7 recetas infalibles y actuales para triunfar en reuniones absurdas

7 recetas infalibles y actuales para triunfar en reuniones absurdas

Seguro que alguna vez te has visto involucrado en alguna tediosa reunión donde ocurren fenómenos como la "muerte por Powerpoint" o se suceden las intervenciones con espirales sin fin. Además de adoptar una postura corporal abierta y expansiva, utiliza alguno de estos siete trucos infalibles para sobrevivir a la experiencia.

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Seguro que te ha pasado más de una vez: no sabes cómo, pero has acabado dando con tus huesos en una de esas reuniones absurdas donde ocurren inquietantes fenómenos como el de la "muerte por Powerpoint" ante una presentación tan letárgica como carente de sentido. O peor aún, el de las intervenciones sucesivas que dibujan espirales sin fin, en las que ni se entiende lo que dicen los participantes en la reunión, ni mucho menos por qué lo dicen.

En esas circunstancias el mayor anhelo de cualquier persona es llegar al final de la reunión feliz y contento. Como eso es algo que nadie puede garantizar en este tipo de reuniones, lo que debemos intentar es ser capaces de adoptar un comportamiento que transmita a los demás que estamos a la altura de las circunstancias y que tenemos talento suficiente para liderar el pensamiento en nuestra organización. Sí, aunque la reunión sea absurda. Porque la otra opción, desconectarnos y sumergirnos en nuestro portátil hasta tocar fondo, dará a los demás una pésima impresión. Así pues, aquí van algunos trucos para ello.

Uno de los estudios más fascinantes que se han hecho sobre la geometría corporal es que cuando las personas adoptamos un porte abierto y expansivo (cuerpo recto, mentón alto, extremidades separadas) transmitimos a los demás una impresión de liderazgo. Y no solo eso, sino que nuestras hormonas se alteran y nos invade una sensación de autoridad, control y atrevimiento. Por el contrario, cuando nuestra postura es cerrada y contraída, manifestamos debilidad. Algo muy desaconsejable en cualquier reunión, absurda o no.

Por otro lado, una novedosa línea de investigación muestra algo igualmente sorprendente y útil, y es que las personas sentimos que entendemos los fenómenos complejos con mucha más precisión, coherencia y profundidad de lo que en realidad hacemos. En otras palabras, nos creemos más listos de lo que somos. Y este es un segundo dato que podemos aprovechar para salir triunfantes de esas mortíferas reuniones en las que a veces nos vemos envueltos.

Y aquí van los trucos. La próxima vez que estés en una reunión absurda adopta una postura abierta y expansiva: estírate hacia arriba todo lo que puedas, asegurándote de que tu columna se pone recta. Eleva ligeramente el mentón, y coloca los brazos separados de pecho, abriéndolos en posición desafiante todo lo que sea posible sin que parezca exagerado. Respira hondo, sonríe y mira al resto de participantes directamente a los ojos. Una vez que esto lo tengas controlado, utiliza una de las siguientes opciones, que tus interlocutores creerán comprender a pesar de que puede que ni tu mismo sepas de qué estás hablando*:

1. Pronuncia a menudo los términos de moda, no falla: customer experience, transformación digital, big data, internet de las cosas, 3D printing, inteligencia artificial o robótica. Intenta colar uno cada tres frases con voz rotunda. Si te sientes especialmente enérgico prueba con skeumorfismo o insight-as-a-service.

2. Haz predicciones terroríficas sobre el futuro, como por ejemplo que 9 de cada 10 puestos de trabajo serán sustituidos por máquinas, o que la superpoblación de la tierra y el cambio climático harán desaparecer nuestra especie en 2030. Pon mirada de visionario cuando lo hagas.

3. Pon nombre a algún fenómeno que te hayas inventado, utilizando expresiones como "el modelo de" o "el principio de". Por ejemplo: "el modelo de reinversión recíproca" o "el principio de proporcionalidad continuista". Si te preguntan de qué se trata di que es una evolución compleja de un concepto más conocido y que domines.

4. Cita constantemente a Steve Jobs o a Einstein, aunque no tengas la seguridad de que las frases son suyas (ten en cuenta que la mayoría de la gente jamás ha entrado en contacto directo con su pensamiento). Hazlo con total familiaridad, como si sus hijos hubieran chapoteado en la piscina con los tuyos.

5. Utiliza a menudo la expresión "o no" para crear un clima de incertidumbre en la conversación. Por ejemplo: "es un hecho cierto que el precio está determinado por la intersección entre las curvas de oferta y demanda... o no". Si alguien te pregunta qué quieres decir, desvía la mirada y di "eso quisiera saber yo, lo que está claro es que ya no valen las reglas de siempre".

6. Afirma rotundamente que cualquier innovación ya se venía haciendo desde hace años o siglos. Asegúrate de iniciar tu frase con la expresión conclusiva "al final". Por ejemplo: "al final, el marketing digital no difiere del que se hacía en los 70, solo que ahora hay más medios". O "al final, esto de las redes sociales es lo mismo que en la Edad Media se hacía en las tabernas, pero desde casa".

7. Pon en duda principios fundamentales de la tecnología o del mercado. Por ejemplo: "yo creo que la Ley de Moore está equivocada" o "se habla mucho de design thinking, pero yo creo que es un enfoque erróneo". Si te preguntan por qué, ten a mano una respuesta estándar, en la que a ser posible haya algún gerundio intrigante, como por ejemplo: "el asunto está en la desigualdad entre las polaridades extremas, que posiblemente estén reflejando ideas no necesariamente opuestas". Con dos de estas frases que digas, la curiosidad se extinguirá.

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*Esto no es en modo alguno un alegato a favor de la superficialidad, ni mucho menos una manera de reírse de los demás. Es simplemente una exageración humorística sin otra intención que la de entretener. Eso sí, los estudios citados son reales y serios.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Escritor desde que tengo memoria, directivo durante buena parte de mi vida y siempre un alma intensa. Con el tiempo he ido acumulando gran cantidad de títulos y cargos de los que intento liberarme para ser yo mismo la mayor parte del tiempo. Escribo para aclarar pensamientos o para recordar cosas que considero importantes. A veces lo hago solo porque mis ideas desbordan lo que soy y necesito colocarlas en algún sitio. Pero sobre todo trato de dar sentido a lo que nos ocurre. Por eso soy feliz si alguien encuentra luz o calor entre mis líneas aunque, por fortuna, tengo muchas otras maneras de serlo. Lo que pondría en mi tarjeta de visita, si tuviera una, sería Director Creativo.