades de que esas personas también se hagan daño a sí mismas. Nunca te tomes las cosas de manera personal. No dejes que los piropos se te suban a la cabeza, ni que las críticas te depriman. De sobra es sabido que la gente sólo puede dar a los demás lo que ellos mismos han recibido.

Todas tus acciones y palabras deberían proceder del amor, aunque no todo el mundo te conteste de igual modo. No le des importancia.

Como explicaba Miguel Ruiz en su libro Los cuatro acuerdos, si evitas el sufrimiento, dejas paso a la liberación. Puedes interactuar con el mundo con el corazón abierto, sin preocuparte de lo que digan los demás.

2. Guarda una parte de lo que ganes para ahorrar y otra para devolvérselo al mundo

Tienes que aprender a ver el dinero como una herramienta con la que puedes lograr tus mayores sueños. Pero también es una herramienta que se puede usar para hacer el bien en el mundo. Si tienes la suerte de poseer mucho dinero, no malgastes la oportunidad. Utilízalo para cambiar una realidad social, para alentar a una comunidad y para inspirar a otras personas.

Una vez alguien me dio un gran consejo sobre el dinero:

De cada dólar que ganes, gasta una tercera parte, ahorra otra tercera parte y devuelve el otro tercio al mundo.

3. Vive cada día como si fuera viernes

Ya que estamos hablando de dinero, no pienses que este da sentido a la vida. Ojalá encuentres una carrera que te aporte el sentido, además del dinero que necesites. Encontrar el significado de la vida es el único modo de vivir cada día como si fuera viernes.

No puedes vivir a la espera de que llegue el fin de semana. Encuentra algo que te motive. Como dijo el doctor Wayne Dyer: "No te mueras con la música dentro de ti".

Tu trabajo en esta vida es encontrar tu música y cumplir la misión de compartirla con el mundo.

Si todavía no has encontrado tu música, sigue buscando. Cada día, haz algo que te haga feliz. Que todos los días sean viernes.

4. No necesitas la aprobación de nadie

La necesidad de aprobación es como una adicción. Si basas todas tus acciones en la aprobación de la gente, acabarás sacrificando tu propia felicidad. No dejes la llave de tu felicidad en el bolsillo de otra persona. Aprende a decir no a la gente y a las obligaciones que no te aportan valor en la vida.

Tu momento en la Tierra es muy valioso. Debes invertir tu tiempo al igual que inviertes dinero. Invierte en la gente y en las actividades que te motivan. Lo que haces hoy es importante, porque estás invirtiendo un día de tu vida en ello.

5. En cada situación difícil, prueba primero con la amabilidad

La gente a veces hace comentarios desagradables e inoportunos. Las compañías de vuelo pueden perder tu equipaje. Un conductor puede impedirte el paso. Son cosas que ocurren a diario. ¿Y cómo vas a responder tú ante ellas?

Aunque tu primera respuesta puede ser como la de la mayoría, es decir, enfadarte, puedes probar un enfoque diferente. El enfado en estas situaciones casi nunca resuelve el problema. Es mejor responder con amabilidad. Se puede ser amable y firme al mismo tiempo.

Expresa tus opiniones sin sacrificar tu integridad. Es la única reacción de la que luego no te arrepentirás. A pesar de que estés decepcionada, trata siempre a los demás con respeto. Te sorprenderás de todo lo que puedes conseguir siendo amable.

6. No te quejes a menos que puedas proponer una solución

No estés continuamente quejándote. A nadie le gusta este tipo de personas. Si no estás a gusto con tu situación, esfuérzate por cambiarla. No consiste en sentarse y quejarse. Las quejas no te llevarán a ningún sitio. De hecho, lo único que conseguirás es que los demás no quieran estar contigo. Trata de ser una persona que busca el lado positivo de las cosas. Y si te encuentras con un problema, intenta sugerir una solución.

Nunca llegarás a donde quieres llegar quejándote por donde estás ahora. Cada paso en tu vida te prepara para el siguiente.

7. Aprende a estar presente

Aunque la tecnología puede cambiarnos la vida en muchos casos, hay un aspecto en ella que interfiere en nuestras relaciones. No seas tan adicta a una pantalla hasta el punto de llegar a echar de menos la vida real que sucede frente a ti. Aprende a desconectar cada día.

Aprende a relajarte. Presta atención con todos los sentidos a la gente. No busques estimulación sin sentido en una pantalla, y aprende a conectar con las personas en el mundo real.

8. No dejes que el mundo te amargue

El mundo a veces puede ser un lugar difícil. Puedes experimentar sufrimiento, te pueden romper el corazón y, sin duda, perderás a algunos seres queridos. Estas experiencias harán estragos en tu alma. Pero no pierdas nunca la esperanza.

Piensa en la filosofía china del Yin y del Yang, que afirma que las fuerzas opuestas a menudo están interconectadas. En el sufrimiento, podrás encontrar fortaleza; en los desamores, resiliencia; y en la pérdida, un renovado gusto por la vida.

La vida viene con el Yin y el Yang. Los lados opuestos son interdependientes y están interconectados. No tienes por qué temerlo. Cada situación difícil te pondrá a prueba. Si te enfadas y te amargas, estás perdida.

Párate y aprecia las flores, las hierbas que salen del cemento para alcanzar el sol, y las mariposas que han descubierto que tienen alas. Aprende a ver la belleza que te rodea.

Iaian Thomas escribió:

Sé suave. No dejes que el mundo te haga duro.

No dejes que el dolor te haga odiar. No dejes que la amargura te robe la dulzura.

Siéntete orgulloso, pues, aunque el resto del mundo discrepe,

tú sabes que sigue siendo un lugar hermoso.

Mantén tu dulzura y tu ternura. Y recuerda que el mundo es un lugar hermoso. Siempre.

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Traducción de Marina Velasco Serrano