Nadal sobrevive al juego de Paire y debuta con victoria en Madrid

Una carrera y un punto antológico. Ése fue el punto de inflexión del partido que se llevó Rafael Nadal ante Benoit Paire (6-3, 6-4). La jugada ejemplificó como ninguna lo que es el balear sobre la pista: cuando el punto estaba prácticamente perdido por un sartenazo profundo del francés, se sacó un paralelo imposible. Suponía el 4-2. La distancia necesaria para marcar el resto del choque, a pesar de la reticencia del francés a claudicar.

Paire es un tenista discontinuo. Irregular y talentoso al mismo tiempo. Incómodo para cualquiera que tenga en frente. Así lo atestiguó Nadal en la rueda de prensa: "No te da ritmo, es muy difícil jugar contra él porque cambia de dirección constantemente". Un tenista combativo pero algo cándido. Pecó de inexperto en algunos momentos del segundo set, como por ejemplo cuando tenía a Nadal contra las cuerdas y la posibilidad de hacer el break. Dejó al balear con vida y éste le remató en el noveno juego (5-4).

Como reconoció minutos más tarde Nadal, aún no se encuentra recuperado al cien por cien de los dolores en la rodilla que le han tenido apartado de las pistas más de siete meses: "Para ser honesto, aún me duele. He tenido unos resultados hasta ahora que jamás me hubiera imaginado". El manacorí espera en octavos de final al ganador del duelo Almagro-Yuzhni.

Azarenka se despide antes de lo previsto

Si ayer Serena Williams y María Sharápova cumplían con los pronósticos, hoy, la tercera favorita del torneo, la bielorrusa Victoria Azarenka, se descabalgó del Mutua Madrid Open con un juego vulgar. Nunca encontró su juego sobre la pista Manolo Santana. La rusa Ekaterina Makarova la desdibujó. Le derrotó en tres sets (1-6, 6-2 y 6-3) y la desquició hasta el punto de hacerle romper una raqueta.