Jalogüines indignados... pero no tanto, de todos los Santos

Jalogüines indignados... pero no tanto, de todos los Santos

De lo que se come se cría, y hay que tener un hígado muy fuerte para aguantar a todos estos personajes que nos están robando dinero y, sobre todo, derechos sociales. Un bocado sin filtro, sin concesiones y caníbal, que te convertirá, en una noche tan especial, en un Hannibal Lecter.

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Yo he visto cosas que jamás creeríais: he visto hospitales sin listas de espera y jubilados con buena pensión. He visto indemnizaciones de 45 días por año trabajado y jornadas de trabajo de 8 horas remuneradas con dignidad. He conocido empresas que pagaban justamente a jóvenes preparados y cargados de ilusión. He visto aulas de 20 alumnos y conocido el cheque-comedor y las becas escolares. He conocido personas que una vez jubiladas, tuvieron años por delante para disfrutar. He visto dimitir gobernantes irresponsables empujados por la fuerza ciudadana e inmensas manifestaciones pacíficas atacar naves en llamas más allá de Orión, sin que la policía pudiera hacer nada...Todos esos momentos se han perdido...en el tiempo...como lágrimas en la lluvia...Es hora de...Jalar.

Porque somos como replicantes bajo la lluvia decepcionados con lo que vemos y sobre todo porque para tragar con cuanto nos están haciendo son necesarias muchas entrañas, aquí te presento esta receta, para el medio o de segundo. Un plato casi, casi con nombre de infante real, que además está de infarto: Montaditos de hígado de cordero, a los que llamaremos Jalogüines, acompañados de puré de calabaza. Pura joyería de la casquería fina; sin tapujos y a pecho descubierto.

Y los llamaremos así por tres razones: primero, porque de lo que se come se cría, y hay que tener un hígado muy fuerte para aguantar a todos estos personajes que nos están robando dinero y, sobre todo, derechos sociales. En segundo lugar, porque es Halloween, y este es un jalo ganador, como su nombre indica y además suena igual: Jalogüín. Y por encima de todo, porque está delicioso, porque es un bocado sin filtro, sin concesiones y caníbal, que te convertirá, en una noche tan especial, en un Hannibal Lecter despiadado en la mesa, saboreando las entrañas con delectación y, con los ojos entornados, disfrutando al pensar lo que darías por ver a estos sinvergüenzas encerrados en una habitación a solas con Paquita la del Barrio enfadada de verdad: todo un espectáculo de día de difuntos... Umm, ya lo creo que sí.

¿Sabes? Ojalá pudiéramos charlar más rato, pero he quedado con un viejo amigo para cenar.

Que aproveche.

NECESITARÁS (para 4 personas)

  • 12 filetitos de hígado de cordero (o de ternera; en este caso con 3 ó 4 es suficiente)
  • ¼ kg de calabaza
  • 12 rebanadas de pan de semillas
  • 1 cebolleta grandecita
  • 2 cucharadas de azucar
  • 1 copita de oporto
  • 1 guindilla (opcional)
  • 250gr de calabaza
  • 1 pastilla de caldo de pollo
  • 125cl de agua
  • ½ cucharadita de Curry
  • Una punta de pimienta y sal
  • Un puñado de piñones
  • Sal en escamas
  • Sal negra (opcional)
  • Aceite de oliva virgen extra para freír

ELABORACIÓN

  1. Corta la cebolla muy fina y ponla a sofreír en la sartén a fuego lento. Cuando la veas que se pone transparente añádele las dos cucharadas de azúcar y la copa de oporto. Deja que reduzca y adquiera un bonito color tostado. Ya tienes cebolla caramelizada.
  2. En una sartén con aceite caliente pon los piñones, muévelos y retíralos cuando los veas tostados.
  3. En ese mismo aceite añade una guindilla. Mueve un poquito para que éste adquiera cierto punto picante (opcional) y ve sofriendo los trozos de pan. Pon en un papel absorbente y reservar.
  4. En una cazuela poner la calabaza troceada, el agua, la pastilla de caldo de pollo espolvoreada, el curry, la puntita de pimienta, un chorrito de aceite y sal al gusto. Cocer hasta que la calabaza esté hecha y pasar por la batidora. Debes obtener un puré consistente, por lo que si crees que te quedará blando, quítale líquido antes de batir.
  5. Pasa el hígado por la sartén donde has frito el pan y hazlo hasta que lo veas ligeramente tostado (a mi me gusta más bien hecho, pero eso va a gustos).
  6. Montar los jalogüines: poner una cucharada de cebolla caramelizada en cada trozo de pan, sobre ella un trozo de hígado, añadir unos piñones y espolvorear sal en escamas por encima.
  7. Emplatado: en plato estrecho y rectangular, colocar los tres jalogüines y entre ellos el puré de calabaza (con manga pastelera te quedará de muerte) decorado por encima con pimienta negra molida o sal negra.
  8. Umm, están de aullido.

NOTA

El pan frito en el aceite con guindilla está delicioso en este montadito, pero si lo prefieres puedes dorarlo en el horno o tostador, también está muy bueno.

El tipo de pan es de tu elección pero el de cereales los hace más buenos y les aporta más sabor.

MÚSICA PARA ACOMPAÑAR

Para la preparación: Rata de dos patas, de Paquita la del Barrio. Ve calentando motores con tu ensoñación caníbal.

Para degustar: Satisfaction, de The Rilling Stones. ¿Qué mejor que el mensaje de sus

satánicas majestades en una noche como ésta?

VINO RECOMENDADO

Monólogo, tinto Crianza.11. DO Rioja.

DÓNDE COMER

Sobre lapidita de mármol a la luz de unas velas y con flores frescas o, si dispones de él, en el panteón familiar. Pero, si no obtienes los permisos pertinentes para ello, cosa que entra dentro de lo previsible, invita a tu amiga Almudena; te sentirás como en el cementerio y además el pincho te sentará de muerte.

QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS

Exponerte a un susto mayúsculo, como que te toquen la puerta en fecha tan señalada, abrir y ver a Montoro mirándote fijamente y decir "¿Truco o trato?". Creo que un tiro no es más efectivo.