Diario de una 'startup': MVP, TAM, SAM, Beta Launch... (8)

Diario de una 'startup': MVP, TAM, SAM, Beta Launch... (8)

Getty Images/Westend61

Si está leyendo usted estas líneas, probablemente sea usted un lector interesado en la jerga startup, en caso de que no sea así, está claro que a usted no le asustan los acrónimos.

El mundillo startup, como tantos otros, tiene su punto de postureo. De hecho, hay startups que proponen productos absurdos, pero empaquetándolos bien logran financiación, en algunos casos hasta cifras desorbitadas. El año pasado, una de estas empresas (Juicero) copó titulares por haber conseguido 120 millones de financiación para distribuir una licuadora de zumos perfectamente inútil (puesto que con las manos podía uno lograr exactamente el mismo resultado que con la propia licuadora patentada por Juicero).

Alrededor de las startups existe igualmente una jerga plagada de anglicismos que a algunos de nosotros nos pueden resultar molestos, e incluso innecesarios. El propio término startup sería el primero de ellos. Sin embargo, algunos de estos anglicismos, acuñados casi en su totalidad en la cuna de esta industria (Silicon Valley) no tienen una traducción satisfactoria a nuestro idioma y resultan pese a todo importantes para que el posible emprendedor se empape de ciertos conceptos útiles a la hora de crear una empresa de software.

MVP (acrónimo inglés de producto mínimo viable) es el primero de estos conceptos. Razonando con un ejemplo, a lo mejor como emprendedor deseo armar una motocicleta, pero mis conocimientos o mis medios solamente me permiten armar un pequeño triciclo para el que uno cree que puede haber un público. Teniendo en mente que la motocicleta es la visión que queremos materializar, lo adecuado puede que resulte empezar a captar el retorno del mercado con respecto al pequeño triciclo, que denominaremos MVP. Todos aquéllos que como yo hayan tenido la suerte de gestionar proyectos de desarrollo ágil de software estarán sin duda familiarizados con este concepto.

TAM es otro de estos conceptos importantes con su correspondiente acrónimo inglés (Total Addressable Market). La ventaja de las empresas que desarollan software de consumo móvil como la mía es que si definimos el mercado de forma amplia (europeos con móvil y con necesidades alimenticias) el TAM es gigantesco (400 millones de personas, por decir algo), con lo que captando sólo una ínfima parte de esta enorme tarta podemos tener una empresa potencialmente rentable. El concepto SAM (Serviceable Addressable Market) es una vuelta de tuerca del anterior, ajustándolo a una realidad más probable (supongamos: holandeses con móvil que se hayan descargado una aplicación el año anterior e interesados por nuevas fórmulas de consumo).

Una vez el emprendedor haya hecho los deberes, tenga un MVP y haya identificado (mínimamente) el TAM y el SAM del producto, que se ha testeado en Alpha (interno) y en Beta (dentro del círculo de family, friends and fools), es posible que lo mejor que uno pueda hacer sea empezar, puesto que la mejor forma de aprender a nadar en este océano es lanzarse al agua, aunque el MVP sea imperfecto, y cabe rezar porque la imperfección esté sobrevalorada.

Mi empresa (Okakiben) ha logrado lanzar nuestro producto MVP en Holanda, después de bastantes meses de arduos esfuerzos que esperemos no sean vanos. La foto que encabeza este artículo corresponde a nuestra fiesta de lanzamiento, a mediados de este mes de febrero en La Haya. ¡Deséenme suerte! La vamos a necesitar.

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