¿Son los presupuestos claramente sociales?

¿Son los presupuestos claramente sociales?

Lo presupuestado para gasto social baja hasta el 55,9%, un 0,35% menos que el año pasado. Tampoco es cierto, como dijo Montoro, que nunca antes se hubiera visto "una distribución de los gastos consolidados de ese carácter social".

"Estamos ante un presupuesto claramente social".

Esta frase fue pronunciada por el el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, el pasado viernes después de participar en el Consejo de Ministros que dio luz verde al proyecto de Presupuestos Generales del Estado y si es usted una persona que gusta de informarse, a estas alturas habrá leído mucho sobre el tema: que el ministro miente, o todo lo contrario, que dice la verdad, que el gasto social ha crecido un 63,6% o un 55,9%, que ha subido el dinero para becas o, de nuevo todo lo contrario, que ha bajado, dependiendo siempre de con quién y en dónde se informe.

Y después de unos días de oír declaraciones a favor y en contra, en esta confusión de cifras y porcentajes, seguramente usted se preguntará, con razón, ¿Quién dice la verdad?

Los datos

Vayamos por partes. Al presentar los presupuestos, Montoro dijo que el gasto en política social representa el 63,6 por ciento de todo lo que el Gobierno va a gastarse este año. Pues bien, esa cifra se refiere a los gastos del Estado excluyendo el elevado porcentaje que se irá en 2013 a pagar la deuda. Teniendo en cuenta este gasto, lo presupuestado para gasto social baja hasta el 55,9%, un 0,35% menos que el año pasado.

Tampoco es cierto, como dijo Montoro, que nunca antes se hubiera visto "una distribución de los gastos consolidados de ese carácter social". De hecho, en lo que va de siglo XXI, salvo en los años 2003 y 2004, el gasto social en España siempre ha representado más de la mitad del total del presupuesto del Estado y en 2011 llegó a representar el 58 por ciento.

En cualquier caso, los porcentajes a veces engañan. Dos hombres pobres no saldrán de su pobreza por recibir la mitad de la herencia de sus padres. Dependerá de lo que tuvieran sus progenitores antes de morir. Es decir, lo que importa no es tanto el porcentaje que va a atender programas sociales, sino el montante total de ese gasto.

Pues bien, este año, dentro del capítulo social, excepto la partida destinada a las pensiones, que aumenta un 4,9% para cumplir el compromiso del Ejecutivo de revalorizarlas un 1% en 2013, en el resto de capítulos hay un descenso generalizado del gasto. Así, el presupuesto en políticas de Educación cae un 14,4%, incluida la partida destinada a becas -frente a lo que dijo inicialmente el Gobierno- que disminuye un 3,8%. Mientras, el Ministerio de Sanidad es uno de los departamentos que sufre un mayor recorte, del 22,6%.

También cae un 15,5% el dinero que aporta la Administración General a cada persona beneficiaria del Sistema de Dependencia y que las comunidades deben igualar, un 6,6% las ayudas a inmigrantes, un 24,1% a programas de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y un 6,8 por ciento menos a prevención de violencia de género. Igualmente se disminuye un 6,6% el gasto en programas de acceso a la vivienda y, en el terreno laboral, cae un 34,6% el fomento del empleo y un 6,3% las ayudas al desempleo.

Frente a estos recortes en políticas sociales, aumenta un 33,8% lo destinado a pagar los intereses de la deuda contraída, que se come casi uno de cada cuatro euros ingresados por el Estado, el 22,7% del gasto. Ante este panorama, que cada uno busque el calificativo que considere que define mejor estos presupuestos.