Burkinis, barritas dietéticas y rimel waterproof

Burkinis, barritas dietéticas y rimel waterproof

No os vais a creer lo que me ha pasado. Llevo unos días aquí en Las Palmas de Gran Canaria y ayer viví una experiencia de lo más traumática.

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No os vais a creer lo que me ha pasado. Llevo unos días aquí en Las Palmas de Gran Canaria y ayer viví una experiencia de lo más traumática. Iba yo con todo lo necesario para disfrutar de un maravilloso día de playa (neceser, gafas de sol, libro, toalla) y mientras me dirigía al lugar donde siempre me coloco, entre de la familia de los tupper y los kayaks, escucho un silbato fuerte e insistente que hace que me detenga en seco "Piiiiiiii, Piiiiiiiii" Algún crío se ha metido en lo hondo sin flotador, pienso, pero veo a un socorrista que se dirige hacia mi corriendo y haciendo aspavientos con los brazos. Miro a mi alrededor y veo a varios turistas señalándome y moviendo la cabeza con cara de desaprobación.

- Señora, ¿cómo se le ocurre presentarse así en la playa?

- ¿Cómo? ¿Yo? Pero... ¿qué llevo?

- ¿No conoce usted la normativa? Está terminantemente prohibido venir a la playa depilada.

- ¿Qué? ¿Pero eso desde cuándo?

- Desde que se considera un insulto para la mujer arrancarse los pelos naturales del cuerpo con técnicas extremadamente dolorosas y costosas. Es una práctica arcaica y machista que somete el cuerpo de las mujeres.

- Esto... bueno, verá, es que me hice la depilación láser hace unos años y ya es imposible que me crezcan de nuevo.

- Pues va a tener usted que abonar una multa de 38 €.

- Está bien, aquí tiene.

Entregué los 40 € que llevaba en el monedero y continué mi camino en estado de shock ignorando las inquisidoras miradas. No pasa nada, pensé, ahora me doy un bañito y se me desaceleran las constantes vitales... Extiendo la toalla en la arena, me quito la camiseta y me dispongo a aplicar un poco de crema sobre mis hombros cuando se activa la melodía de los avisos por el altavoz, parece que hay bandera amarilla y escucho con atención: "¡Tin, ton, tin! Recordamos a las señoras bañistas que no se permite pasear por la orilla a todas aquellas que tengan una talla 38 o inferior, por considerarse un modelo dañino y limitante que causa trastornos alimenticios y problemas de autoestima para el resto de mujeres" Acabáramos ¿y ahora cómo me las arreglo yo para llegar al mar? Porque este bikini es una 38 y no me queda más dinero para pagar multas. Saco tripa todo lo que puedo y tiro palante con la cabeza bien alta, como si no fuese conmigo.

"¡Mamá, mamá!¡esa señora tiene las tetas de plástico!" grita el niño del tupper a su madre mientras muerde un melocotón pelado. "Esto no se puede consentir ¡es un insulto! La madre del niño se levanta con cara de Hulk Hogan pero en lugar de pegarme un puñetazo va y me toca una teta, me la espachurra como si fuera un limón. "Oiga, que este pecho es mío". "Ya veo, ya" dice con el ceño fruncido "pero tenía que comprobarlo, no querrá usted que mis hijos tengan una referencia irreal de lo que es el cuerpo de una mujer... Uy ¿a ver? si lleva el pelo teñido ¡haga el favor de ponerse el sombrero o llamo ahora mismo a la policía! Taparse las canas es sexista, flaco favor hace al resto de compañeras"

No los soporto más. Bajar a la playa se ha vuelto más peligroso que andar por un campo de minas, las próximas vacaciones me voy a los fiordos noruegos enfundada en plumas, gorro, guantes y bufanda. Recojo mis cosas y me voy mientras oigo a un padre regañando a su hija por ponerse relleno en la parte de arriba y a una pareja discutir por que ella ha bajado a la playa maquillada. En la zona de las duchas un cartel advierte "Prohibido mujeres con bótox"... En ese mismo momento caigo al suelo desmayada.

- ¿Cariño, estás bien?

- No señor socorrista, no puedo pagar más multas...

- ¿Qué dices? Has debido tener una pesadilla.

Me despierto empapada en sudor y con taquicardias. Todo ha sido un sueño... ¡Uf, menos mal!. Veo mi bolsa de playa tirada en el suelo con las cosas desparramadas y cuando me incorporo para recogerlas descubro la revista donde he leído algo sobre mujeres que llevan burkinis porque les "da la gana". Mientras recojo las barritas dietéticas, el rimel waterproof y las pinzas de depilar me pregunto si alguna de nosotras es realmente libre cuando va a la playa.