Desterremos las mentiras que siempre nos han contado sobre la vagina

Desterremos las mentiras que siempre nos han contado sobre la vagina

Los coños no tienen por qué saber a magdalenas y oler a rosas. Se supone que tienen que saber y oler a coños: dulce, acre, picante, y quizás un poco a hierro antes, durante y después del período. A menos que la salud esté implicada, no pasa nada porque el coño sepa y huela... a coño.

5c8b813f2400006b054da6c7Mark Lewis via Getty Images

Desgraciadamente, por la mañana llegó este tema a mi oficina y ahora mi coño está triste.

"¿Acaso no preferirías que a esa chica le olieran y supieran genial sus partes bajas?". Así empezaba un post increíblemente ofensivo e irritante.

Allá vamos: llevan mucho tiempo diciéndonos que nuestra vulva y nuestra vagina no son lo suficientemente buenas en su estado natural. Que nos las tenemos que frotar y depilar, e incluso meternos alimentos ahí. Nada más lejos de la realidad.

¿Cómo hacer que tu vagina huela y sepa bien?, se titula el post. Claro, esa es nuestra misión, pues a) de por sí, no huele bien, y b) en parte, se lo debemos al mundo.

Toda esta vergüenza por el coño es agotadora. Hace que las mujeres (e incluso las mujeres que aman a las mujeres) sientan que hay algo que no encaja en ellas, que no somos lo suficientemente dignas, que nuestra sexualidad depende de que otras personas aprueben nuestras partes corporales insuficientes por naturaleza. Qué asco.

"Lávatelo", empieza diciendo la bloguera."El primer paso que tienes que seguir para conseguir que esta zona privada esté deliciosa es lavártela a conciencia dos veces al día".

Pues no. No tienes por qué frotarte la vulva o la vagina con jabón dos veces al día. No está sucia. Repito: a menos que corras una maratón, que tomes el sol durante horas, o que te revuelques en el barro, tus partes bajas no están intrínsecamente sucias. La vagina crea una atmósfera equilibrada muy particular por sí misma. No necesita que te metas en sus asuntos.

Este tipo de lenguaje añade vergüenza vulvar y vaginal a las muchas mujeres que ya la sienten. Resulta muy triste que, a pesar de la presencia de dos vulvas y vaginas, esta sensación de aversión y vergüenza también se dé en relaciones lésbicas. Tu coño es perfecto. Su apariencia es perfecta, así como su olor. Y puede hacerte sentir cosas maravillosas. Para evitar una infección, ya sea bacteriana, fúngica o de cualquier otro tipo, basta con dejar correr agua cálida por la zona cuando te duches. Y punto.

Como explica la bloguera, a los coños les gusta el aire fresco, y no los sprays. Pero, una vez más, ni ella ni nadie deberían dictar tus elecciones en cuanto al detergente o la ropa interior. No sé qué tipo de detergente utilizará, pero el mío nunca deja olores raros en mí. Ah, y mis tangas son de algodón. Así que todo bien, gracias.

"¡Depílate! El sudor provoca olor y el vello púbico retiene el sudor. Al depilarte, reduces las posibilidades de que aparezca el olor causado por el sudor. Además, en mi opinión, una vagina depilada es visualmente más atractiva".

Lo único que quiero decir sobre el tema es: ¡A la mierda! En primer lugar, es imposible depilarse la vagina. No tiene vello. La vagina es el conducto interno.

La vulva, por su parte, sí se puede depilar o rasurar, o también puedes dejarla en su perfecto estado natural. Yo a veces me depilo el coño. Otras veces me lo rasuro. A veces me dejo una línea. Otras, un triángulo. Otras, nada. Es mi coño, así que hago lo que quiero con él.

Hay que dejar de decirle a las mujeres lo que deben hacer con su coño. Es suyo. Mi recomendación consiste en tratarlo con cariño y respeto. Darle placer de forma regular. Aconsejo compartirlo sólo cuando, como y con quien quieras. Pero, sinceramente, esto sólo son recomendaciones. Es tu cuerpo. Tu decisión. Y nadie, y menos una bloguera cualquiera, debería decir a una mujer cómo acicalar su coño.

"Usa toallitas húmedas cuando vayas al baño; esto puede reducir las infecciones urinarias y del tracto vaginal; además, son suaves con la piel. Tenlas a mano".

Una vez más, no es necesario. Así de simple. Si los asuntos intestinales no van demasiado bien, está claro que puedes utilizar toallitas (si quieres). Lo recomendable es limpiarse de delante hacia atrás para evitar que las bacterias pasen del culo al coño. No obstante, no necesitas usar toallitas, al igual que tampoco lo necesita el sistema de tuberías de tu casa.

"Cómetelo".

Sí, sí, yo también recomiendo comer coños. Pero no, no es esto a lo que se refiere mi querida bloguera.

"¿Sabías que se ha demostrado que las secreciones de las vegetarianas saben mejor que las de las carnívoras?".

Me encantaría leer este estudio, siempre que sea científico y contrastado. ¿Algún voluntario para pasármelo? ¿Nadie?

Algunos señalan que comer piña y otras frutas dulces pueden hacer que tu coño sepa más dulce, y que otros alimentos con sabores más fuertes pueden tener el efecto contrario. Pero (y siento ser tan gráfica con los lectores), mi chica me dice un millón de veces al día lo bien que sabe mi coño, y yo digo exactamente lo mismo del suyo. Da la casualidad que a las dos nos encanta comer carne. Así que lo anterior tampoco tiene sentido.

"Combate las infecciones. La candidiasis es una de las principales causas del olor. Si notas que el olor es demasiado fuerte, tendrás que tratar esta infección. Las cremas como Vagisil, que se pueden comprar en cualquier farmacia, pueden eliminar el olor y el picor".

Existe una gran confusión al respecto. Vagisil no es para la candidiasis. Si sientes picor y/o tienes un flujo blanquecino, consúltalo con tu médico. Puede que sea candidiasis, y entonces lo más seguro es que necesites medicación. Si el olor es muy fuerte, puede que tengas una infección bacteriana, y entonces también deberías ir al médico. Así de sencillo.

"Un antiguo remedio de las mujeres para mantener sana la vagina consiste en introducir un tampón limpio en yogur natural sin azúcar y luego insertarlo en la vagina durante una hora. Las bacterias saludables del yogur combaten las que no lo son y ayudan a eliminar cualquier olor a pescado desagradable. Recuerda lavarte bien la vagina cuando te quites el tampón".

Ridículo. No, no y no. El yogur es un alimento, lo cual significa que no está hecho para aplicarlo a tu vagina. Aunque utilices un pepino a modo de dildo, lo cual es perfectamente razonable, no es mala idea que lo cubras con un condón. Sólo porque el yogur contenga cultivos vivos no significa que tengas que metértelo en la vagina. Algunas mujeres afirman que tiene un efecto suavizante si lo aplicas sobre la vulva, pero es muy muy poco probable que realmente cure una candidiasis.

Existen algunos tratamientos diseñados para ese fin que se han testado y son seguros para la vagina. Pero ten en cuenta que pueden crear un desequilibrio. Por último, me gustaría decirte lo que me dijo mi hermana, la doctora Block, cuando se lo conté: "No utilices mierda que no esté específicamente diseñada para esa finalidad. Y además, ¿cómo se supone que te quitas el yogur?". La irrigación vaginal es terrible, y cualquier remedio por el estilo te dejará restos de yogur.

"Prueba estos consejos para una mejora potencial de la hospitalidad de la 'zona sur' =)"

Madre mía. Mi vagina no es un hotel; ni tampoco la tuya. ¿Y por qué las palabras "zona sur" van entrecomilladas?

La web está creada en Singapur, así que quizás tienen que ver algunas cuestiones culturales y del lenguaje. Pero, independientemente de la cultura, el orgullo vaginal debería reinar en todo el mundo.

También parece haber algunos problemas de plagio (o una apropiación excesiva, al menos), pues gran parte de los consejos han sido tomados, prácticamente palabra por palabra, de una pieza de la web Jezebel publicada hace un año.

La cosa es: los coños no tienen por qué saber a magdalenas y oler a rosas. Se supone que tienen que saber y oler a coños: dulce, acre, picante, delicioso, y quizás un poco a hierro antes, durante y después del período. Pero, a menos que la salud esté implicada, no pasa nada porque el coño sepa y huela... a coño.

La sensación de aversión y vergüenza por el coño tiene que acabar. Los hombres la perpetúan, pero las mujeres también. El caso de las lesbianas que lo hacen me parece incluso más problemático. Se supone que debemos apoyarnos, querernos e impulsarnos las unas a las otras, y no hundirnos.

Hazme caso: tu coño es perfecto. Deja de preocuparte por él. En serio. Si necesitas algo por lo que preocuparte, mejor hazlo por la mutilación genital femenina, por los lavabos sin higiene, por el agua no potable, por la falta de productos para la menstruación que evitarían que las niñas faltaran a clase una vez al mes, por la desigualdad salarial, por la discriminación contra el colectivo LGTB. Tu coño sabe hacerlo bien. Placer, agua para aclarar, y vuelta a empezar. Es todo lo que necesitas saber.

Traducción de Marina Velasco Serrano