Las amenazas de Putin a Kazajstán, ¿peligro inminente?

Las amenazas de Putin a Kazajstán, ¿peligro inminente?

Mientras el mundo espera ver cómo evoluciona el alto el fuego en Ucrania, no faltan las voces que advierten sobre un próximo movimiento de Rusia contra otro de sus vecinos, alegando la defensa de sus minorías. Para muchos, Estonia podría ser el próximo en la lista. Pero tampoco hay que perder de vista cómo Putin ha aumentado el tono de sus palabras con otra de las antiguas repúblicas soviéticas: Kazajistán.

Mientras el mundo espera ver cómo evoluciona el alto el fuego en Ucrania, no faltan las voces que advierten sobre un próximo movimiento de Rusia contra otro de sus vecinos, alegando la defensa de sus minorías. Para muchos, Estonia podría ser el próximo en la lista, y más con la captura de uno de sus agentes en un oscuro incidente en la frontera. Pero tampoco hay que perder de vista cómo Putin ha aumentado el tono de sus palabras con otra de las antiguas repúblicas soviéticas: Kazajistán.

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Colonos rusos en Kazajistán en 1911. Fuente: Wikicommons.

Por si alguien no ha seguido al detalle las declaraciones de Putin, a finales de agosto puso en cuestión la legítima existencia de Kazajstán. Considera a este Estado como una mera creación de su presidente, Nusurltan Nazarbáyev, quien está en el poder desde 1991. Para el mandatario ruso, antes no hubo nada que se pudiera considerar un país moderno, hasta que llegó la conquista rusa en el siglo XIX.

Evidentemente, estas palabras no han caído nada bien en Astana, y Kazajistán ha amenazado con abandonar la Unión Euroasiática, uno de los proyectos estrellas del Kremlin, y que están entre los factores relacionados con la crisis que ha vivido Ucrania.

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Vladimir Putin y Nursultan Nazarbáyev en un encuentro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en 2012 . Fuente: Wikicommons.

Además, desde el inicio de la intervención rusa en Crimea y el este de Ucrania, no han faltado las voces que advirtieron de un escenario similar en Kazajistán, donde existe una importante minoría rusa, un 23,7% de la población del país según datos del World Factbook de la CIA. Un porcentaje que sube en las zonas del norte del país, que hacen frontera con Rusia. Así que no es de extrañar que los paralelismos con la regiones orientales enfrentadas a Kiev para muchos sea más que evidente.

En el caso de Kazajistán, el tono de amenaza puede parecer muy elevado, incluso para alguien como Putin. Al fin y al cabo, el país centroasiático es un aliado estratégico de Rusia, ya que alberga el cosmódromo de Baikonur, comparten sistemas de defensa aérea y ambos son miembros de la Organización para la Cooperación de Shanghai y de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Tampoco hay que olvidar las importantes relaciones en el ámbito de los hidrocarburos (los oleoductos hacia Rusia de época soviética aún son la principal vía de salida del crudo kazajo hacia los mercados internacionales).

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Reunión de países miembros y observadores de la Organización para la Cooperación de Shanghai . Fuente: Wikicommons.

Por su parte, la diplomacia kazaja no se ha limitado a ser servil con Moscú. También ha jugado sus cartas, abriendo su economía a las empresas occidentales, y en especial a China. Los intercambios comerciales entre Kazajistán y la República Popular sumaron unos 22.500 millones de dólares en 2013.

Asimismo, parecen exageradas las advertencias de Putin sobre un nacionalismo kazajo que ponga en peligro a las minorías rusas. Desde 1991 Nazarbáyev ha tenido mucho cuidado en hacer algo que fuera percibido desde Moscú como una amenaza para su correligionarios étnico. Pero pese a que ahora todo el mundo esté buscando un objetivo inminente para las ambiciones del Kremlin, el presidente ruso seguramente pensaba a largo plazo.

Al vincular la existencia de Kazajistán al presidente Nazarbáyev, Putin está advirtiendo sobre las incógnitas que abriría la sucesión del dirigente centroasiático (tiene 74 años). Es decir, parece que piensa más a largo plazo. En principio, es el país de la región más estable (solo hay que recordar los problemas que han vivido Kirguizistán o Tayikistán), aunque tras la figura de su líder siempre han existido círculos de poder que van tomando posiciones de cara a una futura sucesión, como por ejemplo, el que se está gestando entorno a su hija, Dariga, aunque las relaciones con el padre no siempre han sido buenas debido a varios escándalos.

Es decir, no parece que Rusia tenga una necesidad de agitar un conflicto inmediato en Kazajistán. Otra cuestión es ver lo que pasa en este estratégico país cuando se plantee en serio la sucesión de Nazarbáyev. La amenaza a la minoría rusa (real o no, ese ya sería otro tema) sería la carta que jugaría el Kremlin para articular una intervención como la que hemos visto en Crimera o el este de Ucrania. Aunque si en Ucrania hemos visto como se han tensado las relaciones de Moscú con Occidente, en el país centroasiático China no vería con muy buenos ojos una intervención rusa muy directa.