Cinco mitos sobre los 'homicidas al volante'

Cinco mitos sobre los 'homicidas al volante'

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Érase una vez una persona que se pone hasta las manillas. Bebe. Conduce. Se droga. La detienen. Vuelve a beber. Vuelve a conducir. Se vuelve a drogar. Un tirar los dados al azar hasta que al fin mata a una, dos, tres o cuatro personas. ¿Casos aislados o patrones reiterados en las carreteras? Quien sube a un vehículo motorizado bajo los efectos del alcohol o las drogas es consciente de que puede matar a alguien. Quien lo hace, además, suele repetir. Es un homicida potencial o consumado. No son casos aislados. Son personas que se convierten en un peligro para los demás. No son imprudentes, sino asesinos, y como tal hay que tratarlos. Gente que sabe la realidad y que está asumiendo una elevada posibilidad de matar a alguien, por lo que debe tratárseles con toda la dureza de la ley.

Por ello, no está de mas desmontar los mitos de protección al vehículo privado y que solo benefician a este sector económico.

1. El mito del discurso del miedo: "No cojas la bicicleta en carretera, es peligroso". En vías interurbanas, los muertos en carretera bajaron en 10 casos. Dato de 2016 respecto a los muertos en carretera en 2015. Teniendo en cuenta que está habiendo un auge en el uso de la bicicleta a nivel general, tanto deportiva, de carretera como en zonas urbanas, para transporte, se puede confirmar que cuantas más bicicletas haya, tendremos espacios más seguros, un tráfico más pacificado y con menos accidentalidad.

2. El mito de la vigilancia: sobre la situación de la conducción bajo los efectos de alcohol y las drogas hay un informe completo de la DGT donde se destacan temas como que más hombres que mujeres dieron positivo en alcohol y que los porcentajes de los positivos en los controles son más altos en vías urbanas.

3. El mito de la protección de la ley: si conduces borracho, la ley actúa, pero con mano blanda. Muchas veces se han pedido baremos de indemnización más justos para las víctimas, procesos judiciales menos ventajosos para las aseguradoras y un código penal que trate a los infractores homicidas como tales, no como imprudentes.

4. El mito de la mala suerte: si conduces bajo los efectos del alcohol y las drogas y matas a una persona, no es mala suerte. No es una imprudencia, sino que eres un homicida y muchas organizaciones piden que se trate como tal en el código penal. No hay mala suerte, hay una ley matemática de probabilidades que actúa.

5. El mito de la prohibición: algunas voces protegen a las víctimas diciendo: "Hay que restringir y quitar facilidades a los ciclistas de carretera", como si la solución de los conductores borrachos se solucionara quitando a los conductores sobrios. Un ejemplo del mecanismo de defensa de la potencial víctima fue el tema del casco. Ya se puso el casco obligatorio al ciclista en carretera (medida que no tiene la mayoría de los países de Europa) y esto no ha afectado para bien a las estadísticas, como muestra esta investigación de la Universidad de Sevilla de Ricardo Marqués y Vicente Hernández. Cuando un ciclista es arrollado por un conductor ebrio a altas velocidades, posiblemente muera (con casco y sin él).