No solo se aprende en la escuela

No solo se aprende en la escuela

Soy Vivian Auduong, y tengo 17 años. Soy estudiante en Chicago, Illinois, en los Estados Unidos. Tengo interés en la tecnología, las matemáticas, contar chistes y aprender más sobre el mundo. Cuando recibí la noticia de que el campamento WiSci2016 me había aceptado para aprender sobre temas de STEAM con 100 niñas, me sentí llena de alegría. ¡Qué emocionante! Después de algunos meses, me encontré en un autobús por las calles de Lima, Perú, a miles de millas de distancia de mi casa.

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¡Hola! Soy Vivian Auduong, y tengo 17 años. Soy estudiante en Chicago, Illinois, en los Estados Unidos. Tengo interés en la tecnología, las matemáticas, contar chistes y aprender más sobre el mundo.

Cuando recibí la noticia de que el campamento WiSci2016 me había aceptado para aprender sobre temas de STEAM con 100 niñas, me sentí llena de alegría. ¡Qué emocionante! Después de algunos meses, me encontré en un autobús por las calles de Lima, Perú, a miles de millas de distancia de mi casa. Miraba las estructuras de las casitas, los anuncios que me llamaban la atención y las montañas que me rodean por cada lado (al contrario al plano superficie que es Chicago).

Aunque estudié español en la escuela secundaria durante cuatro años, nunca he tenido la oportunidad de poner en práctica mis habilidades, y la verdad es que no sabía si tenía esas habilidades desarrolladas. En los Estados Unidos estoy rodeada por el inglés en la escuela y en los medios de comunicación, y siempre hablo chino con mis padres en casa.

Al principio del campamento reuní todo el valor para hablar con más fluidez. Sin embargo, me equivoqué mucho los primeros días, pero también me di cuenta de que los errores son parte del aprendizaje y la humanidad. Hice muchas amigas nuevas gracias a mis errores en las clases, durante los tiempos de comer y durante las noches de familias. Nos reímos en la cena cuando pregunté a la mesa si a alguien le gustaba "comer el jabón". Cuando caminábamos un día frío les dije a todos que "calcetines para manos" sería una buena. Muy pronto, descubrí que a través de cometer errores y hacer reír a mis compañeras, yo estaba en realidad rodeada por amigas de Perú, Chile, Mexico y los Estados Unidos.

Es difícil pensar en que ya hemos pasado casi una semana juntas y sólo vamos a tener una semana más. Qué raro es conocer a estas hermanas durante sólo una semana pero, al mismo tiempo, sentirme como si fuéramos amigas por toda la eternidad. Trabajamos juntas en las clases de tecnología e ingeniería, convivimos juntas en los bungalows, aprendemos a través de intercambios culturales y compartimos nuestras experiencias. Me he dado cuenta de que todos sufrimos por los problemas en nuestras sociedades, todos bailamos, lloramos, sentimos orgullo y queremos compartir nuestras experiencias y culturas, todos tomamos selfies y todos somos humanos.

Esta experiencia me ha enseñado cómo ser una ciudadana del mundo. Tenemos mucho que aprender de los demás y he tenido la oportunidad de ver qué bueno y qué positivo puede ser el mundo cuando trabajamos juntos. 

Durante mi tiempo con estas chicas latinoamericanas me he dado cuenta de que todos enfrentamos dificultades parecidas. Especialmente en cuanto a la educación. Siempre me han enseñado que la educación, especialmente para las mujeres, es imprescindible para poder descubrir soluciones nuevas y mejores a los problemas en nuestras comunidades. Yo estoy preparándome para mi último año de la escuela preparatoria y para acceder a las universidades. Me preocupo mucho sobre lo que voy a hacer en el futuro. No me había dado cuenta de que hay muchas estudiantes en otros países que son capaces, inteligentes y diligentes, que también quieren entrar a las universidades de los Estados Unidos. Durante las horas de oficina, ellas siempre les preguntan a los mentores como pueden estudiar en los Estados Unidos.

Sin embargo, no hay recursos para apoyarlas para que entren a estudiar en los Estados Unidos, para que tengan oportunidades en la educación y para que tengan intercambios culturales fuera del Campamento WiSci y pienso que no debe ser así. Esta experiencia me ha enseñado cómo ser una ciudadana no sólo de mi país, sino también una ciudadana del mundo. Tenemos mucho que aprender de los demás. He tenido la oportunidad maravillosa de ver qué bueno y qué positivo puede ser el mundo cuando trabajamos juntos.

Biografía:

Me llamo Vivian. Tengo diecisiete años y soy una estudiante en la ciudad de Chicago. En mi escuela soy una concursante para el equipo de matemáticas, miembro del equipo de robótica, y la co-presidente del club Girls Who Code. En mi tiempo libre, me gusta leer historias, experimentar con Raspberry Pi, aprender chistes, tocar el piano, jugar videojuegos, y navegar en la red. Tengo ganas de hacer amigas nuevas y mejorar mis destrezas en español.